La volatilidad ha matado a la estrella de la bolsa. Réquiem por
La volatilidad ha matado a la estrella de la bolsa. Réquiem por los dividendos
Lo contaba ayer en voz baja uno de los mejores estrategas de la Bolsa española: “O el sentido común y la eficiencia vuelven a los mercados y con ello se buscan los mejores valores con dividendos sostenibles en el tiempo, o estos mismos valores, empresas emblemáticas, tenderán más pronto que tarde a ajustar sus proyecciones y a mirar para otro lado. A la estrella de la Bolsa, como a la estrella de la radio, la han matado. La volatilidad se come de un bocado, en apenas unos minutos, los mejores retornos por dividendos. Por eso, los grandes gestores desaconsejan ir detrás del mercado, con la lengua fuera, al son de rentabilidades futuras de acuerdo con las cotizaciones actuales. Nada está asegurado. Es posible que las cotizaciones actuales aún se depriman más con el paso del tiempo y no es descartable que empresas de peso decidan no malgastar la pólvora y ajustar los dividendos anunciados, pero no aprobados, a la nueva coyuntura”. La reflexión fue un réquiem, esa composición musical que se canta con el texto litúrgico de la misa de difuntos. Réquiem por los dividendos, en todo e en parte.
A partir de aquí llegan más reflexiones en cadena. Estos son los datos. Las sociedades cotizadas repartieron 23.338,92 millones de euros entre sus accionistas en concepto de dividendo en 2007, un 7,01% más que los 21.809,71 millones entregados en 2006. La pregunta que se hacen los mejores estrategas es ¿compensa esta espléndida derrama la descapitalización que suma la Bolsa española en lo que va de año? ¿Hay que arriesgarlo todo cuando la Bolsa es capaz de volatilizar de una tacada, en menos de una semana, cifra tan importante?
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