Hecho nº 1: la política monetaria ya no da miedo ni es decisiva en EE.UU.
Desde el año 2009 el motor de subida de la bolsa norteamericana ha sido el estímulo monetario. Bernanke se podría haber forrado haciendo “insider trading”. Cada vez que abría el grifo del dinero – el QE - se disparaba el Dow Jones. Las bajadas de tipos también. Y viceversa: la simple posibilidad de iniciar el “tapering”, que ni siquiera implica reducir el balance de la Fed, solo dejar de comprar bonos, generó una fuerte corrección. Y la posibilidad de que subieran los tipos de interés –ergo poner teóricamente freno al crecimiento económico – generaba automáticamente caídas.
Como los banqueros centrales son como el “pin pan pun” de las ferias y criticarlos sale gratis nadie menciona que la señora Yellen ha subido ya dos veces los tipos de interés y aquí paz y después gloria. Y esa subida ya era ya esperada por los mercados antes de que ganaran Trump y su programa de estímulo económico porque, en ambos casos, la Fed fue preparando sabiamente al mercado para el cambio.
Pero lo importante no son Yellen ni Trump (aunque tiene mucho que ver) Lo importante es que los tipos de interés han dejado de ser el motor o el aguacero en el mercado bursátil. Ahora el razonamiento es distinto: si suben los tipos de interés es porque las cosas van bien.
No voy a entra a juzgar si era más correcto el razonamiento anterior o este (creo que cada uno lo era en su momento), ni si Yellen, Bernanke o Trump son “buenos” o “malos”. Eso queda para los tertulianos. Para nosotros, inversores, lo importante es conocer los hechos y analizarlos fríamente para obtener el mejor partido de ellos. En las tertulias, sean en televisión, radio o redes sociales, no se analiza nada, y mucho menos fríamente.
Así que, fríamente: a partir de ahora en EE.UU. es mucho más importante para los mercados que se implemente o no el programa de Donald Trump que lo que haga la Fed, siempre y cuando lo que haga la Fed sea de forma moderada, claro. Obviamente si a la Fed se le va la “olla” y se pone a subir tipos como loca acabará perjudicando a las bolsas, pero si los hace de forma gradual, anunciada, preparada y, sobre todo, al calor de la puesta en marcha de “Trumponomics”, “so far, so good”, que diría un inversor norteamericano.
Hecho nº 2. Europa está como una moto. Pero ojo con la política.
Tres días tardó el mercado en superar el “Brexit”, tres horas la llegada de Trump y en tres minutos superó el referéndum italiano (Lisa Abramowicz “dixit”, que a mi no me gusta copiar)
El Reino Unido abandona la UE, el único partido italiano que defiende la pertenencia al euro pincha en un referéndum y no pasa nada. Y hay que recapitalizar a uno de los mayores bancos del país y tampoco. Luego un atentado en Alemania acerca el fantasma de la ultraderecha anti euro – de momento no en Alemania, pero les aseguro que en Francia toman buena nota – y sube la bolsa.
Fríamente: las bolsas europeas están en racha y va a hacer falta algo muy gordo para que pierdan fuerza. Están tan en racha que flota en el ambiente la idea de que vamos a tener un estímulo a lo Trump, cuando aquí lo que tenemos es a Schauble, ministro de finanzas alemán y antítesis de Donald Trump.
Pero les digo lo mismo: “so far, so good”. Aprovechen la ocasión, porque cambiará. Este año va a ser también tipo montaña rusa y hay que surfear la ola alcista mientras se pueda. Luego veremos que pasa cuando se acerquen las elecciones en Francia, Holanda, Italia o Alemania. Habrá que ser muy valiente para esperar esos resultados estando invertido a tope en renta variable. No digo que no se supere la prueba, seguramente si, pero implica asumir un riesgo, no lo olviden. Habrá más atentados y cada atentado es un voto para la extrema derecha. Y hay muchos jóvenes yihadistas en Europa dispuestos a inmolarse.
La paciencia de alemanes, franceses, holandeses, austriacos, etc. tiene, como todo un límite. Y aquí no llegaría un Trump: aquí llegarían unos que le tienentanta manía a la inmigración como al euro. Pero, mientras tanto, “so far, so good”