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Finanzas del comportamiento – VIII: Sesgo de representatividad



     Los sesgos o errores de estimación son consecuencia de la comparación entre la realidad y lo esperado de acuerdo con un determinado plano de “lo que debería ser”. A pesar de la fuerte tradición racionalista de la cultura judeo-cristiana la globalización trae consecuencias nefastas, colosales y devastadoras cuando se materializan escenarios de riesgo por importantes sesgos cognitivos, emocionales o mezclas de ambos en muchas ocasiones.

     El sesgo de representatividad (representativeness bias) está relacionado inicialmente con las pequeñas muestras de datos y la falacia de la inducción, conocida ya por la filosofía clásica griega y romana.  Se trata de extrapolar de lo contingente y temporal del pasado predicciones y consecuencias para el futuro, lo que pude conducir a errores monumentales si no se monitoriza bien lo que va ocurriendo ya que si bien es cierto que puede haber cierta estructuralidad, puede cambiar en cualquier momento por diversos motivos, entre ellos que las personas y los mercados se pueden mover en ocasiones con notable irracionalidad. 

    A nivel financiero pueden extrapolarse conclusiones erróneas sobre rentabilidad, riesgo, eficiencia y otras variables fundamentales de decisión financiera. Aspectos que pueden entremezclarse con sesgos emocionales derivados de la codicia y el exceso de confianza, efecto rebaño o herding behaviour etc.  

     Debe observarse que los supervisores de mercado tienen mucha más información y conocimiento que el resto de los agentes y si observan que los sesgos son de importancia desestabilizadora a nivel macroeconómico su responsabilidad de intervención correctora es mucho mayor que la de otros decisores.
     
      Luis Ferruz / Escritor y economista / 
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