Discurso de John Howard, ¿racista o realista?
En 2008 Jhon Howard, primer ministro de australiano realizó unas declaraciones relacionadas con la inmigración que no contentó a muchos, bajo mi punto de vista fue claro y educado, para nada violento y dijo unas verdades como puños que muchos pensamos y que la mayoría no se atreve a decir.
Enfureció a muchos musulmanes australianos entre otras cosas por dar apoyo a las agencias de contrainteligencia para espiar las mezquitas, en momentos en que el gobierno se encuentra aislando a posibles grupos radicales que podrían lanzar ataques terroristas contra el pueblo de esa isla-continente en un futuro.
También expuso que los que tienen que adaptarse al llegar a un nuevo país son los inmigrantes, no los autralianos y si no les gusta que se vayan que aquí no les obligamos a que se queden.
Aquí hablamos inglés fundamentalmente. No hablamos árabe, chino, español, ruso, japonés ni ninguna otra lengua. Por lo tanto, si los inmigrantes quieren convertirse en parte de esta sociedad, ¡que aprendan nuestro idioma!'
El mandatario continuó diciendo que la mayoría de los australianos son cristianos. Esto no es un ala política ni un juego político. Se trata de una verdad, de hombres y mujeres cristianos que fundaron esta nación basados en principios cristianos, lo cual está bien documentado en todos nuestros libros. Por lo tanto, es completamente adecuado demostrar nuestra fe cristiana en las paredes de las escuelas. Si Cristo les ofende, entonces le sugiero que busquen otra parte del mundo para vivir, porque Dios y Jesucristo son parte de nuestra cultura.
Toleraremos vuestras creencias, pero tienen que aceptar las nuestras para poder vivir en armonía y paz junto a nosotros, advirtió Howard. Este es nuestro país, nuestra patria, y estas son nuestras costumbres y estilo de vida. Permitiremos a todos que disfruten de lo nuestro, pero cuando dejen de quejarse, de lloriquear y de protestar contra nuestra bandera, nuestro compromiso nacionalista, nuestras creencias cristianas o nuestro modo de vida. Les recomiendo encarecidamente que aprovechen la gran oportunidad de libertad que tienen en Australia. ¡Aquí tienen el derecho de irse a donde más les convenga!
Ustedes pidieron emigrar aquí, así que ya es hora de que acepten al país que los aceptó.