para abrir el apetito...
NANCY FRASER
CONCLUSIÓN
En general, pues, estoy ofreciendo una propuesta constructiva para tratar los
conflictos sobre el “quién” en las condiciones actuales de justicia anormal. Pro-
pongo, en especial, someter las quejas contra las injusticias de des-enmarque al
principio de todos-los-sometidos. Sostengo que este enfoque puede iluminar los
conflictos de justicia que implican visiones competidoras del “quién”.
Más importante que los detalles de esta propuesta, sin embargo, es su estruc-
tura conceptual general. Lo que es crucial aquí es que este enfoque es reflexivo y
discriminatorio a la vez. Combina el cuestionamiento reflexivo de los marcos de
justicia con un principio evaluador discriminatorio. De esta manera, tiene en cuenta
los aspectos positivo y negativo de la justicia anormal. Gracias a su reflexividad,
el concepto de des-enmarque da validez a la impugnación del marco westfaliano.
Al estar diseñado para el meta-nivel, este concepto nos permite contemplar la
posibilidad de que determinadas cuestiones de justicia de primer orden hayan
sido enmarcadas injustamente. Así pues, abre un espacio para concepciones no
hegemónicas del “quién”. Al mismo tiempo, gracias a su carácter discriminatorio,
este enfoque ofrece una vía para aquilatar la justicia de los “quiénes” rivales. Al
someter los marcos propuestos al principio de todos-los-sometidos, nos permite
sopesar sus méritos relativos. Por tanto, proporciona un cierre provisional para
arbitrar disputas. En definitiva, pues, este enfoque es muy prometedor a la hora
de clarificar disputas en torno al “quién” en tiempos anormales.
Lo más importante es, con todo, el problema general que yo he esbozado
aquí. Bajo condiciones de justicia anormal, las suposiciones que se dan por des-
contadas acerca del “quién” de la justicia ya no se pueden mantener sin hablar
de ellas. Así pues, estas suposiciones deben someterse a la discusión crítica y a
la reevaluación. En tales discusiones, la clave es evitar dos tentaciones. De un
lado, hay que resistir la tentación reaccionaria y en definitiva fútil de aferrarse a
suposiciones que ya no son apropiadas para nuestro mundo globalizado, tal como
hace el westfalianismo obsoleto. De otro lado, se debería evitar celebrar la anor-
malidad por la anormalidad, como si la contienda fuese en sí misma liberación. En
este ensayo he intentado presentar un modelo alternativo, que reconoce la justicia
anormal como el horizonte dentro del cual tienen que proseguir actualmente todas
las batallas contra la injusticia. Sólo apreciando los peligros y las perspectivas
de esta condición podemos esperar que se reduzcan las inmensas injusticias que
invaden nuestro mundo.
un abrazo...
Quien tiene dinero tiene en su bolsillo a quienes no lo tienen