Este es el balance que nos da el INE respecto al primer trimestre de 2008. Hay que tener en cuenta que esa cifra incluye 66 familias acogidas al nuevo procedimiento concursal para particulares. Y por decir algo positivo, Cantabria sólo pone 3 deudores en la tabla que, curiosamente, no pertenecen al sector de la construcción, como sucede en el resto de España: hay una familia, una empresa industrial y una comercial.
Este es el tipo de datos que llegan al alma, en contraposición con los frías cifras macroeconómicas puestas en porcentaje. Aquí estamos hablando de personas y empresas muy concretas, con sus correspondientes cadenas de dramas. No conocemos las circunstancias de la familia pero sí sabemos que una de las empresas en cuestión tiene, al menos, 3 asalariados y la otra tiene, cuanto menos, 50. Y no tenemos más información para cuantificar los impagos a proveedores y acreedores varios, con el efecto que tienen en la economía general.
Si esta es la sensación que se me queda a mí como cántabro -donde nos conocemos todos y será fácil enterarse de qué empresas estamos hablando- no quiero pensar en las 90 quiebras de empresas catalanas, las 65 andaluzas o las 61 valencianas, con un fuerte componente de ladrillo aunque también industrial. Los catalanes, además, ponen 22 particulares en la lista - y espero que no incluyan el dato en la balanza para la financiación territorial.
Recomiendo que, cuando tengan un rato, se miren con calma la estadística porque tiene miga. Me gustaría compartir impresiones al respecto.
Buena semana.