Entre los incondicionales de las ideologías oficiales de este país es típico quejarse de lo que el Gobierno hace con SUS impuestos. A la derecha, los que declaran, con estupor, que están financiando a los vagos con el dinero de SUS impuestos. Llámese vago a cualquier pobretón mileurista que no se ha entrampado en la hipoteca genial. A la izquierda, los indignados progresistas solidarios que no soportan como los ricos evaden SUS respectivos estipendios. Porque el sistema está corrompido, la perversión del mercado, no hay justicia, etcétera.
Concediendo a la izquierda un pequeño margen de razón (efectivamente, se pueden pagar menos impuestos montando una sociedad al uso para tributar al 35% en lugar de al 40%) hay que decir que en España pagamos todos NUESTROS impuestos como condenados. Cierto es que el sistema muestra algunos síntomas de regresividad desde hace mucho tiempo, pero precisamente por ello no entiendo los enfados de la diestra ideológica española. Para muestra, si alguien tiene paciencia, puede informarse en la web de la Agencia Tributaria y comprobar como la participación en el PIB de los ingresos procedentes de impuestos indirectos (IVA y otros tributos que pagamos todos por el hecho de gastar, independientemente de nuestros posibles) ha ido ganando terreno con los años frente a los directos (IRPF y Sociedades) que pierden peso.
Así que cuando alguien venga con que SUS impuestos están financiando chequesbebés, emancipaciones bajo techo ajeno y empastes infantiles, siéntese, relájese y disfrute del panorama: puede ser que un inquilino mileurista esté pagándole su deducción por vivienda habitual, que le permite recortarse un pico interesante en el mes de mayo. Y con el recochineo de que usted ha triunfado con su rentabilísima inversión inmobiliaria, y el inquilino -tonto de él- no llega ni al día 15. Así que métase sus teorías sobre el destino de SUS impuestos donde le quepan. O, en su defecto, archívelas para consumo interno de su grupo ideológico.
Sin malos rollos. Con cariño. Buen fin de semana.