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La bolsa española ha dado de promedio un 4% de rentabilidad real (deducida la inflación) desde 1900. Lo que significa que en 18 años duplicamos nuestra riqueza. Nuestro objetivo como inversores para alcanzar la autonomía financiera es intentar ver si podemos mejorar esta gestión pasiva y llegar al 8% de rentabilidad real.

Algunas pistas:

Invertir en acciones con alta rentabilidad por dividendo

Esta teoría conocida por los americanos como HOT DOGS, consiste en constituir y rebalancear la cartera al final de cada año eligiendo los valores con mayor rentabilidad por dividendo. La rentabilidad por dividendo es de promedio el 35% de la rentabilidad total de la inversión en valores. Por tanto, eligiendo valores con alta rentabilidad por dividendo y que éste sea sostenible a largo plazo nos da un plus de rentabilidad sobre la media del mercado.

Los datos corroboran esta teoría. Seleccionando los 15 valores del Euro Stoxx 50 (Índice de las 50 compañías de mayor capitalización europea) y seleccionando en enero las 15 empresas con mayor rentabilidad por dividendo y manteniéndolas hasta final de año, observamos que desde el año 2000 la rentabilidad obtenida ha sido de promedio un 8% superior a la de las otras 35 acciones. Los dividendos marcan la diferencia.

En el SP500 las acciones que pagan dividendo han obtenido en el periodo 1972-2006 una rentabilidad diez veces superior a las acciones que no pagan dividendo y el doble del Índice SP500 equiponderado.

Explicación:

1. El precio de la acción de los valores cuando pagan el dividendo cae, pero al cabo de dos meses recuperan el valor del dividendo. Al hablar de revalorización anual de la acción no se tiene en cuenta el pago dividendo por lo que se cree que la acción no se ha revalorizado cuando no ha sido así y es comprada ante su teórico peor comportamiento relativo.


2. La rentabilidad del dividendo constituye un sostén-suelo cuando el mercado cae, al compararlo con la deuda pública y con la deuda corporativa de la misma empresa.

3. En la legislación española para evitar la doble tributación por dividendo existe una exención fiscal de los primeros 1.500 euros, siempre que se mantengan las acciones dos meses antes o después del pago del dividendo.

La realidad confirma esta teoría ya que si nos fijamos los fondos compuestos por acciones con alta rentabilidad con dividendo como BSCH Dividendo o Bankinter Dividendos baten claramente a medio plazo a los Índices del mercado.

Pionero en este mercado ha sido Société Générale, que mantiene una estrategia a largo plazo constituyendo una cesta, que duplica la rentabilidad de un Índice como el Stoxx 600 desde 1999.

Esta estrategia sale claramente reforzada si seleccionamos dentro de los valores con mayor rentabilidad por dividendo aquellos que tienen:

1) Un dividendo más seguro basado en un menor el pay-out (proporción del beneficio destinado al pago de dividendo) y una fuente de ingresos regular.

2) Un beneficio por acción creciente y un modelo de negocio atractivo.

3) El precio está por encima de una media móvil representativa.

4) La cartera está suficientemente diversificada.

Además, nos beneficiamos de que la volatilidad o variación de las rentabilidades es sensiblemente menor (alrededor del 11% frente al 17%-20% del mercado.)

La Bolsa de Madrid ha creado un Índice denominado el Ibex Top Dividendo que elige los 25 valores con mayor rentabilidad por dividendo, con un ajuste en función del tamaño y del capital flotante. Si lo comparamos con el Ibex 35 la diferencia de rentabilidad es espectacular. Desde diciembre de 1999 hasta abril 2007 la rentabilidad del Ibex ha sido del 27,85% y la del IBEX TOP Dividendo del 293,58. SIN COMENTARIOS. Además la volatilidad es sensiblemente menor (alrededor del 11% frente al 17% del mercado).

Pequeñas compañías frente a grandes compañías

El Financial Times publicó un artículo el 14-6-2007 resaltando el peor comportamiento desde el año 2002 de las grandes compañías en relación a las pequeñas y medianas, que cotizan con un descuento del 15-20% con relación a las medianas. Sin embargo, desde entonces no solo no se ha cerrado la brecha si no que se ha ampliado.

La demanda por estas compañías ha forzado a la creación de un Índice Ibex Médium & Small Caps que con base 3.000 el 29-12-1989 alcanza un valor al 2 de mayo de 2007 de 23.000 mientras el Ibex 35, desde la misma fecha, no llegaba al 16.000 (Revista mensual de Bolsas y Mercados junio 2007 en PDF).

¿Qué subyace detrás del mejor comportamiento a largo plazo de estas compañías?

1) Mayor predictibilidad de los resultados, al estar menos diversificadas sectoriálmente, por productos, y geográficamente que las grandes, por lo que son más fáciles de analizar por las casas de valores locales.

2) El poder de la escasez. Muchas de estas compañías producen o tienen nichos de mercados muy específicos siendo líderes del mercado mundial en determinados segmentos de la cadena de producción que son imprescindibles para el desarrollo del producto de grandes compañías por lo que acaban siendo compradas por éstas para asegurarse el suministro.

3) La gestión y la estructura accionarial. Muchas de estas compañías tienen una estructura accionarial con una influencia familiar significativa.

Credit Suisse analizó pormenorizadamente la influencia de la estructura familiar en la rentabilidad llegando a la conclusión que esas compañías han batido significativamente desde 1996 a sus competidoras, dado que tienen:

- Una mejor visión estratégica, al no estar sometidos en el corto plazo a la tiranía suprema de la cotización de la acción y a la dependencia de los accionistas, lo que les hace fijarse más en el largo plazo, que suele ser el vector fundamental de la planificación.

- Una mejor concordancia ente los objetivos de los accionistas estables, la familia y los directivos cuyas opciones no están fijadas exclusivamente en el precio de la acción en el corto plazo.

- Zapatero a tus zapatos. El saber hacer en las crisis, los diferentes momento del ciclo económico, los aciertos y los fracasos son vividos desde jóvenes por los hoy directivos. Son los mejores en su nicho de actividad por lo que rara vez y con una política prudente se embarcan en nuevas actividades desconocidas y desconexas con su negocio actual.

Sobreponderar acciones de valor frente a acciones de crecimiento

Las acciones de valor se definen por tener unos bajos ratios de Deuda, PER, Precio/Valor Contable, no tener perdidas sucesivas, tener los intereses sobradamente cubiertos con los beneficios ordinarios, alta rentabilidad por dividendo, etc.

El valor teórico de una acción no es más que el descuento de sus flujos futuros para lo que se realizan proyecciones, normalmente hasta cinco años, tanto en la cuenta de resultados como en el balance. A partir del quinto año se supone que la empresa crece a un tipo constante que suele establecerse en el 2%.

En las acciones de crecimiento este valor residual o final es la mayor parte del flujo descontado, mientras que las empresas de valor, el valor de los próximos cinco años es la mayor parte del valor de la empresa.

Si realizamos un estudio del SP500 desde el año 1968 y tomamos periodos de cinco años observamos como la rentabilidad promedio es del 10,7%. Las veinte acciones con mayor PER rinden un 9,37% y las acciones con menor PER tienen un retorno de promedio un 16,29%. Estos resultados son consistentes, ya que en todos los periodos de cinco años la rentabilidad es positiva en estas acciones, mientras que en el Sp500 únicamente en el 86% del tiempo.

Semejantes conclusiones obtenemos con las acciones del SP500 con el ratio del precio/valor contable. Si hacemos base 100 el año 1972 y lo comparamos hasta diciembre del 2006 con las cien acciones con menor precio/valor contable de dicho Índice, observamos que la rentabilidad de estas acciones, al cabo de estos 34 años, es un 80% superior.

En Europa pasa lo mismo, MSCI Europe (Índice amplio de acciones europeas) ha crecido desde abril de 2003 hasta junio de 2007 un 102,5% mientras que el MSCI Valor en el mismo periodo lo ha hecho un 122,4%.

Société Générale realizó un estudio analizando 33 mercados y relacionando su comportamiento los siguientes doce meses con el valor del ratio precio/valor contable llegando a la conclusión de que desde 1944 la rentabilidad media había sido del 14%, pero si el precio/valor contable de las acciones que componían el Índice estaba por encima del 2,5 la rentabilidad subsiguiente era del -3% mientras que si el ratio precio/valor contable se situaba por debajo del 1,5%, la rentabilidad era del 23%.

Factor temporal

Para mí es tan importante el factor temporal en la inversión (ciclos económicos, presidenciales, elección del mes, etc.) que será objeto de un análisis aparte y pormenorizado ya que la elección del timing conseguirá que por si sólo alcancemos nuestro OCHO.

La Revista mensual de Bolsas y Mercados, al celebrar el 175 aniversario de la Bolsa de Madrid, muestra unas estadísticas que no se pueden refutar: de 1874 a 2006 la peor rentabilidad se obtiene en los meses de Mayo, Julio, Septiembre y Octubre, siendo el primer trimestre del año el que mayor rentabilidad obtiene. ¿Por qué será?

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