Iberdrola: esperamos un crecimiento de los beneficios del entorno del 5% anual. Los últimos resultados quedaron por debajo de las expectativas en cuanto a beneficio por acción, aunque superó las previsiones de ingresos.
Ahora cotiza a un PER de 18,37 veces que está por encima del de su industria, el cual es de 15,06 veces. Es cierto que es una gran compañía, pero entramos en un entorno en el que se espera inflación y eso conlleva un aumento de los tipos de interés reales, lo que normalmente perjudica a las utilities.
La rotación hacia sectores más cíclicos le puede perjudicar también. Pero por otro lado, la tendencia sigue siendo alcista. Si perdiese los 10,07 euros tras un cierre diario podría ser el aviso definitivo de que su gráfico se comience a deteriorar a medio plazo.
Mientras no lo pierda, parece que la estrategia más inteligente sería aguantar la posición si se estuviese dentro y esperar rebotes. Una superación de los 10,71 euros confirmaría la ruptura del canal bajista y confirmaría que el soporte ha aguantado perfectamente, además lo está haciendo tras dejar un vela con fuerte mecha inferior, lo que indica que el soporte es importante. La media de largo plazo pasar por los 11,09 euros y situarse por encima volvería a ser síntoma de fortaleza y de que se podría uno sumar a la tendencia, teniendo en cuenta que a medio plazo, tiene activado un objetivo teórico por segundo impulso alcista en los 13,50 euros.
Santander: el entorno de subida de tipos de interés de los bonos que estamos experimentando en los últimos días es bueno para el sector bancario, ya que suponen un aumento de los tipos de interés reales que a su vez aumentan las rentabilidades de los bancos, eso debería conllevar a un fuerte aumento de los beneficios a partir de mediados de este año y sobre todo, a partir de 2022, a medida que la pandemia se controla con las vacunas y la actividad económica se acelera gracias también a los estímulos.
Ahora cotiza a un ratio de precio/valor contable de 0,54 veces que está por debajo del de su industria, el cual es de 0,88 veces. Técnicamente ha mejorado mucho, el 9 de noviembre rompía al alza la media de largo plazo tras la noticia de que teníamos vacunas, desde entonces se ha revalorizado alrededor del 40% mejorando mucho el interés de los inversores en el valor. La semana pasada consiguió cerrar por encima de la directriz bajista que unía los mínimos decrecientes desde enero de 2018, lo cual es otro síntoma de mejoría en el medio y largo plazo. El soporte más importante ahora, se sitúa en los 2,28 euros, por lo que siempre y cuando se mantenga por encima de dicho nivel, la predisposición debería ser alcista. Además, ha roto un triángulo expansivo por la parte superior, lo que nos marcar un objetivo teórico de corto plazo en los 3,39 euros.
No es descartable ver correcciones antes de continuar con la tendencia que acaba de comenzar. Otro nivel de soporte interesante donde en caso de correcciones podría servir para añadir el valor a la cartera sería el entorno de los 2,60 euros, si es que le diese por corregir.
Una estrategia muy habitual cuando el mercado está muy pendiente de la evolución de la renta fija es posicionarse largos en bancos y cortos en utilities cuando se esperan subidas en los tipos de interés de los bonos, o largos en utilities y cortos en bancos cuando se espera que los tipos de interés bajen. En este contexto, habrá que seguir mirando muy de cerca la evolución de los bonos.
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