Francisco de Asís era hombre de su tiempo medieval y se le ocurrió la idea de celebrar la Navidad montando un belén acorde con la realidad socioeconómica del momento: pobre, pastoril y muy espiritual. Seguro que la estampa era muy parecida a la original del Año Cero. Pero si hoy viviera Francisco, creo que los ingredientes del misterio serían otros. Permitidme abusar un poquito del Santo por un día y os cuento.
Con toda seguridad, el Niño habría nacido en el portal de algún edificio ruinoso del Cabildo de Arriba. Su madre podría llamarse perfectamente La Mari o la Inma y sería la inspiración de Almodóvar para una de sus películas, aunque ella no cobraría canon por la propiedad intelectual del personaje. De padre desconocido -valga el paralelismo evangélico- no tendría derecho a un parto digno porque ni cotiza ni llega a mileurista. Eso sí, sabe lo que vale un euro y aspira a un trabajo decente que le permita, algún día, irse con su hijo a dar una vuelta en el rallaner ese o en el nuevo tren que conecta con la capital de España. Y para no necesitar ningún tipo de subvención, que luego la gente de Santander la mira mal por mantenerse con el dinero de SUS impuestos.
Dudo que en la estampa hubiera ningún tipo de ganado. Ya sabéis, cuando no es la gripe aviar es la lengua azul. Como mucho, algún conejo intentando escapar de la olla. Eso sí, Francisco fue un gran ecologista y no faltaría alguna pancartita sobre el cambio climático, responsable de que no haya un copo de nieve en el belén. Y protestaría por la mole de cemento que se construye en los alrededores del portal, que además de hacer daño a la vista, están muy caros. Lo decía el evangelista: si no hay dinero, no hay posada. Ni hoy ni en tu puta vida.
Eso sí, los Reyes Magos vendrían del mismo sitio que entonces: de África, del Este y de las Indias Orientales (hoy ya sabemos que estas últimas las conquistó Colón y no estaban donde decía la Tradición cristiana). Todos ellos ilegales, pero buenas personas. Y, al ver llorar al Niño, no tendrán que regalarle, pero le dirán: ¿por qué no te callas? Monárquicos ellos, sobre todo el de las Indias Orientales.
Bromas aparte, estas fechas son muy adecuadas para acordarse de aquellos que nunca son noticia: esos ocho millones de españoles que no llegan a mileuristas y ni siquiera tienen un blogger o un forero que defienda sus derechos en la Red. Poco puedo aportar yo con esto, pero a ellos va dedicado este artículo. FELIZ NAVIDAD.