Pues, para no perder las buenas costumbres, recupero hoy mi sección de partes de crisis, un repaso rápido y sencillo de la coyuntura económica a partir de los últimos indicadores oficiales publicados. En esta ocasión, utilizo como punto de partida el último informe trimestral del Banco de España, al que podéis acceder desde aquí.
En primer lugar, el Producto Interior Bruto sigue creciendo a cuentagotas y volvemos a registrar un 0,2% más respecto al último trimestre de 2010. En términos interanuales, el PIB ha crecido un 0,7%. Que llevemos varios trimestres seguidos creciendo no es mal dato -oficialmente ya no estamos en recesión-. Lo malo es que esa evolución que vemos en el gráfico ha dejado de ser una perfecta “V” y amenaza encefalograma plano. Espero equivocarme. Por otro lado, detrás del dato de crecimiento hay que destacar como positivo el motor de las exportaciones (Aduanas registró un aumento del 20% en las ventas de bienes al exterior, entre enero y febrero), en un momento en el que el consumo y la inversión apenas mejoran -más por el efecto de algunas ayudas públicas que por la mejora de la confianza- y el gasto público está en pleno recorte arreglo. Para bien y para mal, la buena marcha de nuestra economía dependerá de lo que ocurra por ahí fuera.
En consecuencia, no podemos esperar que España recupere demasiados empleos por la vía del consumo (ir de shopping los sábados), ni por la inversión privada (los bancos no lo permitirán) ni por el gasto público (no hace falta que lo explique). Sí podemos esperar algo de la temporada alta en turismo -aunque sea coyuntural, hay mucha gente ahora que necesita soluciones de corto plazo- y de lo que vendan nuestras empresas en el extranjero. Con una tasa de desempleo en el 21,29% -según la EPA- no podemos autoengañarnos: el mercado español es demasiado pequeño para vivir de soluciones nacionales. No veo mucho entusiasmo por sacar este tema en la campaña electoral. Eso sí, es indudable que tenemos colchón para rato. Y no es la economía sumergida, sino mamá y papá. De no ser por la familia, no nos tomaríamos a broma lo de la generación perdida. Hala, a seguir opositando.
Seguimos. Otra variable macro que hay que considerar es la inflación. El INE contabiliza un aumento del 3,8% en el IPC y el Banco de España alerta de que esto puede significar algo más que unos problemillas pasajeros con la energía, las materias primas y las revueltas: ¿agotamiento de modelo económico? Por otro lado, viene el relevo de Jean Claude Trichet en el BCE y no sabemos si su sucesor va a dedicarse a lo suyo (la lucha contra la inflación) o a hacerle los deberes a los gobiernos (trabajar por el crecimiento y el empleo).
En cuanto al estado de las cuentas públicas, el informe del Banco de España destaca el aumento del 8% en la recaudación por IVA (respecto al primer trimestre del 2010) y el efecto de los recortes arreglos en el gasto público (curiosamente el único apartado que sube es el de personal), lo cual parece hacer creíble el objetivo de un déficit del 6% sobre el PIB al finalizar 2011. A ver si los mercados financieros se toman estos números igual de bien en los próximos meses. De momento, la deuda pública española no llega al 70% del PIB, frente al 133% de Grecia, el 86% de Portugal o el 82% de Irlanda, pero los medios de comunicación, instituciones como el BCE y, [espacio electoral] sobre todo, el PP [espacio electoral] siguen pidiendo más carnaza.
Así estamos por ahora. No me gusta ser catastrofista pero creo que, por mucho que cambie el panorama político, es fundamental que el sector privado -osea, nosotros como ciudadanos, consumidores y/o trabajadores- nos pongamos las pilas. Si esperamos a ver qué alcalde sale el próximo domingo o lo que hacen los bancos en el futuro, lo que hemos visto hasta ahora no habrá sido más que el trailer de la película.
Próxima semana: Qué pasa con los liberales en Europa.
Saludos