Las burbujas financieras, inmobiliarias y de todo tipo se forman como consecuencia de múltiples factores, si bien los patrones de comportamiento en cuanto a su formación y “pinchazo” tienen ciertos patrones homogéneos a lo largo de la Historia. Suponen un crecimiento irracional de precio de algún tipo de activo frente a lo que debería ser su auténtico valor de mercado.