Primero quiero dejar claro que, de lo que yo al menos estoy hablando, es de inversiones con vocación de medio largo plazo.
Las preferentes ofrecen rentabilidades históricas, cuando los tipos suban, las preferentes compradas con descuentos importantes seguirán siendo competitivas, y aún más, al estar la mayor parte referenciadas a euribor más un margen es posible que hasta interese a los titulares de preferentes que los tipos de interés suban. Eso no lo puedes conseguir con bonos u obligaciones que lógicamente si notarían con mayor fuerza en sus precios una subida de tipos, y es que en las emisiones a largo, hay que diferenciar como mínimo entre las que pagan cupón fijo y las que lo pagan variable.
Al invertir en preferentes te estas asegurando unas rentabilidades mínimas de alrededor de un 8% (eso en empresas importantes, en otras más pequeñas la rentabilidad es mayor), eso te permite esperar con suficiente margen de tranquilidad, incluso aunque algún año no paguen cupón, la rentabilidad ofrecida sigue siendo importante. Además siempre existe la posibilidad de que la entidad las amortice, si lo hace al 100% las rentabilidades obtenidas aumentarían significativamente.
Invertir en preferentes tiene un riesgo menor que hacerlo en acciones (aunque las acciones tienen otras ventajas la principal es la liquidez mostrada incluso en tiempos apocalípticos), tan simple como que mientras una empresa pague dividendo pagará las preferentes, el dividendo es el primer pago del que prescinde cualquier empresa, mientras los problemas sigan instalados en los mercados, el cobro de dividendo estará en peligro, por ejemplo el BBVA ya se decidió por pagarlo en acciones o el Deutsche Bank reducirlo significativamente, que yo sepa sus preferentes han seguido pagando el cupón. Si el banco quiebra los titulares de las acciones es seguro que sufrirán una merma en su patrimonio, los de presentes, quizá también, o quizá no.
Lo que pueden ocultar los bancos en sus balances es posible que nadie lo sepa, pero por ejemplo, en algunos países, se han creado o se van a crear próximamente, los llamados Bad Bank para que las entidades puedan sacar de su balance los activos tóxicos. Los riesgos existen, y no son pequeños, pero son este tipo de pasos lo que harán que la confianza entre bancos pueda ser reestablecida. Sinceramente no veo que el sistema llegue de nuevo al punto de lo sucedido tras la quiebra de Lehman. Personalmente las mayores dificultades que preveo están más relacionadas con la economía real, que ha quedado muy afectada con la tormenta financiera, simplificando mucho las cosas, todo se reduce a un problema de morosidad.
Al final todo se reduce a que nos preguntemos si las ganacias potenciales compensan los riesgos, a tenor de lo expuesto anteriormente yo pienso que si, pero no tengo porque estar en lo cierto.
Saludos