Es importante solicitárselo al médico, aunque no pueda ni deba valorar una incapacidad permanente, ya que no es su función. Sin embargo, lo ideal sería que elaborara un informe detallado sobre tus limitaciones funcionales, si las conoce. Por ejemplo, en lugar de escribir únicamente "tiene vértigo", sería más útil que indicara algo como "los vértigos le impiden caminar solo". Si el médico se niega a hacerlo y está al tanto de tus limitaciones, existen varias opciones: puedes pedir una segunda opinión médica, presentar una queja en el servicio de atención al paciente o solicitar el informe por escrito mediante un registro de entrada, especificando que lo necesitas para un procedimiento administrativo. No existe ninguna ley que los obligue, pero sí a proporcionar informes completos y veraces.