Algunas personas tienen la idea de que educación privada, quivale a educación para ricos, una educación buena y llena de cosas positivas. Tal vez sea que la gente cree que por pagar va a recibir algo excelente, cuando el diseño económico de la educación privada incentiva la mediocridad educativa. Entendamos cómo funciona.
Los abolicionistas del siglo XXI
Econolandia era un país de finales del siglo XXI donde la educación era gratuita y obligatoria, pues los abuelos pensaron que como la educación abre las puertas para el empleo, lo mejor sería ser educativamente competitivos en el resto del planeta en una economía globalizada, pues competir por un empleo era algo que ya los abuelos habían vivido a principios del siglo. Pero entre los nietos estaban aquellos abolicionistas que pensaban que los abuelos tenían ideas obsoletas y que ellos eran mejores y más brillantes que los abuelos que tenían esas ideas cuadradas del bien común.
Entonces se aferraron al cliché de que todo lo que hace el gobierno está mal, y empujaban la idea de que la educación privada era mejor por el simple hecho de que pagabas más. Estos jóvenes abolicionistas tuvieron éxito y de pronto la educación pública desapareció.
Si eras un pobre sin dinero, estabas condenado a la ignorancia, a no poder aprender lo que necesitarías para conseguirte un mejor empleo y poder ascender socialmente. Si eras de clase media, te costaría pero podrías pagar la educación para ir avanzando muy lentamente, y los ricos evidentemente eran los que tenían los negocios educativos que les dejaban bastante pasta.
Desincentivo para la excelencia
Como bien sabes, si una persona reprueba, se desanima y tendría menos motivos para matricular. Pero como los ingresos del negocio educativo dependen de que quieras matricular, tienen que hacerte la cosa fácil para que sigas matriculando, de modo que los profesores ya no pueden ponerte una calificación de cero por tu proyecto infinitamente mediocre y deficiente, y tendrían que hacer los exámenes fáciles y si todos en el aula eran unos vagos, entonces el profesor tendría que hacer una "curva" para lograr que un porcentaje apruebe el curso. Los cursos que pocos aprueban serían mal vistos, y la rectoría o dirección verían ese curso como una amenaza a los ingresos del negocio.
Entonces, ¿de donde era que venía aquello de que te exigían más en una educación privada? Es que los tatarabuelos del siglo XIX tenían la extraña idea de que en la educación se debía exigir al alumno, en lugar de que el alumno exija. Los padres de familia que visitaban al profesor y recibian quejas de que su hijo perdía el tiempo en clase, terminaban dando un mal día al hijo, porque con la vagancia no se logra pasar una educación exigente. Eso era antes, ahora los padres vienen a reclamar al profesor si no le deja usar el celular para enviar mensajes de texto, y las leyes de Econolandia prohibían a los profesores recoger los celulares y tabletas durante un examen, y ni se diga de prohibir a los alumnos que copien en la prueba, que eso sería una barbaridad que les desmotivaría y echaría abajo el negocio. Es mejor complacer a sus padres, y a sus hijos, para que obtengan el cartón por el cual pagaron.
Bajar costos, bajando la calidad
Pero eso no es todo. Los empresarios educativos ávidos de bajar costos, encontraron que contratar alumnos recién graduados para dar clases era mucho más barato que contratar profesores con amplia experiencia en el campo. Asimismo, algunos cursos que no serían muy rentables tendrían que ser cerrados, y de esta manera en la carrera de medicina se le daba a los médicos los cursos que eran rentables, y no los que necesitaban para ser buenos médicos. Para aprender y cubrir esas brechas, para eso se podían ir a alguno de esos paises no capitalistas donde la educación estatal se preocupaba por la excelencia educativa, en lugar de querer complacer a los estudiantes vagos que pagaban un pastón por un curso impartido por un recién graduado. Niños educando niños. Novatos preparando a novatos para que sus alumnos sean tan expertos como ellos.
Y cuando había profesores con alguna experiencia, preferían no enseñar mucho de lo que sabían, porque esos estudiantes a futuro podrían ser competencia profesional para el profesor en su área. Lo mejor sería mantenerles tan ignorantes como fuese posible, para que cuando requieran de alguien le llamen a él y él pueda hablar de lo malos que son todos los demás profesionales en su campo donde él resalta.
Esas ideas sociales de los abuelos debieron ser una cosa ridícula, pensaron unos. Pero el resultado fue que tenían instituciones que daban mala calidad de enseñanza por todas las razones descritas. Y el estudiante que quería aprender y que quería que su dinero le trajera excelencia y no un cartón en la pared, empezó a reclamar la calidad educativa. ¿Cómo se demuestra la calidad educativa? Los profesores alegaban que ellos enseñaban bien, que era ese alumno el que no rendía en los cursos, es decir, decían que o era vago o era idiota. Es que si no fuera así, los demás alumnos (que estaban muy cómodos pasando cursos casi sin hacer nada) también se quejarían.
Distopias educativas
¿Cuál es un país donde todo esto sucede? India. Y España y EUA con los recortes educativos van por esta misma vía. En India proliferan las universidades privadas. La educación es mala y desactualizada. producen ingenieros a granel, pero la calidad de los mismos deja mucho que desear, y ello frustra no sólo a las empresas que se instalan allí, sino también a los mismos indios. Lo que pasa es que en India los problemas se tapan, porque siempre quieren mostrar que todo está perfecto, sin problemas, y para ello esconden los problemas detrás de números y métricas e indicadores fabulosos.
En India la ética venía dada por la religión, pero al secularizarse empieza a verse una gran gama de problemas debido a la ausencia de ética (The Crisis of Secularism in India). El 90% de las "escuelas internacionales" son peores que una escuela normal en un país desarrollado (India’s other education crisis: The English Teacher). En India hay una crisis de competencias educativas, y una crisis de educadores que viven en medio del miedo y sin orgullo hacia su profesión (The Unacknowledged Crisis of Indian Higher Education). La educación en India es mala, el Times of India lo reconoce (Indian higher education: 40% of college teachers temporary, quality of learning badly hit).
Ser educador es un trabajo muy duro, pasarse el tiempo en la escuela tratando de mantener quieta a una audiencia inquieta, y cubrir temas, y encima gastar la misma cantidad de tiempo en la casa haciendo trabajo en horas no pagadas. En Costa Rica al educador se le mira como aquel al que el examen de admisión no le da para estudiar otra cosa, cuando hace 100 años era tan prominente ser maestro como lo sería ser astronauta. En los colegios y escuelas privadas, los profesores no saben si tendrán empleo el siguiente año y hay algunos centros donde recargan de trabajo de los educadores con labores para las cuales no están preparados. Conocí una vez a una educadora de secundaria en centro privado a la que le recargaron con preescolares con retardo, claro, sin aumento de sueldo. Sin estabilidad no pueden planear sus vidas, y aunque en algunos pocos lugares pagan más o menos bien, también hay centros educativos donde prevalece la explotación laboral, como si los educadores fueran trabajadores chinos de hace 50 años. Es que las leyes en Costa Rica se miran como de acatamiento opcional por parte de algunos empresarios.
Unos años después en Econolandia se veía en las noticias incidentes de mala praxis médica porque los médicos estaban mal preparados. Había farmacéuticos graduados que preguntaban cómo se calculaba una dosis. Y si crees que esto es un cuento inventado, tendrías que visitar Costa Rica, donde esto ocurre. Es un país donde hay gente que ofrece servicios para hacerte el proyecto de la tesis de graduación, bajo la excusa de que ofrecen servicios para "asesorarte" y "ayudarte". Costa Rica tiene el "puente de la platina", un puente mal construido que deberían echar abajo y reemplazar por uno nuevo, pero que ha sido remendado con una rejilla cubierta con cemento, y como ambos materiales se comportan distinto con las temperaturas, el cemento ya se resquebrajó y dejó la rejilla metálica al descubierto, sobre la cual pasan carros y camiones de todo el país. ¿Que existe una mafia de corrupción con las constructoras? Además queda la idea de que los ingenieros del país no sirven para nada, porque ese puente no ha visto solución alguna por años y años, mientras que en un tiempo record los chinos construyeron un magnífico estadio en Costa Rica.
Al final, en Costa Rica, la educación superior privada es pésima, y la educación primaria y secundaria que son estatales se ha mantenido por encima de los estándares de muchos países desarrollados, y no es difícil entender por qué. Es por los incentivos nefastos del sistema de educación privada, que por diseño arrastran a un país a la mediocridad. No hay incentivo en la educación privada para dar calidad, porque en primer lugar la gente no la exige y por otro lado no hay una manera absoluta e inequívoca de medirla.
Y lo peor es que las universidades costarricenses anuncian carreras a su antojo, sin que haya conexión entre la oferta educativa y la demanda laboral. Estudia derecho, estudia arte, estudia psicología, estudia arquitectura, estudia relaciones públicas. Pero si estas carreras son las que más desempleados tienen. Se vive mejor estudiando para técnico (por ejemplo mecánica automotriz u otra especialidad donde transformes algo físico) que teniendo un título universitario. Esto demuestra que lo intelectual no siempre indica superioridad de la mente sobre los demás.
Educación privada: La venta de títulos
Es que el negocio educativo es un negocio de vender títulos profesionales, donde conviene tener profesores baratos aunque sean unos inexpertos e ignorantes y tener estudiantes que no desertan, pero que tampoco pueden avanzar muy rápido para que así sean una buena fuente de dinero. Lo importante no es ofrecer a las empresas los trabajadores que necesitan, ni es necesario hacerles aptos para un empleo, no es necesario exigirles, y todo esto es eficiencia, porque la eficiencia en una empresa consiste en dar la empresa lo menos posible a cambio de la mayor cantidad de dinero, que es lo opuesto de lo que se le pide al gobierno, al que le piden que de más con menos dinero. Lógicamente, si a la empresa se le pide más, va a decir que no es rentable, que no son caridad. ¿Es caridad dar excelencia educativa? En ese caso la educación debería ser estatal, no privada.
Al final el profesional se gradúa y encuentra que su mercado laboral está saturado y que realmente no aprendió las habilidades básico que el mercado laboral exige de él. Ah, si tan sólo hubera estudiado una carrera técnica en lugar de pagar un pastón en las universidades privadas. Y no hay consecuencia para la empresa educativa, porque la incompetencia educativa se oculta, porque al estudiante que quiera hablar mal de la empresa le amenazan para que no hable. Y entre médicos se cubren cuando matan a alguien con una mala praxis.
Lo cierto es que con educación cara, no hay manera en que en un país puedan dejar de ser ignorantes. No podrán ser competitivos para atraer empleos del exterior. Y los que atraigan se llevarán la sorpresa de que los trabajadores no eran tan competentes como les dijeron que eran.
Chile tiene sus broncas por el tema educativo, la no accesibilidad de la educación para la población. Quizás por eso es que la socialista bachelet volvió a ganar, porque el afán egoísta del dinero por el dinero ya no satisface a los chilenos, pues querrán algo mejor para su país. En India probablemente irán de capa caída, porque no sólo la educación es mala con sus universidades de cochera, una cochera con sillas y mesas a las que llaman "universidad" y que con el dinero de los estudiantes se consiguen edificios más bonitos sin mejorar la educación para el estudiante. Irán de capa caída, porque los microcréditos indios cobran intereses usureros que ya han empujado a emprendedores la suicidio, y sin eso sólo podrán depender del empleo venido del exterior.
Excelencia, o al menos no quedarse atrás
En eso los chinos son distintos. No muchos hablan chino en el mundo, excepto los mismos chinos, y las rivalidades con los EUA hacen que deban prepararse y competir en caso de que los EUA quiera hacerles una nueva guerra del opio. Igual que los EUA llegaron a la luna para no quedarse atrás, quizás los chinos hacen lo mismo para no quedarse atrás, porque en la guerra del opio perdieron por quedarse atrás, y perdieron tanto que la dinastía de 400 años fue echada abajo. Y les costó casi 150 años de tumultos , miseria y problemas, para volver a ser potencia.
Pero en India no tienen nada de eso. Han seguido como corderos los modelos extranjeros, y aunque digan que no desean ser colonizados otra vez, lo cierto es que económicamente ya fueron colonizados de nuevo. Ya hoy casi son de nuevo una provincia del mundo anglosajón.
Costa Rica y España tienen pocas razones para querer llegar a la luna, o para no querer quedarse atrás frente a alguien. Pero como en todo país hay quien desea que la gente de su país sea culta, querer ser mejores. En el siglo XIX en Costa Rica estaba de moda aprender música, y no había cosa que más llamara la atención que llegar a una fiesta y ver que una joven salía de entre la multitud a tocar el piano con soltura y destreza. Eran tiempos en que querían ser mejores, verse mejores. Pero cuando no hay nadie para verse mejor, viene la mediocridad, porque a mucha gente no le interesa aprender, sino solamente tener un cartón para conseguir el empleo. ¿Y cómo se tapa la mediocridad? Pues se tapa viviendo entre un colectivo de otros mediocres.
La educación privada trae como consecuencia una serie de efectos que difunden y premian la mediocridad en la sociedad, y será labor del patriota de cada país, defender a su país contra estos enemigos que carcomen el entramado de la sociedad. De otro modo, para finales del siglo XXI serán un país que se quedó atrás, como China que en 1800 era un gran país y 150 años después era un país lleno de pobres que vivían miserablemente, y donde los experimentos políticos y sociales para restaurar la antigua gloria le ha costado sangre, sudor y lágrimas..