Después de un periodo de bonanza producida por la salvaje impresión de dólares frescos que han hecho subir la renta variable y todo lo que se menea, pienso que estamos ante una disyuntiva que producirá fuertes movimientos a medio plazo.
El rating de los Estados Unidos está en la cuerda floja. Ante esto, pueden ocurrir las siguientes cosas:
1 – El dólar se hunde y las acciones cotizadas en dólares suben (en dólares, no contabilizadas en otras divisas) para mantener su poco valor.
2 – Los dueños de la FED deciden una huida hacia adelante y ponen en marcha el QE3, QE4,…QE14, etc. Y siguen mientras quede un tonto en el planeta que les preste un duro. Esto haría subir la renta variable, pero mucho más el oro y la plata. Pero esto puede que tenga consecuencias: los grandes bancos que tienen enormes posiciones cortas en estos metales podrían caer como higos maduros en agosto, debido a las incontables pérdidas inflingidas por la subida del precio de los metales.
Estamos hablando de más de 50.000 contratos en posición corta de plata y 250.000 de oro. O sea, 250 millones de dólares de pérdidas por cada dólar que sube la plata (y puede subir muchos) y 25 millones por cada dólar que suba el oro. Esto es lo que se sabe en el mercado Comex, que publica los datos. En el oscuro mercado de Londres, que mueve más cantidad de metal que el Comex, no se pueden adivinar las cuentas.
Después de esta introducción y teniendo en cuenta que la volatilidad de FAS y FAZ (directo e inverso X 3 sobre entidades financieras USA) es baja en estos momentos, se impone una compra de puts de los dos. Pase lo que pase, se ganará de uno de los puts, pero teniendo en cuenta la pérdida de aceite de los ETFs apalancados por 3, es muy probable que se gane en los dos puts, el de FAZ y el de FAS.
Yo cogería puts fuera de dinero alrededor de la mitad del precio que cotizan ahora, con vencimiento enero del 2013. Por ejemplo, put 20 de FAZ y put 15 de FAS. Los dos por debajo de 3 $.