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Los mercados de riesgo han sufrido, una semana más, ventas agresivas ante el pesimismo creciente de que la desaceleración económica se agrava, y a pesar de haber recibido buenas noticias en las negociaciones comerciales entre USA y China.

Siendo que nos acercamos al final del año 2018, vamos a realizar un repaso de la situación macro de las principales economías para poder comprender el comportamiento de las bolsas mundiales.

Asia:

En Japón conocimos el dato negativo del PIB anual, que descendió hasta el -2,5% desde el -1,2% anterior y el -1,9% previsto. Sin embargo, el índice de actividad del sector servicios creció hasta el 1,9% desde un 0,9% esperado.

Los datos macro desde China preocuparon especialmente a los operadores. La producción industrial se situó en el 5,4% descendiendo desde el 5,9% anterior. Según informes de economistas, China tiene el objetivo de pasar de una economía basada en ser “la fábrica del mundo” a un modelo de mayor consumo interno, lo que podría justificar una producción industrial menor al deslocalizarla a otros países con costes menores. No obstante, el dato de consumo interno no lo avala, al publicarse unas ventas minoristas a una tasa que descendió a niveles no vistos en más de una década, tal como se puede apreciar en la gráfica. De nuevo, el país del dragón nos está mostrando signos de enfriamiento de forma sostenida a pesar de los esfuerzos del Gobierno chino.

Fuente datos: National Bureau of Statistics of China

Europa:

Finalmente, la protesta de “los chalecos amarillos” en Francia, ha pasado de ser algo anecdótico a una situación que se ha alargado en el tiempo, generando un gran impacto en la economía del país, reduciendo el PMI de servicios hasta 49,6 desde el 54,8 previsto y el anterior 55,1. Ante la situación de confrontación elevada, el presidente francés Emmanuel Macron decidió ofrecer concesiones a los protestantes, lo que incrementará el déficit fiscal del país galo por encima del pacto de estabilidad europeo. Bruselas comunicó que se mantendrá expectante y máxime cuando a Italia le ha estado exigiendo que cumpliese las normas presupuestarias comunitarias.

En Italia podemos asegurar que tenemos buenas noticias al conocerse que el gobierno italiano se compromete a acatar un déficit del 2,04%, lejos del 2,4% que pretendían inicialmente, si bien Italia ha advertido que ese menor gasto conllevará a un menor crecimiento posiblemente. La deuda italiana lo ha celebrado con grandes avances, situándose la rentabilidad del bono a 10 años en el 2,967% en cierre semanal, lo que generó un efecto positivo a la deuda periférica y su sector bancario por efecto contagio.

El Brexit se complica para Theresa May, y ante la negativa del parlamento británico a aprobar el acuerdo alcanzado con Bruselas, realizó una serie de contactos con los socios comunitarios para intentar mejorarlo. Desde la Unión Europea el mensaje lanzado fue que no se modificaría en lo sustancial y en todo caso se añadiría algún anexo menor. Al obtener negativas por ambas partes, la primera ministra se vio abocada a una moción de confianza de su propio partido, aunque consiguió superarla. Toda esta instabilidad pasó factura a la libra esterlina que llego a perder el nivel de 1,25 contra el dólar, cosa que no hacía desde el pasado marzo.

En la sesión del jueves, el BCE comunicó que finalizaba la QE si bien mantendrá la recompra de vencimientos de la deuda que posee. Adicionalmente lanzó comentarios que inquietaron a los inversores, indicando que los datos macro apuntaban a un deterioro de la economía en la zona euro y un enfriamiento global que también le habría afectado.

USA:

Si bien es la región que mejor está soportando el enfriamiento de la economía mundial y sigue sólida, está mostrando signos de enfriamiento.

Entre los factores que más atemorizado tiene al mercado, destaca la inversión de la curva de tipos entre el bono de 2 años y el de 10. Uno de los motivos para que se incrementen los tipos en el tramo corto consiste en la emisión de 1 billón $ en dicho plazo, como sería el de 2 años. Esta emisión tendría como objetivo cubrir el déficit que esperan que se produzca el próximo año, como consecuencia del recorte de impuestos que Trump realizó y al enfriamiento del ciclo expansivo, según apunta Reuters (*1).

Tal es la preocupación a los efectos de la financiación y al enfriamiento de la economía, que las empresas más sensibles a dichos cambios están sufriendo castigos severos en su capitalización, como así demuestra la caída desde máximos del Rusell 2000. En dicho índice cotizan las empresas pequeñas de USA, caracterizadas por no gozar de ratings crediticios elevados, y ello hace que al endurecerse las condiciones de crédito o de crecimiento, se incrementen sus posibilidades de impago o quiebra. Por lo tanto, tenemos que considerar seriamente el comportamiento de las mismas como un aviso adelantado de lo que puede venir posteriormente a las empresas de índices de mayor capitalización.

Fuente datos: Bloomberg

Los descensos sufridos por los índices vienen justificados por un dato acorde recogido de Lipper, que muestra salidas de 46.200 M$ en los fondos USA, alcanzando niveles récord durante la semana del 5 al 12 de diciembre, tal y como ha informado la CNBC (*2).

Guerra comercial:

Hemos tenido buenas noticias desde China, mostrando un acercamiento para lograr un acuerdo. Se confirmó la compra de soja estadounidense por parte de empresas chinas, y además conocimos que el gobierno chino reducía los aranceles al sector de automoción y recambios durante los próximos 3 meses (*3). El objetivo que busca Beijing es mostrar su buena voluntad para negociar mostrándose flexible, gesto muy bien recibido por los mercados y en especial por el DAX, que ascendió posiciones al conocerse la noticia dado que posee empresas cuya parte de producción se realiza en USA.

Además, el conflicto de Huawei por la detención de la CFO de la compañía en Canadá se diluyó considerablemente, al lanzar un mensaje Trump indicando que haría todo lo necesario en el caso para no entorpecer las negociaciones comerciales con China. Posteriormente la ejecutiva era liberada bajo fianza y el mercado sintió una rebaja de riesgo.

Petróleo:

A pesar del acuerdo alcanzado por la OPEP para recortar la producción en 1,6 millones de barriles diarios el día 6 de diciembre, el precio no ha conseguido remontar posiciones, únicamente ha encontrado un suelo en los 50$ por barril WTI. Los motivos para impedir avances en el precio son que el mercado considera que existe dificultad para cumplir el acuerdo, ya que Rusia ha indicado que irá reduciendo progresivamente a partir de enero, y que los operadores creen que sigue existiendo un desfase entre oferta y demanda. A fin de dar fuerza al acuerdo, Arabia Saudí trazó una hoja de ruta indicando cómo van a llevarse a cabo los recortes de producción, según informó Reuters (*4).

 

Conclusiones:

Nos hemos encontrado unos mercados que han intentado tomar altura, ante las buenas vibraciones que llegaban respecto a las negociaciones comerciales entre China y USA. No obstante, el baño de realidad que nos han trasladado los datos macro han sesgado toda posibilidad de que las subidas fuesen sostenibles a cierre semanal.

Según las estadísticas, en años anteriores hemos disfrutado de avances en las sesiones que nos restan hasta el día 31 de diciembre, conocido como “rally de fin de año”. Sin embargo, en el entorno actual, el único motivo para subir sería la sobreventa y la búsqueda de un nuevo rebote.

Igualmente, podemos encontrarnos con otro efecto estadístico y no tan beneficioso, y es que haya gestores que decidan liquidar posiciones en aquellos valores que más bajadas hayan sufrido durante 2018, lo que puede acelerar las pérdidas en las últimas jornadas del año. Se basa en la idea que tienen los operadores de que los grandes gestores se desharán de ciertas posiciones. El objetivo es que en el informe que presentan a sus clientes no aparezcan posiciones incómodas, con pérdidas abultadas, que seguramente no gustarían a sus clientes, conocido como “window dressing”. Debido a esa creencia se suele producir la “profecía autocumplida” y es que como todos los agentes lo tienen en mente, venden antes de que suceda y con ello se inicia el movimiento.

En resumen, los operadores necesitan algo más que un nuevo rebote que termine con ventas agresivas. Necesitan un repunte de datos macro que muestren un mayor dinamismo económico, y ello pasa porque las dos potencias mundiales, USA-China, lleguen a un acuerdo y no aceleren una desaceleración económica que va tomando tracción. De este modo, los inversores podrían realizar nuevas valoraciones en un entorno económico más favorable incluyendo primas en sus precios objetivo. Mientras esto no suceda, las ventas se producirán a pesar de rebotes, ya que cada incremento de precio es visto como una oportunidad de venta y no de inversión por mejores perspectivas futuras.

(*1) U.S. yield curve to invert in 2019, recession to follow: Reuters poll

(*2) Stocks could struggle after record outflows, history shows

(*3) China is temporarily slashing tariffs on US auto imports

(*4) Saudi oil exports seen down 1 mln bpd in Jan from Nov levels

 

Twitter: @ivanftoril

 

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