Xiaopeng Motors (XPEV) está en una fase bastante interesante, con varios datos recientes que dan motivos para optimismo, pero al mismo tiempo no se puede obviar que el riesgo sigue siendo alto. Por un lado, la compañía ha entregado más de 103.000 vehículos en el segundo trimestre de 2025, batiendo récords, y sus ingresos han subido de forma muy significativa. Eso es algo a tener en cuenta: hay tracción real y no solo promesas.
Además, ha mejorado su margen bruto y, sobre todo, el margen por vehículo, lo que indica que no solo vende más, sino que es más eficiente en su producción y costes. En términos de tesorería, mantiene una posición razonable de efectivo, lo que le da cierta flexibilidad para seguir invirtiendo en su expansión, tanto en China como en otros mercados. Además, sus planes incluyen impulsar el crecimiento con nuevos modelos y una apuesta clara por tecnologías como la conducción autónoma, lo que podría abrir un camino de valor a medio-largo plazo.
Pero ojo, aquí vienen los “peros”: aunque las pérdidas se han reducido, siguen presentes, lo que significa que todavía no ha alcanzado la rentabilidad operativa plena. El mercado de vehículos eléctricos en China es brutalmente competitivo: no solo compite con gigantes como BYD, sino con otras marcas emergentes que también están invirtiendo fuerte. Además, las previsiones ambiciosas de entregas y crecimiento dependen de que todo salga sin grandes contratiempos operativos o de suministro, y eso nunca es garantía.
Otro punto que no me convence del todo es la ampliación internacional: han anunciado su entrada en varios países europeos, lo que puede ser una fuente de crecimiento, pero implica riesgos adicionales (adaptación a mercados, costes de distribución, regulaciones locales). Si falla esta internacionalización, muchas de las expectativas de volumen y escala podrían quedarse en agua de borrajas.
En resumen, XPEV es una compañía que merece la pena seguir y puede ser muy interesante para quien esté dispuesto a asumir riesgo. Tiene tracción, está creciendo y optimizando, pero no es un “jugada segura”: hay muchas piezas que deben encajar para que su potencial se convierta en valor real a largo plazo.