Hace años introdujeron en el cálculo del PIB a las trabajadoras y trabajadores sexuales y a las actividades de los camellos y camellas (excluyendo a los de los Reyes Magos, que están exentos de IVA y de PIB).
La idea es hinchar el PIB como un globo, para que luego cuando se compara la presión fiscal sobre PIB y la deuda sobre PIB, parezca que está en unos niveles razonables. Pero hay hinchamientos de PIB infinitamente más graves que estos que pasan muy desapercibidos para la mayoría.
Copio a continuación las certeras explicaciones de Luisito, a quien ya os presenté en el post: La inflación que nunca llegará
En España una parte anormalmente grande de la población desea trabajar pero no encuentra empleo y vive de subsidios del Estado, otra parte son jubilados que viven de pensiones estatales y otra parte son trabajadores públicos, trabajadores y directivos de sociedades públicas. El problema fundamental con esto no es que toda esa gente genere mucho gasto público, sino que, en el delirio keynesiano que describe el mundo, todas esa gente genera mucho PIB / espejismo. Esto 'bombea' artificialmente al alza el PIB / fantasía de las estadísticas keynesianas (el denominador en la relación ingresos fiscales/PIB) y reduce artificialmente el número que expresa la presión fiscal.
Y es que a pesar de que las economías modernas, keynesianas, soportan un intervencionismo estatal muy superior al que padecía la economía de la URSS, los analistas y científicos keynesianos de la economía utilizan al mercado como balanza que determina el valor económico. En sus delirantes cálculos del PIB, pretenden que es el libre mercado quien dictamina el valor de los bienes y por tanto el valor de la producción, de ese "producto" que es el PIB. Los cálculos keynesianos del PIB son los mismos cuando se aplican en 2020 a pequeñas URSS como Francia o España, que cuando fueron inventados para ser aplicados a la economía de USA en 1955. (Se ve que querían tener unas series históricas homogéneas que permitiesen comparaciones de datos a largo plazo)
Como consecuencia de esta apasionada creencia de los keynesianos en la infalibilidad del mercado, si, pongamos, entre la Diputación de La rioja, el Parlamento y las consejerías del Gobierno Autonómico de la Rioja, la universidad pública de la Rioja, la televisión pública de La Rioja y el Ayuntamiento de Logroño, tienen una plantilla de 426 chóferes de coches oficiales, que suponen un gasto de 38 millones al año a los contribuyentes (a los contribuyentes alemanes), entonces los keynesianos calculan que esos 426 chóferes generan, y suman al PIB, un PIB de 38 millones.
La lógica keynesiana en esta cálculo es: "Si el mercado está dispuesto a pagar 38 millones por los servicios que producen esos chóferes, entonces el valor de esos servicios es de 38 millones" El mercado libre valora esos servicios en 38 millones y 38 millones se suman al valor (de mercado) de la producción de la economía nacional"
Como los empleados estatales y los mandarines de los millones de chiringuitos y cortijos estatales tienen salarios muy por encima de los del sector privado, y como las estadísticas keynesianas calculan que lo que se les pague, al 100%, se transforma mágicamente en una cantidad igual de PIB, todos estos colectivos cuya aportación al PIB es severamente negativa (destruyen PIB con su intervencionismo y corruptelas) añaden una cantidad enorme y completamente fantasiosa a un PIB grotescamente sobrevalorado.
El otro factor fundamental tras la 'paradoja' de que España tenga una 'presión fiscal' modesta aún teniendo el mayor esfuerzo fiscal del mundo, es 'La posición financiera externa' de España
Los países ahorradores y frugales, como Japón, China, Suiza o Alemania, viven por debajo de sus posibilidades, esto es: consumen solo una parte de lo que logran producir cada año. Ese 'excedente de producción' que ellos mismos renuncian a consumir por austeros y previsores, genera a esas economías un fuerte superávit comercial anual.
Alemanes o suizos, pagan al contado todas las cosas que sus economías compran en el exterior, y además, las mercancías que exportan cada año al extranjero como pago al contado de las importaciones, cubren una cantidad mayor. Esto es: envían cada año, como pago de todas sus importaciones, mercancías que cubren el valor total de sus compras, y mercancías adicionales que prestan al extranjero y que esperan cobrar en algún momento del futuro.
La acumulación durante décadas del valor de estas mercancías que prestan a otras economías, va apilándose en un ingente 'ahorro exterior' (una deuda externa a su favor, que tienen derecho a cobrar en el futuro)
En los países que viven muy por encima de sus posibilidades, como España, que consume más bienes cada año de los que es capaz de producir, la situación es inversa: por impago sistemático de sus importaciones, van acumulando una ingente deuda externa.
Si Suiza tiene una posición financiera exterior ingentemente positiva y a su favor, si tiene mucho ahorro invertido en el extranjero, España tiene una ingente posición negativa, una ingente hipoteca con el extranjero.
Como el delirante PIB keynesiano se calcula asignando el valor de la producción en función del territorio nacional donde caigan la latitud y la longitud geográficas de la fábrica que hace esa producción, el resultado es una masiva sobrevaloración del PIB en economías con posición financiera muy negativa, como España, y una masiva infravaloración del PIB de economías con posición externa positiva, como Alemania o Suiza.
Los ingresos de la economía alemana, sobre los que paga sus impuestos, son muy superiores al PIB keynesiano alemán, mientras que el PIB keynesiano español es muy superior a los ingresos de la economía española. Esto hace que el esfuerzo fiscal, los impuestos que se pagan con respecto a los ingresos, sea en España el mayor del mundo, porque los ingresos de la economía española son muy inferiores a su PIB keynesiano, mientras que la presión fiscal española sea engañosamente baja debido a que el PIB calculado para España sea muy superior al 'tamaño' real de la economía española.
Cada vez que una fábrica Volkswagen o Mercedes 'española', esto es, una factoría con coordenadas GPS en territorio español, produce un coche o una furgoneta, el valor de ese coche es sumado al PIB de la economía española que, en realidad, es un cálculo del valor de la producción, y muy dudoso, realizada físicamente en territorio geográfico español.
Ahora bien, si el 15% del valor final de ese coche corresponde a salarios de empleados españoles y otro 5% a compras de proveedores españoles, el otro 80% del valor ese coche se debe a la ingeniería de desarrollo en esos coches, y al ingente coste del uso del capital (de los robots) que fue aportado y es propiedad de accionistas, bonistas y bancos alemanes de Volkswagen.
Los intereses de la deuda para comprar esos robots, el coste financiero de las instalaciones y los dividendos de la inversión alemana en territorio español, se envían a Alemania y son ingresos de la economía alemana, aunque el valor de los coches que se producen con esas inversiones se suma alegre y delirantemente al PIB español.
Los ingresos, con suerte, de la economía española sería ese 15% de salarios cobrados de Volkswagen por españoles y el 5% de ingresos de los proveedores españoles de Volkswagen.
Pero no siempre hay tanta suerte.
Cada trabajador español de Volkswagen dedicará un 40% de su salario no en consumir, sino en pagar los intereses y la amortización de la hipoteca de la Caja de Ahorros para comprar su grotescamente sobrevalorado piso. Aquella Caja de Ahorros, hoy difunta, por supuesto no financió esa hipoteca con depósitos de ahorradores españoles, perseguidos y criminalizados por el Estado hasta su desaparición, sino que financió la hipoteca con préstamos a corto plazo en el Interbancario europeo y con titulización de esa deuda que fue 'colocada' a un fondo de pensiones holandés y a un fondo de inversión japonés.
Así que ese trabajador no está entregando el 40% de sus ingresos a la economía española sino a los ahorradores suizos, japoneses o alemanes que financiaron la compra de su vivienda.
Lo mismo ocurre con ese proveedor español de Volkswagen. El 80% de su capital no es capital propio, de sus accionistas o de ahorradores españoles, que no existen, sino que es capital prestado por ahorradores alemanes o japoneses con la interposición de un banco / tapadera español.
En España existe la extraña idea, entre los políticos y la gente de la calle, de que se puede invertir pidiendo prestado a otro el capital necesario para la inversión. Si uno monta una empresa con 100 millones prestados por un fondo de pensiones holandés, los 100 millones, obviamente, los están invirtiendo ahorradores holandeses y los ingresos de esa inversión, los intereses de esa deuda, son ingresos de la economía holandesa, no de la economía española, aunque el valor de la producción se sume al PIB español solo porque el negocio está en las afueras de Guadalajara.
España es la economía más desastrosamente situada en su posición internacional porque en ella se unen la existencia de unas élites profundamente estúpidas y corruptas, junto a los delirios imperiales y de grandeza de las élites europeas que han permitido crecer esos desequilibrios internacionales mucho más de lo imaginable.
Además, el crecimiento explosivo del Estado es muy superior a lo que suele pensarse porque el PIB, ya se ha visto que es mucho menor de lo que se dice. El consumo real de recursos reales con valor real por parte de los estados lleva creciendo explosivamente desde hace 50 años, pero el PIB de los países de occidente dejó de crecer hacia principio de los años 70 y lleva contrayéndose severamente desde entonces.(El crecimiento económico en estos últimos 40 años es una mera ilusión óptico keynesiana).
La metástasis que hace que el Estado vaya invadiendo una fracción cada vez mayor de la economía, oculta esta severa contracción del PIB debido al humorístico cálculo del PIB.
Aplican precios de mercado a los delirantes disparates que los políticos llaman "inversiones públicas". Por ejemplo: si un gobierno taifa ha despilfarrado 800 millones en crear un aeropuerto fantasma lo que ha creado es un pasivo de valor -300. Esta "inversión" crea un pasivo de valor negativo en vez de un activo de valor positivo porque ese aeropuerto no es un mecanismo que generará riqueza en el futuro sino que se tragará riqueza como un agujero negro. En este proceso de "inversión" se consumen 800 millones de recursos reales para crear un engendro demencial con un valor de -200, lo que, en conjunto supone la destrucción de 1.000 millones de valor real.
Esto son 1.000 millones que hay que restar del PIB ya que la actividad de construir ese aeropuerto consume, esto es anti-produce 1.000 millones de valor. Sin embargo los economistas humorísticos que calculan nuestro PIB nos dirán que construir ese aeropuerto suma 800 millones al PIB.
La idea o axioma tras este chiste es que "en un mercado libre, en promedio, si alguien invierte 800 millones en construir un activo es porque ese activo tiene un valor de 800 millones". Suponen que el conjunto de incentivos y penalizaciones del libre mercado que fuerzan que las inversiones sean eficientes permanecen aún cuando el libre mercado se hace desaparecer y que las motivaciones del gasto de un mandarín de la política están guiadas por la eficiencia económica.