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¿Qué es un especulador?

81 respuestas
¿Qué es un especulador?
¿Qué es un especulador?
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especulador: terrorista financiero

Especulador, creador de razonamientos cual finalidad trata de lograr la incertidumbre. En el caso del sistema económico global, no es más que un arma para poder llevar las riendas del sistema en si. Siempre he considerado que se trata de un sabotaje, y en el mundo controlado por los bancos donde su funcionamiento con los clientes es tan racional debido al interes de tener beneficios con el riesgo más bajo posible, me parece que es algo absurdo. El hecho de que un rumor ponga en jaque toda la economía de un pais, es demasiado sospechoso... Si fueramos capaces de saber quien es el que especula, nos daríamos cuenta que interes es el que empuja a que lo haga.
Especulador en este con texto, sería un terrorista financiero.

#74

Re: ¿Qué es un especulador?


¿Quién no busca los valores a saldo? Casi todos los especuladores domésticos muchos se han aprovechado de esta situación los que saben y los que desean aprender naturalmente a especular y comprar a un precio de ganga y después sacar un buen rendimiento de las empresas, mucho lo ven mas que normal que los especuladores que dicen que somos todos pretenden pescar en río revuelto y otros quizás la minoría ya sin liquidez y su cartera con pérdidas abultadas y con menos rentabilidad por dividendo solo sueñan el gran remedio. Desean que en lo más pronto posible vuelva otra vez el río a su cauce.
Un saludo

#75

Re: ¿Qué es un especulador?

Interesante artículo.

Quedá claro que por un lado los especualdores no tienen que ser malos por definición y por otra, que tanto Goldman Sachs, como los políticos que les crean un entorno legal a medida, son la verdadera lacra de los mercados.

Saludos

#76

Re: ¿Qué es un especulador?

Mi opinión de tu post, muy bueno, ilustrativo e interesante, por lo menos para mí. Es algo que siempre he pensado, aunque me han faltado piezas para conexionarlo. Pienso que lo que lo hace posible, como factor necesario, son las políticas monetarias expansivas que han tenido lugar en los últimos años. Estas cantidades han creado un flujo enorme de dinero hacia estos mercados de futuros, distorsionando por completo su razón de ser originaria, y dando como resultado la estimulación de la vorágine especulativa, o quizás seria mejor decir: y dando como resultado la manipulación directa de la oferta y la demanda.

Un saludo

#77

Re: ¿Qué es un especulador?

Exáctamente.

Luego hay que contar con la inestimable ayuda de la ciudadanía, y es que somos los primeros en fomentar las políticas cortoplacistas y en especular con el futuro a 30 años vista ¿?.
Y es que a esto último no se atreve ni la mismísima GS.

S2

#78

Re: ¿Qué es un especulador?

las políticas monetarias expansivas desde luego, y sobre todo, la falta de regulación y el permitir los swaps en descubierto, muy útiles para alterar artificialmente los precios.

saludos.

Detesto a las víctimas que respetan a sus verdugos.

#79

Re: ¿Qué es un especulador?

Me suena eso que comentas.

Pasa lo mismo con los que me dicen que tienen "derecho constitucional al trabajo"
- "¡Ya...ya...!", les respondo, "y el deber".
- "Y ahora dime en que parte del artículo de marras se menciona de manera expresa que ese trabajo tiene que ser POR CUENTA AJENA Y TE LO TIENEN QUE LLEVAR A CASA" y es que hay gente que nace con suerte.

En caso contrario sugieren que el estado les cubra la contingencia de manera indefinida, y mientras, los hay que incluso realizan chollos en "B" porque eso de darse de alta en autónomos "es un rollo".
Luego te dicen que hay que subir los impuestos, acabar con el fraude y ser solidario ¿?

No es broma y juro que no me estoy inventando nada. Individuos de estos hay a patadas. Luego te llaman facha y esas cosas cada vez que los cuestionas. ¿?

S2

#80

Re: ¿Qué es un especulador?. un especulador es un terrorista financiero

lo dice Juan José Millas:

RELACIONES IMPOSIBLES: ECONOMÍA REAL-ECONOMÍA FINANCIERA
Un cañón en el culo
La primera operación que efectúa el terrorista económico sobre su víctima es la del terrorista convencional, el del tiro en la nuca
JUAN JOSÉ MILLÁS 14 AGO 2012 - 01:21 CET

Si lo hemos entendido bien, y no era fácil porque somos un poco bobos, la economía financiera es a la economía real lo que el señor feudal al siervo, lo que el amo al esclavo, lo que la metrópoli a la colonia, lo que el capitalista manchesteriano al obrero sobreexplotado. La economía financiera es el enemigo de clase de la economía real, con la que juega como un cerdo occidental con el cuerpo de un niño en un burdel asiático. Ese cerdo hijo de puta puede hacer, por ejemplo, que tu producción de trigo se aprecie o se deprecie dos años antes de que la hayas sembrado. En efecto, puede comprarte, y sin que tú te enteres de la operación, una cosecha inexistente y vendérsela a un tercero que se la venderá a un cuarto y este a un quinto y puede conseguir, según sus intereses, que a lo largo de ese proceso delirante el precio de ese trigo quimérico se dispare o se hunda sin que tú ganes más si sube, aunque te irás a la mierda si baja. Si baja demasiado, quizá no te compense sembrarlo, pero habrás quedado endeudado sin comerlo ni beberlo para el resto de tu vida, quizá vayas a la cárcel o a la horca por ello, depende de la zona geográfica en la que hayas caído, aunque no hay ninguna segura. De eso trata la economía financiera.

Estamos hablando, para ejemplificar, de la cosecha de un individuo, pero lo que el cerdo hijo de puta compra por lo general es un país entero y a precio de risa, un país con todos sus ciudadanos dentro, digamos que con gente real que se levanta realmente a las seis de mañana y se acuesta de verdad a las doce de la noche. Un país que desde la perspectiva del terrorista financiero no es más que un tablero de juegos reunidos en el que un conjunto de Clicks de Famóbil se mueve de un lado a otro como se mueven las fichas por el juego de la Oca.

La primera operación que efectúa el terrorista financiero sobre su víctima es la del terrorista convencional, el del tiro en la nuca. Es decir, la desprovee del carácter de persona, la cosifica. Una vez convertida en cosa, importa poco si tiene hijos o padres, si se ha levantado con unas décimas de fiebre, si se encuentra en un proceso de divorcio o si no ha dormido porque está preparando unas oposiciones. Nada de eso cuenta para la economía financiera ni para el terrorista económico que acaba de colocar su dedo en el mapa, sobre un país, este, da lo mismo, y dice “compro” o dice “vendo” con la impunidad con la que el que juega al Monopoly compra o vende propiedades inmobiliarias de mentira.

Cuando el terrorista financiero compra o vende, convierte en irreal el trabajo genuino de miles o millones de personas que antes de ir al tajo han dejado en una guardería estatal, donde todavía las haya, a sus hijos, productos de consumo también, los hijos, de ese ejército de cabrones protegidos por los gobiernos de medio mundo, pero sobreprotegidos desde luego por esa cosa que venimos llamando Europa o Unión Europea o, en términos más simples, Alemania, a cuyas arcas se desvían hoy, ahora, en el momento mismo en el que usted lee estas líneas, miles de millones de euros que estaban en las nuestras.

Y se desvían no en un movimiento racional ni justo ni legítimo, se desvían en un movimiento especulativo alentado por Merkel con la complicidad de todos los gobiernos de la llamada zona euro. Usted y yo, con nuestras décimas de fiebre, con nuestros hijos sin guardería o sin trabajo, con nuestro padre enfermo y sin ayudas para la dependencia, con nuestros sufrimientos morales o nuestros gozos sentimentales, usted y yo ya hemos sido cosificados por Draghi, por Lagarde, por Merkel, ya no poseemos las cualidades humanas que nos hacen dignos de la empatía de nuestros congéneres. Ya somos mera mercancía a la que se puede expulsar de la residencia de ancianos, del hospital, de la escuela pública, hemos devenido en algo despreciable, como ese pobre tipo al que el terrorista por antonomasia está a punto de dar un tiro en la nuca en nombre de Dios o de la patria.

A usted y a mí nos están colocando en los bajos del tren una bomba diaria llamada prima de riesgo, por ejemplo, o intereses a siete años, en el nombre de la economía financiera. Vamos a reventón diario, a masacre diaria y hay autores materiales de esa colocación y responsables intelectuales de esas acciones terroristas que quedan impunes entre otras cosas porque los terroristas se presentan a las elecciones y hasta las ganan y porque hay detrás de ellos importantes grupos mediáticos que dan legitimidad a los movimientos especulativos de los que somos víctimas.

La economía financiera, si vamos entendiéndolo, significa que el que te compró aquella cosecha inexistente era un cabrón con los papeles en regla. ¿Tenías tú libertad para no vendérsela? De ninguna manera. Se la habría comprado a tu vecino o al vecino de tu vecino. La actividad principal de la economía financiera consiste en alterar el precio de las cosas, delito prohibido cuando se da a pequeña escala, pero alentado por las autoridades cuando sus magnitudes se salen de los gráficos.

Aquí están alterando el precio de nuestras vidas cada día sin que nadie le ponga remedio, es más, enviando a las fuerzas del orden contra quienes tratan de hacerlo. Y vive Dios que las fuerzas del orden se emplean a fondo en la protección de ese hijo de puta que le vendió a usted, por medio de una estafa autorizada, un producto financiero, es decir, un objeto irreal en el que usted invirtió a lo mejor los ahorros reales de toda su vida. Le vendió humo el muy cerdo amparado por las leyes del Estado que son ya las leyes de la economía financiera, puesto que están a su servicio.

En la economía real, para que una lechuga nazca hay que sembrarla y cuidarla y darle el tiempo preciso para que se desarrolle. Luego hay que recolectarla, claro, y envasarla y distribuirla y facturarla a 30, 60 o 90 días. Una cantidad enorme de tiempo y de energías para obtener unos céntimos, que dividirás con el Estado, a través de los impuestos, para costear los servicios comunes que ahora nos están reduciendo porque la economía financiera ha dado un traspié y hay que sacarla del bache. La economía financiera no se conforma con la plusvalía del capitalismo clásico, necesita también de nuestra sangre y en ello está, por eso juega con nuestra sanidad pública y con nuestra enseñanza y con nuestra justicia al modo en que un terrorista enfermo, valga la redundancia, juega metiendo el cañón de su pistola por el culo de su secuestrado.

Llevan ya cuatro años metiéndonos por el culo ese cañón. Y con la complicidad de los nuestros.

Detesto a las víctimas que respetan a sus verdugos.