Existe abundante literatura que constata que a largo plazo más del 90% de la rentabilidad de una cartera vendrá dada por su asignación de activos y que los movimientos tácticos que puedan darse contribuirán más bien poco en el saldo final.
Uno de los aspectos más importantes de una buena cartera es no solo tener una buena diversificación en activos tan descorrelacionados como sea posible sino también aplicar una buena política de rebalanceos.
Estos últimos dos años he gestionado un patrimonio de un volumen significativo con el que he podido configurar una cartera con total discrecionalidad lo que me ha permitido tocar entornos a los que, con mi capital propio, no habría tenido acceso.
Aunque la anterior tabla de contabilidad ya contenía un apartado para gestionar nuestra cartera, su funcionamiento ya vimos que no era muy bueno. Además solo servía para las operativas a medio/largo plazo, de varios meses de duración, sino años. Por otra parte las comisiones y corretajes no estaban bien implementadas por lo que los resultados difícilmente nos iban a dar la rentabilidad real. Para