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Las tinieblas de la tempestad

Pues parece que viene una crisis importante hacia nosotros, cosas de la vida, al final la esencia de los ciclos económicos es esa, que son ciclos, y como todo elemento cíclico tiende a repetirse, tampoco vamos hace un drama de todo esto.

Llevamos bastantes meses con una inflación desbocada, unos precios locos en todos los aspectos de la vida en los que podamos poner cifras, meses de incertidumbre en la que parece que quienes nos gobiernan, y peor aún, quienes gobiernan los Bancos Centrales, parecen no tener ni la más remota idea de lo que hacer.

Lo cierto es que los libros y manuales de economía que se estudian en las universidades han quedado fuera de uso, no tiene ningún sentido aplicar teorías económicas aprendidas en el pasado para sucesos en un escenario nuevo, es más, en un escenario desconocido y con altas probabilidades de ser más tenebroso según se conquisten sus tierras.

La actualidad, curiosamente el Covid ya no lo es, es que tenemos una guerra, Ukrania vs Rusia, y claro, la URSS no pretende ceder ni un ápice. Pero la OTAN y el mundo occidental tampoco quieren ceder ni un centímetro, o al menos eso es lo que nos quieren hacer creer. El caso es que la vida tiene ahora otras coyunturas que se complican, con la inflación actual tenemos precios locos, cada día esto se parece a un paraíso social-comunista en el que debemos obedecer al amado líder de turno (presidentes de las diferentes CCAA, Gobierno Central, Diputaciones…)

Las Bolsas se están desplomando, pero a lo bestia, los tradicionales valores refugios como el Oro o las materias primas varias, no están funcionando, todo se hunde, parece que el mundo (otra vez) se va a la mierda. Ahora bien, ¿Queda esperanza?

Como buen economista diré: “Depende”. Esperanza Aguirre sigue viva, al igual que un montón de señoras llamadas “Esperanza”, así que lo tenemos fácil para saber si queda esperanza, solo tenemos que preguntarles si piensan seguir vivas en 2024. Todas dirán que sí, pero la estadística nos dice que muere gente a diario, y entre esas, alguna se tiene que llamar Esperanza por pura estadística. Con lo que la inferencia es muy sencilla, queda Esperanza, pero no para todos.

Durante años la gente se ha ido a Bolsa, porque “el Banco no les daba nada”, como si existiese un deber cósmico que obligue al banco a pagar algo por tu dinero. Gran parte de esa gente también ha invertido en ladrillo (gloriosa tradición española) al igual que muchos lo han hecho en fondos estructurados que… en fin… eran veneno, pero como el currito de la sucursal de debajo de casa decía que eso era el futuro, pues le hacían caso.

Toda esa marabunta de personajes que han invertido sin saber, o al menos sin querer pagar a un asesor financiero (cosa que se debería hacer siempre), están condenados a vender en pérdidas, asumir su error y aprender que para invertir y obtener rentabilidad hay que hacerlo bien, con cabeza, no siguiendo los consejos de un currito que trabaja por un salario de mierda en una sucursal que no le importa a nadie.

Se nos acerca una oscuridad interesante, una temporada de nieblas y borrascas, existe un grupo de humanos que hemos estado invirtiendo desde hace tiempo (más o menos desde principios del 2020) en coberturas, shipping, materias primas, mineras, empresas referenciadas en dólares… un sinfín de activos que hoy en día nos están salvando de un destrozo que parece no tener parangón. Pero bueno, en mis artículos está todo escrito.

Por el lado del Real Estate se abre una nueva etapa, últimamente veo mucha subasta de vivienda habitual, es posible que las segundas viviendas y otros activos embargables ya estén absorbidos por el mercado (en parte), por lo que quienes embargan tienen que tirar de lo que queda, viviendas habituales. Pero no es el tema que nos ocupa, mi preocupación es la burbuja que existe en el sector de las inmobiliarias, ojo, no en el sector inmobiliario, en las inmobiliarias como empresas de intermediación.

Las subidas de tipos de interés por parte de los Bancos Centrales suponen una medida restrictiva en pos del control de la inflación, bien, todo ok, los inmuebles suelen trasladar muy bien la inflación al precio, al menos tradicionalmente, pero no ha dado tiempo, y menos aun con una inflación tan desbocada ha sido posible actualizar precios.

Por lo tanto, al contraerse la financiación bancaria es posible que veamos una ralentización en las transacciones inmobiliarias, pero cuidado, ralentización no es lo mismo que frenarse. Además, no tiene porque implicar que los precios bajen, es posible que en algunas zonas suban, y bastante. Aquí tenemos en juego muchas dinámicas diferentes, no solo oferta y demanda del mercado inmobiliario, también oferta y demanda del mercado de crédito, oferta monetaria, mercado laboral y muchos más.

En estos momentos estamos ante el inicio de una crisis dura, más o menos larga, dependerá de lo duras e impopulares que sean las medidas de los gobernantes que se eligieron hace tiempo. Pero sin duda alguna, es una oportunidad enorme para crear unas carteras brutales, es un gran momento para adquirir posiciones en empresas que pueden hacerlo bien, estudiadas a fondo eso sí, en materias primas que nos puedan proteger de la inflación y de los tipos de interés, así como comprar inmuebles para aguantar el chaparrón, como en toda crisis veremos inmuebles a la venta de familias que necesitan liquidez urgente, veremos embargos y bancos encantados de cedernos los créditos, o los inmuebles directamente, con tal de no reconocer esas deudas a largo plazo.

Nos toca aguantar y utilizar nuestro capital diligentemente, adquirir cosas que puedan recuperar valor con el tiempo, por ejemplo, garajes en zonas donde sabemos serán peatonales en unos años, pisos en barrios en los que se construirá un metro, naves industriales en ubicaciones donde nos plantarán una salida a la autopista, terrenos rústicos de familias que lo han heredado donde quieren que se construyan viviendas en 20 años… Empresas donde sabemos que la deuda es nula, la liquidez es alta, tienen poca conflictividad laboral… Esa es la idea para sobrevivir a una crisis.

Jamás, bajo ningún concepto, pedir deuda al banco para invertir en estas cosas mencionadas, y menos aun, hacer caso al pringado que curra en la sucursal de debajo de casa.

Momentos de niebla y de borrasca se ciernen sobre nuestras cabezas, duramente caerán lluvias y granizo, la sangre correrá por nuestras calles y no podremos evitarlo, solo nos queda esperanza de que escampe el día de mañana, pero mientras, tomar decisiones sensatas de inversión, adquirir buenos bienes y ser diligente con la deuda. Desde un punto de vista de la política se debería dejar de hacer tanto el imbécil con políticas verdes, gravando más y más cosas, poniendo trabas y coartando las libertades individuales de los ciudadanos. Se deberían reducir impuestos, cancelar políticas de gasto, promover (no imponer) programas de ahorro, eliminar todas aquellas ayudas que fomenten el parasitismo social y hacer que quien quiera cobrar una ayuda, aporte algo a cambio a la sociedad.
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  1. #2
    18/10/22 16:32
    No está mal escrito el artículo :"Momentos de niebla y de borrasca se ciernen sobre nuestras cabezas, duramente caerán lluvias y granizo, la sangre correrá por nuestras calles... " que literario. Aunque coincido bastante, me parece que sobra y es poco elegante llamar pringados a los trabajadores de banca de barrio una y otra vez. No les tengo especial simpatía, pero no hay por qué insultarles. 

  2. #1
    15/10/22 18:44
    Hola, buenas tardes. Solo unos breves comentarios a su articulo. Y es que veo que le gustaría un tipo macro- economico neoliberal como el que quiere implantar la Sra Truss en Inglaterra y a nivel  micro, la información privilegiada es para Ud fundamental (saber dónde hay metros, compañías con buenos fundamentales,más allá de nuestros simples análisis, etc). Lo primero no se lo compro , aunque solo sea por solidaridad con los pensionista británicos (voy a ser pensionista dentro de poco) que a lo que se ve, también opinan que los experimentos se hacen  en casa y con gaseosa. Lo segundo, estoy completamente  de acuerdo, aunque la información privilegiada escasea, y covendra conmigo, que es propia de los "que mandan de verdad" ( bancos centrales mayormente, grupos locales de presion, etc). 
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