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¿Sabes cuál fue el primer banco de la historia?

Hoy en día, los bancos están muy presentes en nuestras vidas y en la sociedad en general. Pero, ¿cuál fue el primer banco de la historia? ¿desde cuándo debemos hablar de operaciones bancarias? Desde el blog de Caixabank, intentan arrojar un poco de luz a esta cuestión, con un repaso a la historia bancaria. 

 

La seguridad, ante todo

Si algo está claro, es que el hecho de poseer bienes nos hace preocuparnos acerca de la seguridad de los mismos. Comenzaremos hablando de los egipcios, que ya contaban en su día con figuras similares a casas del tesoro. De hecho, las propias pirámides podían considerarse como las primeras cajas fuertes. 

No obstante, fueron los babilonios los primeros en dejar sus depósitos en manos de otras personas para su protección, llegando a pagar por estos servicios una decimosexta parte de sus tesoros, tal y como informan desde el blog de Caixabank. El Código de Hammurabi ya establecía que "cuando un hombre diera a otro plata, oro o cualquier otra cosa para guardar, deberá mostrárselo a un testigo y establecer el contrato antes de realizar el depósito”. No solo ésto, sino que el código también incluía límites a los tipos de interés, y las consecuencias de los impagos.

Ciertas personas consideran que el primer banco del mundo es el templo del Dios Sol, templo babilonio. Los griegos, por su parte, también contaban con templos que además suponían depósitos seguros. Además, con el paso del tiempo comenzaron a cobrar por estos servicios. 

¿Cuál es el origen de la banca moderna?

La explicación de por qué se creó la banca moderna, la encontramos en las cruzadas: una vez se produjo la toma de Jerusalén en el año 1099, los peregrinos cristianos tuvieron que viajar a través de Europa, antes de llegar a Tierra Santa. Los peregrinos no podrían llevar sus bienes consigo, ya que no era seguro. La solución vino de la mano de los templarios, ya que un peregrino podía realizar un depósito en la iglesia templaria de Londres, y retirarlo en la de Jerusalén.

Los templarios llegaron a actuar como agentes inmobiliarios, administrando los depósitos de sus clientes, y operando como intermediarios entre compradores y vendedores. 

Por otra parte, tras las cruzadas surgió la actividad bancaria en Italia. Destacamos las casas de préstamos, ligadas a grandes familias; que llegaron a financiar a reyes y gobiernos.

El origen de la compra de deuda

A mediados del siglo XVI, durante la feria de Lyon en Francia, un mercader italiano se dedicó a comprar y vender deuda; entregando piezas de papel firmadas a otros mercaderes. De esta manera, cualquier mercader que acudía a este agente pedía una letra de cambio, registro escrito de su balance de crédito. Por otro lado, el valor que tenía este documento era expresado en una moneda privada (el ecu de marc).

Se trataba de una divisa reconocida por una red internacional de banqueros, de manera que el comerciante podía viajar y obtener moneda local, acudiendo al banco y cambiando su letra de cambio por la moneda. Dicha cantidad era cargada en su cuenta. Con este método, el mercader podría cambiar divisas y trasladar su solvencia. 

 

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