La reforma de la fiscalidad en nuestro país, sobre la cual podríamos conocer más detalles el próximo mes de Junio, será clave para nosotros como ahorradores e inversores, no sólo porque se modificarán los tipos impositivos de determinados productos -en unos casos a la baja y en otros a la baja-, sino porque se pretende dar un impulso a la economía del país a través de esta reforma. A continuación reflexionaré brevemente sobre los puntos más importantes de la reforma y con mayor detalle en aquellos que más directamente nos afectan como agentes económicos que nos gusta rentabilizar nuestro patrimonio en el mejor contexto fiscal posible, es decir, que queremos conocer el escenario fiscal futuro más probable para rebalancear nuestro patrimonio hacia activos cuya fiscalidad sea más favorable.
En primer lugar, la propuesta de reforma fiscal encabezada por D. Manuel Lagares -a la espera de ser aprobada por el Gobierno en su totalidad o en parte- busca como objetivo prioritario relanzar la economía española teniendo un efecto neutro en las cuentas públicas, es decir, sin incurrir en un mayor déficit público. Así, el camino elegido para conseguir dicha meta ha sido la bajada generalizada de los impuestos directos (en alrededor del 1% del PIB, es decir, unos 10.000M €) al tiempo que algunos de los impuestos indirectos se subirán -a no ser que el Gobierno se quiera colgar una medalla y compense la NO subida de algunos impuestos indirectos con el recorte del gasto en determinadas partidas presupuestarias, pero ya veremos-.
Sobre la propuesta del comité de expertos de la reforma fiscal hemos conocido mucho durante los últimos dos meses, pero será en unas semanas cuando conozcamos avances definitivos por parte del Gobierno. Marco con asterisco (*) las propuestas directamente relacionadas con el ahorro y la inversión en cualquier clase de activo (inmobiliario o mobiliario), así como con nuestro patrimonio.
PROS
* Sobre el tipo del ahorro se quiere aplicar un gravamen único del 20% frente al actual 21% para las ganancias hasta 6.000€, el 25% hasta 24.000€ y el 27% a partir de esa cifra. Además también se discute la posibilidad de unificar y homogeneizar los criterios de compensación por pérdidas, entre otros, entre las dos partidas "separadas" hasta hoy, las rentas del capital mobiliario y las ganancias y pérdidas patrimoniales.
* Sobre el ITP (Impuesto de Transmisiones Patrimoniales) en la compra-venta de casas sugieren eliminarlo de manera gradual, ya que puede entenderse que se grava dos veces al pagarse también el IVA cuando se construye el inmueble. De concretarse, podría incentivar las transacciones en el sector inmobiliario.
* Supresión del Impuesto sobre el Patrimonio. Sugieren eliminarlo por completo ante la falta de efectividad aquí y en otros países de nuestro entorno -en aquellos que aún existe-, además de que con los medios informáticos adecuados podría automatizarse la monitorización de las cuentas y bienes que las personas poseen, por lo que deja de ser necesario incluso desde el punto de vista de seguimiento por posible evasión fiscal, más allá del puramente recaudatorio.
* Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones. Se propone una mayor armonización entre las comunidades autónomas, ya que nos encontramos casos en los que los herederos pueden llegar a tributar por el 60% del patrimonio heredado, mientras que en otros lugares, como los que residimos en Madrid, tan sólo el 1%. Parece que nos dirigimos hacia un mínimo del 4% y un tope máximo del entorno del 10% en territorio nacional, aunque luego serán las comunidades autónomas las que -salvaguardando así el criterio de competencia- puedan optar por bonificar el impuesto en el porcentaje que estimen oportuno. Así, las mayores divergencias podrían oscilar entre un 1% y un 10% aproximadamente, frente al 1% y 60% actual -diferencia desmedida e injusta totalmente-.
* La creación de las denominadas "SICAVS para pobres", o lo que sería más apropiado decir "Cuentas 401k estadounidense a la española". Para mí es la propuesta estrella y ojalá que se apruebe -veremos cómo influye el lobby bancario-. Se nos presentaría la oportunidad de utilizar una cuenta especial, de la cual sólo podría retirarse lo invertido al llegar la edad de jubilación o por darse alguna de las demás contingencias contempladas por nuestro actual régimen de planes de pensiones (incapacidad, fallecimiento, paro de larga duración, etc.), cuyo fin último sería la inversión a largo plazo pero con la enorme ventaja fiscal de diferir el pago de impuestos hasta el rescate, tal y como hacen los partícipes de una SICAV -quienes, eso sí, pueden disponer del capital en cualquier momento, aunque en la práctica lo utilizan como preservación del patrimonio generación tras generación pagando los mínimos impuestos posibles-. De esta manera, el giro que se produciría sería de 180º, ya que actualmente el disfrute de un régimen fiscal similar sólo puede canalizarse a través de planes de pensiones (donde no existe competencia internacional como en el caso de los fondos de inversión, sino que sólo es a nivel nacional), por tanto, con esta cuenta especial, al estilo 401k de EEUU, se podría invertir en un amplio universo de activos financieros, desde acciones, ETF´s y derivados, a fondos de inversión o depósitos, todo ello comprando y vendiendo "sin pasar por caja" hasta el momento del rescate (cuando habría que tributar por las plusvalías acumuladas y por el monto que nos hayamos desgravado cada año con las aportaciones a dicha cuenta, aquí, como ahora, lo ideal sería estudiar si nos compensa disparar nuestro marginal un año haciendo un rescate total o aumentarlo durante varios años haciendo varios rescates gradualmente). Desde luego sería todo un avance.
Sobre el IRPF se propone simplificar y reducir a 3-4 los tramos con un tipo máximo no superior al 50% (frente al 52% actual) y un tipo mínimo del 20% (frente al 24.75%). No está mal la ayuda, aunque en mi opinión insuficiente y lejos de nuestra historia más reciente donde los tipos máximos eran menores, si bien Lagares señala que lo ideal sería situarlo en el 45% (media europea).
Se pretende elevar los mínimos personales para favorecer a las familias con hijos o ascendientes a su cargo, es decir, actualizarse los mínimos de exención por cónyuge e hijos aplicando cuantías adicionales, entre otros. Tratando con ello aumentar la igualdad entre quienes tienen niveles de renta similares y aplicando a su vez una mayor progresividad.
Se pide bajar el tipo del Impuesto de Sociedades del 30% al 25% en un primer momento y luego del 25% al 20% (esta es una de las medidas más probables a aprobar por el ejecutivo y podría tener lugar en un plazo de 2 a 3 años). Magnífica propuesta.
CONTRAS
* Se pretende equiparar la inversión en ladrillo con la inversión financiera, ¿cómo? Entre otras cosas, eliminando la deducción por compra de vivienda habitual para aquellos que adquirieron la casa antes de que desapareciera esta ventaja fiscal el 1 de Enero de 2013, aunque ello se produciría gradualmente en un plazo de 5 a 10 años. También se apuesta por imputar como renta la vivienda habitual en propiedad, al menos hasta que se apruebe un alza del IBI (Impuesto sobre Bienes Inmuebeles) -muy probable también y sugerido por los expertos para evitar volver a sufrir burbujas inmobiliarias-.
* Posible eliminación de la exención relativa a los dividendos con el límite de 1.500€ anuales (aunque se vería compensada en parte por un menor tipo en el Impuesto de Sociedades y por un menor tipo del Ahorro, 20%).
En el Impuesto de Sociedades los expertos abogan por limitar la exención de dividendos de fuente extranjera, incentivo que más ha ayudado a la internacionalización de nuestras empresas, con el fin de pagar un mínimo del 10% por beneficios en el extranjero y eliminar el requisito de realizar actividad en el extranjero. Además, se proponen suprimir varias deducciones y desgravaciones.
Con respecto al IVA parece que es el "As" que pudiera tener guardado el Gobierno ¡esperemos! para aprobar buena parte de las propuestas y evitar un nuevo alza más allá del 21% general actual, el cual resulta ya muy duro de encajar en las facturas, ya que para que las cuentas salgan el informe de los expertos estima una "leve" subida del IVA hasta alrededor del 23%, alza que podría evitar el Gobierno si recortara el gasto de otras partidas presupuestarias relativas a los partidos políticos, sindicatos, empresas públicas ineficientes -por amiguismo puro y duro-, o evitara las duplicidades debidas a las mismas responsabilidades y tareas llevadas a cabo por parte de Diputaciones Provinciales, Comunidades Autónomas y Estado, entre otros despilfarros absurdos que solo dan lugar a mantener a una mayor parte de políticos ineficientes a costa del trabajador del sector privado. Según los expertos, la propuesta tiene como fin avanzar hacia un tipo único de IVA (dejando el IVA del 10% sólo para vivienda, transporte y hostelería), aunque para ello haya que reclasificar productos con tipos reducidos -hacia el 21%-, con lo que supondría para el consumo, aunque afirman que sería bueno para el crecimiento económico, sobre lo cual tengo mis reservas como economista evidentemente.
Recomposición de las bases. ¿Cómo? Eliminando exenciones, reducciones y bonificaciones.
En los rendimientos de actividades económicas se propone eliminar el método objetivo de estimación (tributación por módulos) por acarrear importantes sumas de fraude entre los Autónomos.
CONCLUSION
En mi opinión las propuestas van bien encaminadas, aunque no son todo lo ambiciosas que deberían, sobre todo porque partimos de tipos extraordinariamente altos por la situación de ajustes fiscales que llevamos atravesando los últimos 3 años aproximadamente. Seguramente notemos un impulso económico adicional que esta vez sí podría trasladarse en mayor medida a nuestro bolsillo, pero sobre todo creo que el nuevo sistema fiscal sería más razonable, canalizaría mejor el ahorro y fomentaría la inversión en los mercados, facilitando así la actividad de las empresas, ya sea porque los inversores les inyectan nuevo capital convirtiéndose en accionistas o vía mercado crediticio (bonos) o financiación ajena, si bien uno de los objetivos de las propuestas es penalizar el alto endeudamiento de las empresas y favorecer la financiación propia -precisamente a través de la rebaja del tipo del Ahorro, aunque todavía insuficiente en mi opinión-.
También se penaliza la inversión en vivienda (subida del IBI...), ya que el patrimonio de los españoles se concentra el 80% en ladrillo y ello produjo la burbuja inmobiliaria. Pero espero que el resto de medidas sea suficiente como para incentivar de verdad el ahorro a largo plazo, ya que del 20% restante de nuestro patrimonio el 40% está en depósitos, es decir, concentrado en lo más sencillo y cómodo, pero no por ello en lo más rentable, lo más seguro o lo más óptimo fiscalmente hablando. Para mí, no es tan importante golpear a la inversión en vivienda -ya que después de todo no somos tan diferentes de otros países ricos contrariamente a lo que suele decirse, por ejemplo, 2/3 del patrimonio de los estadounidenses está invertido en viviendas en propiedad según datos de Niall Ferguson, un historiador económico de primera, y esta proporción no tiene que ser mala de por sí, ya que cuando se es propietario e inquilino a la vez, además de disfrutarse la vivienda, suele cuidarse dicho activo mucho más -generando actividad económica- que cuando se es inquilino o propietario por separado-, sin embargo, sí podría ser un paso de gigante avanzar hacia una cuenta al estilo 401k de EEUU que nos permita canalizar nuestro ahorro hacia las empresas, generando valor para ellas a corto, medio plazo y largo plazo, y valor para nosotros como inversores a largo plazo, haciendo más sostenible y sólido el crecimiento económico. Si no llegara algo así sería una decepción.
Fuentes: Propias, El Confidencial, Expansión, Inversión y Finanzas, Rankia
Por Pablo del Barrio Quintana
Agente de Inversis Banco