Pocholo r.
07/05/13 10:39
Ha comentado en el artículo Las asociaciones de autónomos. en la inopia.
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Para explicar esta actitud en primer lugar está la ideología bajo la cual funciona el sistema. Esto es una economía donde siempre se ayuda a la oferta: desgravaciones a la SS, subvenciones a la contratación, ayudas al alquiler, etc. Durante años, ha habido una transferencia regresiva de rentas oculta, bajo esta premisa. Y la oferta, ya sabemos lo que es: la preeminencia absoluta del Capital.
En segundo lugar, tenemos la ideología que los medios de propaganda del sistema envían a la población. Mensajes como: "Hay que bajar los impuestos", "Hay que quitar las trabas a la creación de empresas", "Hay que facilitar el despido", etc. A la gente, le afecta eso interiormente, y me imagino que los representantes de los trabajadores no son inmunes a ello.
"La cuestión de la unidad Alemana estaba de pronto sobre la mesa -en las manifestaciones de los últimos meses, los germanoorientales habían pasado del lema “nosotros somos el pueblo” a “nosotros somos un pueblo”- y la compleja reunificación de los dos países se realizaría en menos de un año." El cambio de lema para mucha gente muestra la manipulación que sufrieron los alemanes que pasaron de reivindicarse frente al Stablishment Oriental a asumir acríticamente la reunificación(Saqueo) que deseaba el Stablishment Occidental. Queda la duda de si fue o no una manipulación y si la llevaron a cabo los medios occidentales o quien lo hizo... O a lo mejor no fue así.
En tercer lugar, la corrupción y la Ley de Hierro de las Oligarquías. Una organización tiende siempre, conforme pasan los años, a automantenerse a si misma. Y bueno, pues tantos años los mismos interlocutores (Si es que sea así), que están un poco (Si es que sea así) apoltronados y avidos de cursos de formación o subvenciones (Si es que sea así) Pues,termina la cosa mal: defendiendo intereses distintos a los de sus agremiados. A los sindicatos de trabajadores parece que también les pasa...
En cuarto lugar,hace poco Juan Torres explicaba que decía Michal Kalecki que la oposición a las políticas de pleno empleo tenía tres respuestas:
a) Si el gobierno no hace políticas que favorezcan el pleno empleo; el nivel del empleo depende de la confianza de los capitalistas: si ésta se deteriora, cae la inversión privada, lo que se traduce en una baja de la producción y el empleo. Por tanto, decía Kalecki: sin intervención, los capitalistas disponen de un poderoso control indirecto sobre la política gubernamental: todo lo que pueda incomodarles y deteriorar “su” confianza debe evitarse para que no se provoquen crisis.
Concluye el economista polaco con una idea que es perfectamente aplicable a lo que viene sucediendo en la actualidad: quienes defienden los intereses de las empresas y se oponen a la intervención gubernamental deberán considerar como “peligrosos” los déficit presupuestarios, pues estos son su instrumento principal para llevarla a cabo. La función social de la doctrina de las “finanzas saneadas” (de la estabilidad presupuestaria o de la austeridad, diríamos ahora) no es otra, decía, que hacer que la confianza empresarial prevalezca como determinante del nivel del empleo y de la bonanza económica.
b) Una segunda resistencia de los capitalistas a la política gubernamental que crea empleo proviene de que, cuando se lleva a cabo, se sienten doblemente amenazados. Si se articula invirtiendo en productos que podría producir la empresa privada creerán que el gobierno actúa como un competidor indeseable que le roba negocio y beneficios, y se opondrán a ella. Y si la intervención se realiza subsidiando compras se producirá una paradoja. En principio les vendría muy bien a los capitalistas, porque así venderían lo que de otra forma se quedaría sin vender. Pero se negarán a ello porque con dichos subsidios, dice Kalecki, se pone en cuestión algo de la mayor importancia: “los principios fundamentales de la ética capitalista requieren la máxima del ganarás el pan con el sudor de tu frente, es decir, siempre que tengas medios privados”.
c) El último argumento, para mi el más interesante: Si el pleno empleo se alcanza, dice de nuevo Kalecki, el paro dejaría de ser un medio de disciplinar a los trabajadores y de limitar su capacidad reivindicativa: “La posición social del jefe se minaría y la seguridad en sí misma y la conciencia de clase de la clase trabajadora aumentaría. Las huelgas por aumentos de salarios y mejores condiciones de trabajo crearían tensión política”.
A partir de ahí el economista polaco desarrolla una idea fundamental, y que me parece que tiene una vigencia plena en nuestros días: “Es cierto -escribía- que las ganancias serían mayores bajo un régimen de pleno empleo (…). Pero los dirigentes empresariales aprecian más la “disciplina en las fábricas” y la “estabilidad política” que los beneficios. Su instinto de clase les dice que el pleno empleo duradero es poco conveniente desde su punto de vista y que el desempleo forma parte integral del sistema capitalista normal“.
http://juantorreslopez.com/impertinencias/la-batalla-politica-por-el-pleno-empleo/
El pequeño tendero con un dependiente trabajando para él, o el pequeño productor de software que tiene trabajando para él a un par de programadores y a un técnico no deja de ser un pequeño aspirante a empresaurio apañó. Y aunque sea un mierdecilla al lado de un magnate como Botín o Brufau, él no lo ve así, sobretodo mientras disfruta esclavizando a sus padefos y en el Banco, adonde va a conseguir liquidez que le dan a precio de oro, le llaman Señor Manuel, en vez de Manolo (Así, a secas...).
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Resumiendo, para mi estos cuatro argumentos son los que a grandes rasgos podrían explicar en mi opinión la actitud suicida de las asociaciones de autónomos.