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El signo de los tiempos.


 Ayer empecé a escribir este artículo con la intención de traer unos gráficos centenarios y reflexionar sobre donde estamos en la situación actual. Al final, lo he transformado en un resumen de los temas tratados en este blog, bajo el epígrafe cenit de la civilización.

 A medida que iba comentando cada gráfico me daba cuenta de que la civilización actual es un pulso de doscientos años. Y la constatación del agotamiento de los recursos en estos doscientos años, nos conduce a determinar que ya estamos en el límite. Por supuesto, no voy a cifrar con una fecha exacta, un proceso que dura décadas y cuyo pico más alto solo veremos por el retrovisor.

Muchas personas tienen la sensación de que se avecina una crisis por el exceso de deuda del sistema. Otros piensan también que la escasez de petróleo puede generar un problema grave. La lucha por la hegemonía mundial puede acabar en guerra. En realidad todos los problemas se integran en un orden superior para describir lo que es un largo proceso denominado "cenit de la civilización". Una crisis de deuda se arregla y las guerras se acaban, mientras que la escasez de un material puede ser sustituido por otro. Lo que hace este proceso diferente de las crisis habituales es la combinación de todos los problemas (llevados al extremo) al mismo tiempo, señal del final de un largo ciclo civilizatorio.   


Por lo tanto, debemos ser conscientes desde ya mismo, que la serie de factores físicos (agotamiento de los recursos energéticos y no energéticos), económicos (exceso de deuda), geopolíticos (aparición de otro bloque que disputa la hegemonía)  y sociales (características de una sociedad en decadencia) que describen ese cenit, ya están presentes en la actualidad. El desarrollo de cada factor puede no evolucionar al mismo tiempo hasta el momento de la crisis, pero un vez iniciada, las retroalimentaciones subsecuentes, obligarán a sincronizar cada uno de los aspectos mencionados. 


Una breve explicación de cada factor, nos da idea de donde estamos y con un poco de imaginación, hacia donde nos dirigimos.      


1º A). Energía primaria.


El primer gráfico sirve para comprobar como se ha incrementado el uso de la energía.

Hasta 1950 el crecimiento era progresivo pero lento, asociado sobre todo a la entrada del carbón a mediados del siglo XIX. Cuando el petróleo se generaliza después de la II Guerra Mundial, la demanda de energía primaria se dispara (con la ayuda también del gas). La parte solar y eólica casi ni se ve.   




  Si dentro de este gráfico, comenzamos a reducir la parte del petróleo, automáticamente se reduciría también el resto, a excepción de la biomasa.

El peak oil es el ocaso de los tiempos... porque la abundancia de petróleo sostiene todo el sistema. 

 
Puede que quede mucho petróleo bajo el subsuelo, pero el crudo fácil de extraer ya lo hemos disfrutado. El que queda es mucho más difícil de producir, más caro y más escaso.




 Y esa combinación de complicaciones, tendrá un impacto en las condiciones económicas del mundo en un futuro cercano, junto a una serie de problemas que se solapan, como veremos a continuación.

Si pensamos un poco lo que significa el área de esta gráfica y extrapolamos la tendencia de la demanda durante treinta años más, comprobaremos que casi equivale al consumo del resto de la historia. Es una locura creer que esto es sostenible en el tiempo.

Contabilización de la transición energética.

Para cuantificar la transición energética podemos utilizar varios sistemas. 

1º). El habitual es contabilizar en la misma unidad GJ (Gigajulios) la energía producida por las diferentes "fuentes". Así, la equivalencia indica que si con las energías renovables producimos "x" GJ, nos vamos a la  tabla y mediante el mismo valor equivalente podemos contabilizar la misma cantidad medida en millones de b/d de petróleo.  Una traslación rápida nos dice que si la energía producida por los combustibles fósiles es "y" Gj´s, la forma de cuantificar la transición es establecer una comparativa de la energía generada por las energías limpias y crear un patrón. Por ejemplo, si el total de las energías limpias equivale a 50 GJ´s y la energía de los fósiles son 500 Gj´s, quiere decir que hemos alcanzado un 10% de la transición y hemos sustituido x barriles de petróleo o su equivalente en gas ó carbón.

 
Un ejemplo de como se cuantifica la transición para AIE (WEO 2023).

Escenario Net Zero.

Suministro mundial de energía.

Año 2022. Fósiles 80%, renovables 12%.

Año 2030. Fósiles 63%, renovables 29%

Año 2050. Fósiles 17%, renovables 71%.






Hay otra forma de calcular el impacto de la transición, pero por razones obvias, no se hace.

2º). Si las energías renovables fueran autosuficientes, podríamos cuantificar la transición en función del tanto por ciento totalmente autosuficiente. Es decir, si de los 1.000 parques eólicos desarrollados cada año, son totalmente autosuficientes 10 parques, hemos alcanzado una transición del 1%. Entendemos como autosuficiente, el sistema que solo utiliza renovables desde la primera extracción de un elemento imprescindible para crear un parque (como el cobre), pasando por el refino del cobre solo con medios renovables, insisto, y siguiendo con la fabricación completa de cada pieza , el montaje, transporte, infraestructura y acople a la red eléctrica, utilizando exclusivamente medios renovables.  Lo mismo para un parque fotovoltaico, un coche eléctrico, un batería, un sistema de captura de carbono o el uso del hidrógeno verde en todas sus secuencias.


 
El primer sistema es fácilmente cuantificable, pero no es real. 

El segundo es complejo pero es el que nos da una idea correcta de la evolución de la transición, desde un punto de vista más práctico.

Utilizar solo la primera contabilidad nos podría llevar al absurdo de generar un 90% del total de la  energía primaria con fuentes renovables y al mismo tiempo ser incapaces de crear un solo sistema renovable totalmente autosuficiente, lo que en el fondo nos llevaría a la desagradable conclusión de que no hemos avanzado nada y sin combustibles fósiles no podemos sobrevivir, por que no podemos crear ni un solo sistema autosuficiente.  


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1º B). Agotamiento del resto de recursos.

La transición energética supone pasar de una economía basada en los combustibles fósiles a otra cuyo fundamento es la electrificación generalizada. En el primer caso el petróleo es el componente fundamental y para la electricidad necesitamos sobre todo cobre (aunque existen otros minerales críticos adicionales).


Cobre, el petróleo de la transición energética.  

Sabemos que el petróleo es finito, pero ¿y el cobre?. 

Tenemos recursos de sobra, pero aún así existen límites energéticos para extraer todos esos recursos, de forma que solo las reservas serán recuperables en función de la concentración de los yacimientos, de la energía necesaria para extraerlas y de la disponibilidad de dinero para financiar el desarrollo minero. 


Existen muchas gráficas que representan la perspectiva de producción minera de cobre. Un promedio en forma de gráfico es este. El pico de producción se alcanza en 2032, con 27,5 millones de toneladas de cobre. Actualmente extraemos unos 22 millones de toneladas. 




      
 
Existen  proyecciones que sitúan el déficit en 2026, pero creo que la demanda va a flojear en el sector de la construcción mundial, permitiendo alargar la bonanza hasta al menos 2030.



"Según nuestra investigación del lado de la oferta, esperamos que la producción de cobre extraído aumente a 21,87 Mt y 26,14 Mt en 2021 y 2025, respectivamente, desde 21,16 Mt en 2020.

* El crecimiento de la oferta se verá impulsado por las expansiones de minas abandonadas, encabezadas por Freeport-McMoRan Inc.'s Grasberg Ampliación de Block Cave en Indonesia, codelco's Chuquicamata mina subterránea en Chile y Grupo Río Tinto's Oyu Tolgoi Proyecto en Mongolia. Dos grandes proyectos totalmente nuevos, PLC anglo americano's Quellaveco la mía en Perú y Zijin Mining Group Co. Ltd.'s Kamoa-Kakula El proyecto en la República Democrática del Congo (RDC) agregará un suministro combinado de 722.000 toneladas de cobre extraído para 2025.

* Sin embargo, sigue siendo poco probable que todos los proyectos probables y posibles identificados en nuestra cartera de suministro de cobre lleguen a buen término. Esperamos que 43 activos comprometidos, que incluyen proyectos en construcción y aquellos con aprobación de presupuesto o permisos en etapas avanzadas, sean responsables de 4,39 Mt de suministro adicional en promedio anualmente entre 2025 y 2030. Sin embargo, los proyectos probables y posibles podrían aumentar el suministro en 628.000 toneladas y 515.000 toneladas, respectivamente, en 2025 y 781.000 toneladas y 2,43 Mt en 2030.

* A pesar de nuestra expectativa de una relajación en el equilibrio del mercado de concentrados de cobre hasta 2025, pronosticamos que el mercado del cobre refinado pasará a un déficit de 279.000 toneladas para 2025 desde un superávit de 142.000 toneladas en 2020.

* Nuestro pronóstico de caso base de 2026 a 2030 considera que la industria del cobre no podrá satisfacer la creciente demanda de concentrado, incluso incluyendo proyectos en etapa de desarrollo no comprometidos que potencialmente podrían avanzar y ponerse en marcha durante este período.

El crecimiento de la producción minera a corto plazo no es suficiente para evitar el déficit en el mercado refinado"

Todavía hay pronósticos más pesimistas.

"Según McKinsey, se espera que la electrificación mundial aumente la demanda anual de cobre a 36,6 millones de toneladas para 2031, en comparación con la demanda actual de aproximadamente 25 millones de toneladas. Sin embargo, la consultora pronostica que el suministro de cobre rondará los 30,1 millones de toneladas, dejando un déficit de 6,5 millones de toneladas a principios de la próxima década."





Concentración minera a la baja.

Un problema considerable es la extracción de minerales-metales con una concentración que decae con el tiempo. Ello exige más movimientos de tierras para compensar la menor concentración y lograr mantener la producción estable o creciente. Naturalmente, se necesita más energía.

En este gráfico vemos que las mejoras tecnológicas han conseguido evitar una fuerte subida de la energía necesaria , cuando la concentración baja con el tiempo. Pero en el horizonte nos vamos acercando a los límites tecnológicos. Un descenso a partir de ahora, puede disparar las necesidades de energía.

Pasar de una concentración de cobre del 1,7% en 1930 a 0,7% en 2010, apenas ha supuesto incremento en la cantidad de energía necesaria. Incluso con las renovables, se espera que la caída del 0,7% al 0,5% actual, apenas suponga mayores necesidades energéticas. Pero un caída del 0,5% al 0,3%, sería un golpe enorme, por lo que ya se puede suponer que nos acercamos a los límites energéticos de extracción en los próximos años.


   



   

Los tecno-optimistas utilizan el argumento de los recursos-reservas abundantes para demostrar que el planeta no se va a quedar sin cobre. Pero por muchos recursos que existan bajo el subsuelo, si el cobre que vamos a utilizar mañana (para el coche eléctrico, los paneles solares, los molinos de viento o las redes eléctricas) sigue bajo tierra, no nos sirve. Para delimitar el cobre disponible hay que hacer un listado con las nuevas minas y el cobre que vamos a extraer en cada uno de ellas ... y esa lista es totalmente insuficiente. Los desarrollos pendientes hasta 2030 son todos conocidos y la cantidad de cobre añadida no alcanza para cubrir la demanda esperada. El cobre "fantasma" que se acumula en los abundantes recursos  bajo tierra sin desarrollar, puede servir para los proyectos de papel, pero no "sirve" para las enormes necesidades de infraestructura pendientes.

Lo único que nos puede "salvar" es un profunda recesión que disminuya la demanda prevista. Las subidas de precios también son efectivas, pero desarrollar una mina tarda muchos años, para afectar tan rápido la nueva oferta. Y afecta al crecimiento, con lo que trasladamos un problema a otro sitio... 


 
Aparece la escasez en el horizonte.

En el fondo lo que representan estos gráficos es que sea el petróleo la base de la civilización o sea otro producto finito, estamos llegando llegado al límite. El problema del cobre se puede extrapolar a la plata, níquel, zinc, plomo, etc. Teóricamente con energía y dinero infinito podríamos minar toda la superficie terrestre, pero la extracción de los materiales es una cadena con muchos eslabones débiles.

Cuando se habla de la abundancia o escasez de las materias primas se hace referencia a la cantidad de metales-minerales disponibles. Para cuantificar esa cantidad se utilizan las reservas y los recursos. 

Las reservas son las toneladas recuperables técnicamente a los precios actuales, mientras los recursos incluyen cifras de material descubierto pero no recuperable sea por razones geológicas, monetarias o tecnológicas. Cuando alguien habla de escasez de una materia prima lo hace refiriéndose a las reservas actuales, porque los recursos dependen de las características antes citadas más la disponibilidad fundamental de la energía necesaria para extraer los materiales. Obviamente si existe escasez energética, la extracción de materias primas se dificulta en extremo.






Una vieja tabla ya nos avisaba hace años sobre posible escasez para determinados elementos.




 

Justo cuando algunos minerales-metales empiezan a tener incipientes problemas de escasez, nos ponemos a realizar una transición energética que precisa enormes cantidades de materias primas, cuya extracción requiere a su vez, el petróleo que se quiere sustituir. 

Una transición de este tipo hay que hacerla cuando existe abundancia de petróleo. Es obvio que necesitaremos el petróleo para mantener en funcionamiento el sistema económico mundial, mientras también lo usamos para extraer los materiales críticos, crear la infraestructura que soporte el nuevo sistema y fabricar los elementos que vertebrarán el futuro del transporte mundial. 

 


No solo hay previsible escasez de minerales, metales, sino que el agua potable, la arena (vidrio y hormigón asociados), los fosfatos, el suelo fértil, el helio y otros muchos materiales también dan indicios de cierto agotamiento en las próximas décadas, por no mencionar que la producción de plásticos dependen al 100% de los fósiles. 



Otra percepción que surge al mirar los gráficos de largo plazo es que en doscientos años (1.900-2.100) habremos agotado casi todos los recursos básicos que nos han llevado a construir la actual civilización. Si el ascenso fue relativamente lento (1.900- 2.030), la caída será mucho más rápida. Sí, más vale que empecemos a reciclar absolutamente todo lo reciclable.

 

 
2º). El crecimiento económico y las bolsas.



Otro dato bastante relevante para "verificar" el progreso humano es la contabilidad de las bolsas. Si la bolsa sube, los beneficios empresariales mejoran en el tiempo y la calidad de vida sufre un impulso positivo, al estar representados todos los sectores.


Veamos el índice Dow Jones de EE.UU., ajustado por la inflación, en los últimos cien años.




   

        

Parece que hubo cierto estancamiento entre 1920 y 1980 y las cifras ajustadas por inflación no terminaban de mejorar. El mínimo entre medias, corresponde a 1982, momento en el cual, el índice emprende una carrera alcista imparable.

¿Qué ocurrió?.

Durante muchas décadas el crecimiento se equiparó a la inflación, manteniendo un cierta estabilidad.

El índice sin ajustar por la inflación presenta esta forma.



Aquí parece que el crecimiento es constante, aunque también "explota" a partir de 1982.


La clave de este crecimiento es el cambio que se hizo en el dólar (y en todas las demás monedas del mundo), al desligar el dólar del oro. 

Si hasta 1972, cada dólar emitido era intercambiable por su valor en oro, desde esa fecha (final de los acuerdos de Bretton Woods), los dólares son totalmente fiduciarios, es decir sin respaldo de ninguna clase. La primera consecuencia que apreció el gobierno americano es que ya no tenía ninguna cortapisa para emitir dólares. Y la segunda (mucho más importante) es que podía financiarse sin  límite, aunque la deuda creciera al infinito.


Semejante privilegio ha determinado este gráfico.




     

  Se trata de la deuda pública también ajustada por inflación. ¿Qué quiere decir esto?. Para comparar manzanas con manzanas, debemos equiparar el poder adquisitivo del dólar entre periodos de tiempo. Es evidente que la deuda de 1945 en dólares no se puede comparar con la deuda en 2023, porque un dólar de 1945, compraba muchas más cosas que un dólar de 2023. 

El resultado de este ajuste eleva la deuda de 1945 (y todos los demás años), como si todo fueran dólares de 2023. Por supuesto la deuda en 1945 no eran 5 billones de dólares de la época, sino ese es el equivalente, si tasamos la deuda de 1945 en dólares de 2023.

Por lo tanto, vemos que después de la II Guerra Mundial hay un descenso de la deuda  unos años y luego se estabiliza durante más de 30 años, hasta llegar a ... 1982.


Desde 1982, la deuda sube muy por encima de la inflación, con breve descanso a finales los años 90. Y desde 2008, eso no es un ascenso, es un cohete a la Luna.


Si ahora comparamos el índice Dow Jones ajustado a la inflación, con la deuda pública norteamericana ajustada a la inflación, podemos concluir algo muy claro. 

Todo el ascenso de la bolsa ha venido marcado, influido y dirigido por las condiciones asociadas  al crecimiento de una deuda mundial insaciable. La mejora de las condiciones y beneficios de las empresas no hubiera sido posible sin la aportación del dinero "infinito" fiduciario, como demuestra lo sucedido en el periodo anterior (sesenta años de 1920 a 1980).


Otra muestra de este desfase, es el incremento mucho mayor de la deuda respecto al PIB mundial, desde 1980.






 
3º). El ascenso de los BRICS+ 



Paralelo a estos movimientos en la energía y la deuda, asistimos al nacimiento de una alternativa a Occidente. Son los llamados BRICS+.

Esta organización agrupa once países de los considerados no occidentales, pero con una repercusión en el PIB, población mundial y recursos asociados, que rivaliza con el poder del G7.


Este gráfico resume el pasado, el presente y el futuro.




 

En una situación de creciente escasez de recursos, el poder del "sur global" se asocia para formar una organización que implica una alternativa en todos los órdenes al sistema establecido. El consumo de energía es mucho mayor en el bloque BRICS+, como también la producción. Prácticamente BRICS+ es la fábrica del mundo, mientras la tecnología y el sistema del dinero sigue centrado en occidente, lo que augura una lucha por la supremacía, que puede complicar aún más, la difícil situación generada por la previsible escasez de materias primas en un futuro no muy lejano.


Estos países pronto necesitarán toda su energía y materiales para mantener el crecimiento, propiciando una lucha por los recursos , si las exportaciones son la primera víctima de la escasez.

El seguimiento de la evolución de esta interacción, nos permitirá discernir las consecuencias para Occidente, si no somos capaces de llegar a un acuerdo de reparto, asequible para ambos bloques.

En poco tiempo, la diferencia de población (una demografía creciente (excepto China) con una media de edad muy baja, frente a una sociedad occidental envejecida que a duras penas puede mantener el estado del bienestar), el desequilibrio en los recursos y el tamaño global de un bloque frente al otro, puede concluir en una guerra no solo comercial, que devaste la economía mundial.


4º). Las condiciones sociales.


"Ibn Jaldun, Giambattista Vico, Stuart Mill, Bertrand Russell, Will Durant… Todos han mantenido lo mismo: que las civilizaciones comienzan a morir cuando pierden la pasión moral que les dio forma. Ocurrió en Grecia y Roma, y le puede ocurrir a Occidente. Los signos son: caída de la tasa de natalidad, decadencia moral, mayores desigualdades, una pérdida de confianza en las instituciones, autoindulgencia por parte de los ricos, desesperanza por parte de los pobres, minorías no integradas, la incapacidad de hacer sacrificios presentes para poder beneficiar a las futuras generaciones y una pérdida de fe en las creencias antiguas sin que sea reemplazada con un nuevo esquema de valores. Son señales peligrosas, y muchas de ellas están hoy en auge".


Y todo esto, sin pensar en la deuda o la energía. Simplemente son características de una sociedad decadente. 


 
Conclusión.

La aportación de la energía de los combustibles fósiles, financiada por el aumento vertiginoso de la deuda, ha permitido un crecimiento económico impresionante. 

Ahora podemos comprender mejor el "signo de los tiempos". La combinación de una energía buena, bonita y barata, con una densidad energética enorme y con una facilidad de transporte incomparable,  con una financiación aparentemente infinita, ha sido la causa de un crecimiento económico espectacular.

También esto tiene consecuencias. Si la energía se agota (sin sustitutos equivalentes en todos sus aspectos) o si la financiación simplemente se convierte en insostenible por los excesos acumulados, el crecimiento se ve frenado primero, para pasar a continuación a un leve descenso, que culmina después de unos años con una explosión bajista, cuando las retroalimentaciones negativas encadenan una crisis tras otra. 

Por eso es importante el seguimiento conjunto del peak oil (ó peak everything), de los excesos del  sistema fiduciario y de la crisis geopolítica,  para evaluar el momento en que la última fase de la crisis (probablemente comenzó en 2008) explota. 

La creencia generalizada en la tecnología, como una capacidad innata  de la especie humana para desarrollar soluciones que permiten superar todos los problemas, implica una falta de atención hacia los problemas expuestos en el artículo. La principal dificultad es la evidencia de que no existe una tecnología inmaterial, que consiga resolver todas las complicaciones. Se puede mejorar la eficiencia, pero todo tiene un límite y eso es algo que veremos pronto...

No es una crisis económica producto de los ciclos, tan repetida a lo largo de la historia, sino un conjunto de factores pico, cuya combinación negativa nos empuja  a un decrecimiento global irreversible. Por eso, la denominación de cenit de la civilización encaja mejor que crash histórico (del que a lo largo de la historia nos hemos recuperado al cabo de unos años).


Este último gráfico representa donde estamos ahora, y donde estaremos en el futuro no muy lejano.

 Tampoco es nada nuevo, puesto que lo conocemos de primera mano desde 1972 y los "límites del crecimiento". Otra cosa es que nos neguemos a aceptarlo o peor, que no nos interese.  






Si ahora comparamos este gráfico con el primero, ya nos hacemos una idea de lo que va a ocurrir con la energía primaria en las próximas décadas, cuando los combustibles fósiles empiecen a declinar con fuerza. Sí, vamos hacia una sociedad basada 100% en energías limpias, lo que no sabemos es la dimensión final respecto a la actual. 

Estamos en ese punto más alto, en el cenit de la civilización, inducido por el crecimiento energético.  El peak oil frena la demanda de energía y este parón detiene el crecimiento económico. Una sociedad occidental como la actual, con un conjunto de deudas tan grande, no puede sobrevivir a un estancamiento económico, porque las deudas se disparan y se convierten en impagables, ante la ausencia de crecimiento. El resultado final es un colapso global, bien por la explosión de la burbuja de la deuda que conduce a la quiebra del sistema, bien por el decrecimiento energético víctima del peak oil y sus derivadas o bien por la lucha por los recursos entre los bloques opuestos.

Siempre habrá mucha gente que discuta este tema. La humanidad ha superado todos los problemas que se le han presentado y esta vez también vamos a confiar en el ingenio humano.

Respuestas de este tipo que colocan la "fe" en la capacidad de superación del hombre como solución a todos los males pueden tener sentido en un debate religioso. Necesitaremos algo más que un milagro para superar este "pequeño bache". 

Por supuesto, se puede negar todo y no hay debate. No hay peak oil, no hay escasez de recursos, la deuda es buena (o no pasa nada si miras el ejemplo de Japón), los BRICS+ son un bluff y la transición energética es un éxito,  mientras la economía va bien. La ganancia de tiempo desde que la iniciaron los BC en 2008, puede prolongarse sin problemas hasta el infinito y más allá. Son los mismos que defienden la existencia de un crecimiento infinito en un planeta finito. A este grupo (inmensamente mayoritario) solo queda comentar que nos veremos en 2030...    

Un último comentario. Muchos confunden el cenit de la civilización (o el peak oil ) con el fin del mundo. No, cenit quiere decir el punto más alto de la civilización. Es decir, nunca hemos vivido mejor que ahora.



Saludos.   


PD. Esta fotografía me gusta. 

¿Qué haremos si el diésel escasea?.



 
         


 








 
122
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  1. #123
    27/11/23 14:59
  2. en respuesta a Xman6020
    -
    #122
    24/11/23 08:25
    De momento, es un proyecto paralizado que no ayuda mucho.

    No es el primero ... y no será el último.

    Si lo dice por los recursos, es interesante claro.

    Saludos. 
  3. #121
    24/11/23 00:55
    buenas noches. Que opina del proyecto peeble de Alaska?