Como suele ocurrir en todas las crisis en esta crisis sanitaria, económica, financiera y empresarial, se han generado en general altas tasas de ahorro en toda Europa ya que las restricciones han sido un freno al consumo y a la inversión, a eso hay que añadir la política anticíclica de ayudas de gobiernos a familias y a empresas, de manera que la renta disponible ha podido a duras penas mantenerse en niveles medios generales aceptables pero con menos consumo, lo que ha propiciado el ahorro.
En aquellas familias, empresas, instituciones en donde se ha podido acumular ahorro, una buena parte se ha canalizado y se está canalizando hacia activos inmobiliarios como bien de uso y disfrute o como inversión con unas rentabilidades con cierto atractivo. Lo que unido a los bajos tipos de interés en préstamos hipotecarios y escasez de oferta determina una presión al alza de los precios inmobiliarios, que junto con otros factores está llevando a un aumento de la inflación.
La pandemia ha potenciado el teletrabajo, la digitalización y la transformación digital, que ya venían de lejos. En este contexto el teletrabajo potencia también la idea de poseer una vivienda y disfrutarla ya que se pasan más horas en el domicilio particular, en el hogar que permuta a oficina y en general a nuevo centro de trabajo, nuevo mini-gimnasio y lugar de esparcimiento y diversión.
Por lo tanto, el teletrabajo genera y seguirá generando más presión de demanda para contar una vivienda en propiedad y a ser posible con elementos y factores asociados a más espacio, a cercanía de zonas verdes, a la sostenibilidad y la naturaleza. Factores que cada vez valoran y piden más los compradores de vivienda y que por otra parte por sus propias características y por normativa ambiental hacen crecer los costes de la construcción, que suelen trasladarse a los consumidores, a los compradores.
Precisamente sobre la estructura de costes de la construcción y otros aspectos comentaremos próximamente en otra entrega, determinando algunas posibles soluciones para un mejor y mayor acceso a la vivienda por parte de la juventud y los sectores más vulnerables.
Luis Ferruz Agudo / Escritor y economista /
