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'operación Talgo' mantiene el suspense. Un año y dos meses después de que el Gobierno vetase el intento de compra del
consorcio húngaro Ganz-Mavag, el fabricante de trenes sigue con los mismos dueños. Los accionistas todavía no han sido convocados para autorizar el intento del consorcio vasco, liderado por
Sidenor, y la
SEPI para tomar el control. Es más,
la imputación de José Antonio Jainaga, presidente de Sidenor, pone en serio riesgo ese proceso y, según explican fuentes conocedoras,
Moncloa ya explora alternativas.
Manuel de la Rocha, secretario general de Asuntos Económicos de Moncloa, tantea de urgencia posibles socios que puedan suplir que Jainaga se caiga de la operación tras su declaración ante la
Audiencia Nacional el próximo 12 de noviembre. El nombre que aparece, de nuevo, son los Escribano. De la Rocha ha contactado con
Javier y Ángel Escribano, consejero delegado de EM&E Group y presidente de Indra, respectivamente, para valorar su disponibilidad e interés en este proceso, según aseguran fuentes conocedoras.
No es la primera vez que ocurre.
Moncloa contactó en septiembre de 2024 con los empresarios del sector de defensa, todavía Ángel Escribano no era presidente de Indra, como posible 'caballero blanco' para armar una entrada en el capital de
Talgo de la mano de otros socios financieros como
Criteria Caixa. Pero aquella opción no prosperó.
El Gobierno decidió entonces forjar la alternativa vasca con el PNV para que el fondo
Trilantic abandonase el accionariado y dotar urgentemente de recursos a Talgo para seguir fabricando trenes.
Al igual que sucedió en septiembre, los Escribano son reacios a entrar en el fabricante de trenes. Según detallan fuentes conocedoras,
los empresarios tienen el foco en el proceso de fusión de Indra con EM&E Group, una adquisición que valoraría su empresa familiar en 1.500 millones de euros. Otra cosa es lo que pueda suceder en el futuro.
Una vez completada la integración Indra-EM&E, si la operación Talgo sigue enquistada, el escenario será otro. Porque los números para entrar en el fabricante de trenes salen más que antes.
La compañía vale la mitad y la compra de EM&E por parte de Indra pondría en valor el patrimonio de los Escribano, que se habría multiplicado desde entonces. Por otro lado, en el terreno industrial, el negocio de rodamiento y hierro de Talgo tiene más encaje dentro de los desarrollos de blindados de
la nueva filial Indra Land Vehicles.Tanto Moncloa como los Escribano han preferido no valorar a El Confidencial estas conversaciones. Las mismas fuentes detallan que estos empresarios no son la única opción. Manuel de la Rocha valora otras alternativas con
fondos de confianza o industriales comunitarios, como es el caso de
la polaca Pesa o la checa Skoda, que permitan cerrar la operación.
Un enfriamiento con el PNV y la vía de CAF.
La opción de Jainaga sigue siendo la única que contemplan desde el PNV. "Por nuestra parte no hay ninguna novedad. Seguimos adelante con la operación tal y como estaba planteada", explica un portavoz de la formación jeltzale a este medio. Así lo ha afirmado recientemente
Aitor Esteban, presidente del partido, y
Noël d'Anjou, consejero de Hacienda y Finanzas del
Gobierno Vasco.
El sondeo de Moncloa al mercado para buscar alternativas al empresario, pese a estar imputado, no gusta en el PNV. Según detallan los conocedores de este proceso,
la operación Talgo tiene que acabar como un éxito industrial para el Gobierno vasco, que se remate con el cambio de sede del fabricante de trenes desde Madrid a Álava. Un objetivo que marca la participación del fondo público vasco
Finkatuz, junto con
las fundaciones bancarias BBK y Vital, organismos que asumen más riesgo financiero en la operación que el propio Jainaga.
Las diferentes estrategias en esta operación, donde parecía que existía consenso antes de verano, marcan
el enfriamiento de las relaciones de Moncloa con el PNV, pese a la alianza que existe en el Gobierno vasco. Un hecho que se suma a
los problemas de infraestructuras eléctricas y ferroviarias en el País Vasco, de los que se culpa a Madrid, que están generando frente a los de Aitor Esteban con su electorado en pleno ascenso de
Bildu. El PNV no tiene más opciones encima de la mesa que defender la alianza con Jainaga, aunque su relación con Israel es otro gran foco de riesgo con su gran rival regional.
La posibilidad de que
Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF), el gigante ferroviario vasco, se sume a la operación o crear un gigante ferroviario vasco después de la entrada del consorcio vasco parece remota. CAF,
que también tiene un frente abierto en Israel, ya ha anunciado que Talgo no entra en sus planes. La idea del Gobierno vasco es mantener el consorcio para entrar en Talgo a cambio de
150 millones de euros en capital y deuda convertible, en alianza con Sidenor y la SEPI, junto con un acuerdo bancario de refinanciación y avales de 1.100 millones de euros.