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El Castillo del café y por qué deberíamos repetir 2020

  • Los Gobiernos del mundo se han unido para rescindir libertades civiles y someter a los ciudadanos. 

  • El café pasa desapercibido pero es muy rentable si se sabe observar atentamente. 

  • No tires las cajas de Amazon sin pensar. 


Divagaciones de un loco errante en un castillo. 

 
Durante el 2020 nos hemos sumergido en una distopía en la que los mercados financieros se han desplomado como si no hubiese habido un mañana, y realmente parecía que no íbamos a tener un mañana. La sangre corría por las calles, tanto ficticiamente como literalmente, la gente moría y sucumbía ante un virus que parecía ser más mortal que soltar ántrax en un estadio cerrado lleno hasta los topes. 

Antrax

 
Algo que hemos aprendido del cine y de la vida, dependiendo del tipo de vida que se lleve claro, es que “los malos no son tan malos, ni los buenos tan buenos” y la aparición de un virus nuevo, desconocido y juguetón con las vidas humanas de forma aleatoria nos ha creado una sociedad polarizada, sí, totalmente polarizada en la que podemos distinguir dos grupos listos en cada rincón a la espera del ring que dé comienzo al combate. Entiéndase que el “ring” puede ser un simple comentario en twitter (quizás por eso no tengo twitter). 
 
En un rincón y con calzón rojo tenemos a los que temen al virus, consideran que es la peor pandemia de la historia humana, es un virus mortífero que no mira atrás, ataca de forma indiscriminada y debemos cerrar el mundo, escondernos, en definitiva, huir. Es un virus que sirve de excusa para encerrarnos en casa y apagar la economía, como si la vida fuese solo salud. Que eso se lo cuenten al estresado autónomo que regenta un bar en alguno de los barrios menos favorecidos de las ciudades, o al humilde autónomo que lucha por pagar el alquiler de su carnicería mientras no hace más que tirar su género, acción que debe realizar porque los gobernantes, que aun reciben su sueldo íntegro desde la comodidad del tele-trabajo hogareño deciden cambiar las reglas de un día a otro. Todo ello en base a unos criterios arbitrarios que van cambiando al mismo ritmo, en función de las necesidades del político de turno. Gentes que te obligan por la fuerza (policía de balcón) a llevar mascarilla, usar geles y alejarte de las personas que quieres y que a lo mejor, en ejercicio de su libertad, no quieren alejarse y pretenden formar grupúsculos de resistencia. En definitiva, personas que abogan por primar la salud a la economía y que si opinas diferente te miran igual que los nazis miraban a los judíos, de hecho, el imponer algo por la fuerza les convierte en fascistas. 
 
En el otro rincón y con calzón azul tenemos a una horda de personajes, formando una banda de… (ya pensaré que palabra, o elíjela tú) que no creen en la existencia del virus, todo es una conspiración de los gobiernos, el FMI, Soros, Gates, DAVOS y esa serie de poderes oscuros que dominan el mundo, la vacuna es una forma de implantarte chips 5G con los que controlarte, etc… Una banda de personas que no temen a nada y que parece que no tienen nada que perder. Tampoco quiero perder el tiempo con este grupo. 

La cuestión que más me cabrea son las imposiciones y el cambio de normas según apetece, parece que con las excusa del virus el gobierno tiene el derecho de quitarnos las libertades, tanto de movimiento como todas las demás, sin que nosotros hagamos nada al respecto, por miedo a un virus. 

Los malos no son tan malos y los buenos no son tan buenos, esta es la sentencia sobre la que quiero construir mi relato, el virus mata, sí, ¿y qué? La gente muere constantemente y el mundo no se para, si te pasa de cerca (y me ha pasado) paras un momento, te lames las heridas y vuelves a tu vida. Punto, no hay más, por que tus facturas seguirán llegando, tu trabajo necesitará hacerse y los que se han quedado, necesitan que estés vivo. La muerte y las experiencias que he tenido así lo avalan, es un estado más, trasciendes de la existencia humana hacía algo que desconocemos y por ello no debemos perder tiempo con esos menesteres. 
 
Debemos buscar un equilibrio entre la salud y la economía, la mafia sanitaria, la mafia funcionaria, los diferentes sindicatos, el del crimen por ejemplo, tienen todos incentivos para ver nuestras libertades coartadas, ya que facilita su trabajo. El principal argumento argüido por los calzones rojos es que al cuidarnos (imponernos de forma fascista el uso de mascarilla, robo de libertades civiles y demás) evitamos que la sanidad colapse. Bien, como argumento no se puede reprochar, si tenemos menos gente enferma tendremos menos presión en los centros sanitarios, pero no se habla del problema principal, la ineficiente gestión y la deficiente estructura sanitaria de este país. De hecho, se han desviado ingentes cantidades de recursos hacia la lucha contra el covid, ocupando áreas de otras patologías, dejando otras enfermedades sin médicos (temporalmente) departamento de enfermería, etc… y a la sociedad le parece bien, ¿saben cuál es mi lectura de esto? 

La vida de un enfermo de covid vale más que la de un enfermo de cáncer. 

Es así en el momento en el que a ese enfermo de cáncer le dicen que su tratamiento se ha de posponer porque necesitan que el personal, las habitaciones, quirófanos… se utilicen para el corona. 

En fin, tampoco quiero dedicar mi tiempo en divagar sobre asuntos tan banales y sin importancia como las vidas ajenas sobre las que no tengo ningún control. 


 

Porqué dije que teníamos que comprar café. 

 
Hablemos de mercados, y quiero empezar por el café, para aquellos que me sigan en redes sociales, básicamente Facebook y Linkedin, sabrán que llevaba tiempo, todo 2019 y parte del 20 publicando #Buycoffee de forma muy habitual.

Café en grano


 
Esto se debe a diversos factores que convergieron en el espacio y en el tiempo, por una parte teníamos que Brasil durante el 2018 y principios del 2019 había sobre-producido café, mucho, aspecto que siendo uno de los principales exportadores de café del mundo provocó un exceso de oferta de manual. Por otro lado teníamos que el resto de regiones de América (ex. USA y Canadá) estaban produciendo de forma muy agresiva, que con una ausencia clara de mercado interno solo tenía una válvula de escape, la exportación. 
 
Pero además hay variables adicionales que debemos tener en mente, por ejemplo el café Arábica (principal variedad del mercado) tiene una vita útil (para la venta en óptimas condiciones) de seis meses, eso no quiere decir que se tiré pasada esta ventana temporal, pero si pierde ciertos grados y matices de su calidad y se vende a un precio inferior. También pensemos que las sacas se almacenan de forma que se intenta preservar su pureza el mayor tiempo posible, pero el espacio es limitado. 

 En los oscuros callejones de la corte se comenta… (Esto lo leí en alguna parte que ahora no encuentro) Brasil dedicó enormes esfuerzos, técnicos y humanos, para producir la mayor cantidad de café para exportación de su historia, con el fin de demostrar algo al mundo, quizás luchar contra el paro nacional, no lo recuerdo bien, pero sí que esta publicación decía que era algo puntual del 2017 y 2018 y que no se repetiría ni sería sostenible a largo plazo. Después de contrastar este rumor y los datos anteriores con los stocks de inventarios de café mundiales pude inferir que realmente estábamos ante un exceso de oferta y no sería sostenible, además a diferencia del petróleo no se puede conservar eternamente olvidándose un bidón dentro de un maletero. Por lo que si la producción cae, por el simple paso del tiempo, que es inexorable, veríamos la sobre-oferta absorbida de forma natural. 

Demos un paseo por el lado de la demanda, aquí tenemos principalmente a las personas que beben café, tan simple como eso, y que observamos por ejemplo cuando miramos a la gestión de Starbucks, pues que están abriendo tiendas, para hipsters con portátiles puedan pagar 5€ por un café, ¿qué más podemos ver? Que países en vías de desarrollo, India, China, Taiwan, la mayoría de los acabados en “TAN”… empiezan a tener una clase media incipiente, cual pelusilla en el bigote de un adolescente. Todas esas personas son gentes que beben café, cada vez café de mayor calidad, lo que supone una fuente de presión en el lado de la demanda. 

Todo ello me condujo a dilucidar la respuesta a una cuestión esencial en los mercados financieros; ¿qué hará el mercado? 
Partiendo de que nadie tiene ni idea de que pasará y el que diga que si miente o está estafando, pude entender, que con cierta confianza (confianza a nivel estadístico) era verosímil que el precio del café terminase por reconocer la constricción que podría ocurrir en la oferta y agravarse con una presión en la demanda. 
 
Durante el 2019 el café sufrió unas caídas históricas, por debajo de 100$, algo que en los medios de comunicación se atribuía a la falta de demanda, como si los agricultores y gobiernos no hubiesen tenido nada que ver, se preveía un shock inminente en el mundo del café, pero ¿realmente? Para nada. Los datos estaban claros y un café por dejado de 100$ era un regalo, lo que se debía hacer era acaparar. De hecho entre octubre del 2019 y febrero del 2020 pudimos ver como subió de forma espectacular, +50%. Mi #buycoffee no solo era acertado, fue rentabilizado y tenía fundadas razones para ello. 

Rara vez pongo recomendaciones de compra abiertamente, menos aun sin tenerlo yo en cartera (cosas del skin in the game) pero el caso del café fue uno de ellos.

Evolución del precio del café a largo plazo


 

Qué pasó en 2020, fue un año tan horrible que deberíamos repetirlo. 


 
Llego 2020 y como habréis notado durante la primera parte de este artículo y otro que publiqué en verano me han cabreado muchas cosas, pero también he aprendido otras muchas y aunque no lo parezca, es el año más zen de mi vida. 

En el mes de marzo, abril y principios de mayo vivimos tiempos de locura, cólera tomada por humanos, o quizás al revés, humanos dominados por el cólera, sea como sea lo importante aquí es que surgieron oportunidades de inversión sin igual, dignas de “La Gran Apuesta” y es que ya se ha dicho muchas veces, cuando el mercado se hunde hay que comprar, comprar y comprar, no vender. 

En días concretos asistimos con pánico a índices que perdían más de un 30%, empresas que se dejaban en el mercado un 50% de su capitalización, directivos dando ruedas de prensa sin saber qué cara poner, compañías que anunciaban un recorte, o directamente, supresión de dividendos (esta medida es de mi favoritas); accionistas y ahorradores (entiéndase como facción de inversores que no tienen ni idea y solo tienen acciones por lo que les cuenta su cuñado o el tipo/a del banco) convirtiéndose en vendedores forzados, un diamante en bruto para adquirir acciones estupendas a precios de locura por parte de los inversores. 
 
En ese momento de locura, pánico y sangre (literalmente murió gente en esas fechas) los inversores acapararon el mercado de forma discreta, comprando empresas solventes que pasase lo que pasase seguirían vivas en el “post-pandemic world” y eso hice, seguir a los que saben más que yo, pensar como ellos y comprar lo que en mi humilde pensamiento creía que ellos estaban comprando. 

Así fue como me hice con CPE, de la cual publiqué una thesis de inversión aquí. Pero también adquirí WRK, ITX, JBLU y algunas calls variadas del DAX, DJ, ITX, TEF… la cartera no es demasiado importante. 
 
Todo ha contribuido a que mi cartera termine 2020 con una rentabilidad del 28,78%, simplemente hablo de mis inversiones en acciones, excluyo el private equity y toda la parte inmobiliaria.

CPE (Callon Petroleum Company) fue adquirida porque el petróleo hizo mínimos, tan mínimos que se puso en negativo, algo que mucha gente consideraba imposible, pero los que leemos a Taleb sabemos que no hay nada imposible en cuanto a matemáticas se refiere, un precio puede ser positivo y negativo según las circunstancias, todos es una cuestión probabilística. Además CPE había adquirido una empresa de la competencia que suponía más que triplicar el tamaño de su compañía, como un pez pequeño compra uno grande, ¿y por qué? Todo eso está en la thesis, pero sus nuevos terrenos, vírgenes y fértiles a partes iguales son un dimánate en bruto para el futuro de la compañía, además recordemos que el principal motivo por que el precio se puso en negativo era la falta de espacio, cosa que a CPE no le influía demasiado, espacio era precisamente lo que les sobraba. Además tenían toda la producción cubierta en 45$ para 2020 así que no influía para nada el precio de mercado actual. Era una compra clara y el tiempo lo ha demostrado.

Cotización CPE


 
Otra de mis adquisiciones fue WRK, WestRock, que por cierto tiene una planta en Derio. Cuando el Covid apareció en nuestras vidas y ocurrió todo lo comentado en otro artículo y en la primera parte de este, vinieron a mi dos pensamientos claros, el primero es que usaríamos mucho Amazon, y el segundo, la comida para llevar lo “va a petar” es una forma de seguir disfrutando de tus restaurante favoritos y evitar exponerse a estar cerca de otros humanos. Además ya tuve una experiencia (mala en este caso) con una empresa de packagin, Groupe Guillin. Así que conversando con otros inversores  llego a mis oídos WRK como una empresa a tener en el radar, es una de los principales fabricantes de cajas para Amazon. ¿Saben lo curioso y en lo que no reparamos? Que Amazon vende de todo, y resulta que “todo” va dentro de una caja. Además en mi caso, se me acumulan las cajas de Amazon en casa y siempre me resulta molesto tener que ir hasta el contenedor de cartón, así que decidí estudiarla con buenos ojos. Tenía claro que quería tenerla en cartera y justo hicieron público que suprimían el dividendo, fue como música celestial, hordas de ahorradores poniendo a parir al management pero eran magníficas noticias, eso indica que la dirección tiene muy claras las prioridades, sin dudas cogí mi portátil y compré tantas acciones como pude.

Cotización WRK


 
Por último, para no alargarme con las compras primaverales comentaré un poco por encima los motivos por los que adquirí JBLU, JetBlue, una pequeña (en términos yanquis) compañía aérea que tiene vuelos regionales, además no demasiados, pero si domina en las rutas que tiene. Todas las compañías aéreas habían sido castigadas sin piedad, igual que todas las de cruceros, hoteles y demás relacionadas con el turismo. El Coronavirus aun continúa y tiene pinta que seguirá haciendo mucho daño a todo lo relacionado con el turismo, es más, si hemos aprendido algo de las películas de zoombies, es que irse en barco es una idea terrible, así que una vez descartadas las empresas de cruceros, los hoteles porque aunque podamos viajar no sería con un volumen tan alto como para ocupar hoteles completos solo nos quedaban aerolíneas. ¿Por qué JetBlue? Elemental, es una compañía que solo opera en el espacio interior de USA, pensé que primero nos dejarían movernos dentro de un país antes de abrir el mundo (tenía razón); es una aerolínea que viene de una conversión por quiebra de varias compañías de los años 80 y 90, es decir, son gente que tiene un bagaje en tiempos duros; además ha dedicado recursos ingentes en formar al personal para dar un trato inigualable, aviones adaptados a necesidades muy concretas de vuelos regionales y muchas de las personas que trabajan tienen skin in the game con la compañía. (La competencia se reía de ellos por esto). 

Cuando todo un sector desprecia y subestima a una empresa en concreto debemos investigar el motivo, y si no es legítimo, comprar. Además existían algunas cuestiones técnicas de los propios aviones que la hacían más atractiva que su competencia. Resultado, primero fue castigada sin piedad, sufrió escarnio público por el sector, pero remontó y es de las pocas (o la única) que ha sido rentable desde el verano.

Cotización JBLU


 

Hubo otras lecciones. 

 
Fuera de los mercados por supuesto que recibí grandes lecciones, me leí muchos libros, creo que jamás había leído tantos libros, es lo que tiene que nos encierren y no poder salir libremente por el mundo. 

Además aproveche para tomar grandes baños de sol, desnudo principalmente, la vitamina D es fundamental y además mejora mucho la meditación cuando se hace bajo el sol. 

Después llego el periodo de verano y disfrute, junto a un gran amigo, de los 4 meses de vacaciones de rigor (no sin olvidarme del portátil) aunque dedicase un buen rato a los menesteres laborales (el dinero me sigue gustando) use abundante tiempo en meditar, hacer deporte, realizar largos paseos por la orilla, entregarme a los placeres del paladar y plantearme como es la vida que quiero para mí y los que me rodean. 

Tras largas conversaciones, profundas en ocasiones, tengo claro que el intelecto humano es fascinante cuando se ejercita, se excita y se guía. Pero también observando desde la comodidad de mí tumbona en una playa del cantábrico pude admirar el sublime entretenimiento que pueden ofrecer los paletos que en lugar de hablar vociferan como si a alguien le importasen sus problemas.

Hembra humana caminando por la orilla

 
Entretenerse así es un placer cuando anteriormente se ha debatido si la distribución estadística del coronavirus es una normal, chi-cuadrado o que se yo, un t-student.  Aunque no todo fue estadística, debatíamos sobre temas de lo más intrascendentes, religión, la valía del alma, el origen de las palabras, quien controla qué en el mundo o cómo ganar un concurso de Marmita. Esto último nos llevó a acudir donde un herrero (maestro artesano de los que no quedan) para que nos fabricase una putxera ganadora, nos hizo una increíble de hierro al carbono, con un puñado de carbón en menos de 10 minutos teníamos agua hirviendo de forma espectacular. 

 

Conclusiones claras desde un castillo de café. 

 
El Gobierno nos ha quitado la libertad y dudo mucho que nos la devuelvan, estamos condenados a vivir en una distopía llamada “Post-Pandemic World” 

No suelo hacer recomendaciones, pero el #buycoffee fue realmente sincera y muy rentable para mí y algunas personas que conozco. 

Comprar cuando el mundo arde es mucho más beneficioso que comprar cuando el mundo tiene paz, la guerra atrae los beneficios y el pánico la rentabilidad extrema. 

Es importante pensar fuera de caja, destronar la idea de lo “poco probable” y hacer como dice Taleb, pensar en sucesos fuera de la distribución normal. 

La mejor forma de estar zen con el mundo es dedicar tiempo a la meditación, el deporte, las actividades culinarias y el hedonismo. 

Y en especial, dejar que sean los pequeños detalles de la vida los que te sorprendan. 
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  1. #1
    07/01/21 12:30
    Buen artículo

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