Quizás lo único que le faltó decir a José Barta es que pasados 20 años, mucha obra resultará invendible, bien porque esté aún inacabada, o bien porque su deterioro por el paso del tiempo será tal que la haga imposible de colocar en el mercado. En breve, urbanizaciones fantasmas empezarán a asomar por todo nuestra litoral. Más pronto o más tarde habrá que empezar a pensar en tirarlas al suelo. Con ello igual conseguimos despejar un poco nuestra costa, porque ciertamente en el último decenio nos hemos cargado todo nuestro litoral a base de ir esparciendo aberrantes urbanizaciones por doquier que han conseguido que incluso los turistas europeos huyan de nuestras playas, dilapidándonos, en parte, el futuro de nuestro sector turístico.
También comulgamos cuando José Barta recordó en el mismo acto “que las entidades se quedan con activos inmobiliarios con un 30% de descuento pero luego las pretenden vender sólo con un 5%"(ya se sabe, la banca nunca pierde) o "que hay que empezar a exigir responsabilidades, incluso penales por los excesos cometidos en el sector inmobiliario-financiero los años de atrás". Y yo añadiría y político. Estaría bien que se empezase a tomar conciencia por parte de todos que los que desencadenaron esta crisis no puedan salirse de rositas. Hay que superar la parálisis en la que estamos inmersos y empezar ya a depurar responsabilidades de toda índole. Seguimos a la espera.