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El bautismo de sangre puede tener diversas acepciones, desde la óptica militar puede referirse a la primera herida sufrida por un soldado en combate, y entre otras desde un punto de vista religioso puede ser llegar a la divinidad mediante el martirio. Sea como sea estás dos acepciones nos sirven muy bien para dar perspectiva a la situación actual, junto con toda la teoría que existe sobre los “Black Swan” que Nassim Taleb ha desarrollado a lo largo de su bibliografía.

¿Qué es un cisne negro? Cuando acudimos a los libros de Taleb es de obligada lectura el libro Cisne Negro, en el nos explica en qué consiste un suceso de este tipo, altamente improbable (según la estadística normativa) y de consecuencias socioeconómicas devastadoras para el mundo. (Taleb, 2007). A lo largo del tiempo han ocurrido unos cuantos cisnes negros de mayor y menor trascendencia, lo que ocurrió en 2008 por ejemplo lo fue a ojos de muchas personas.

 

 

Para muchas personas de mi generación este Cisne Negro asociado al SARS-CoV-2 ha sido nuestro bautismo de sangre en los mercados financieros, y para muchos el primero de su vida. En mi caso empecé a operar en los mercados financieros en 2010, por lo tanto aunque si viví la situación de 2008 con la caída de Lehman Brothers no la operé, y posteriormente sí que sufrí en mis carnes, y en mi cartera también, la situación de alta volatilidad vivida en 2012 cuando Europa parecía que iba a explotar. Tras esos sucesos podrían parecer sucesos de Cisne Negro otros tres momentos clave en el mercado bursátil, dos de índole político, con la elección de Trump como presidente de USA y la votación del Brexit, y otra de índole puramente financiera, las tensiones creadas por Deutsche Bank con sus Coco’s. En retrospectiva esos sucesos fueron… un paseo por un parque limpio y bien iluminado en comparación con la situación actual del mundo.

 Como dijo Jack el Destripador, “vayamos por partes”, algo esencial para entender que pasa en el mundo, de dónde venimos y a donde vamos. El SARS-CoV-2 es un virus zoonótico, es decir, ha pasado de animales a humanos, en este caso parece ser que se ha transmitido desde los murciélagos hasta los humanos, a través de un mercado de Wuhan, una ciudad del centro de China. Por esos sospecho que Trump se refiere a ello como “el virus Chino” y dependiendo de lo políticamente correctos que queramos ser nos puede parecer bien o no bien, pero eso sería otro tema. Este virus es el que ha llevado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a decretar el “estado de alarma” y poner en cuarentena todo el país.

Desde un punto de vista humano, por una parte, y desde otro ángulo, desde un punto de vista logístico a nivel sanitario, es un problema muy serio que el virus se esté expandiendo tan rápido. Parece ser que la letalidad del virus no superará el 5%, muy a la par de la gripe común, pero que se extienda a la velocidad a la que lo está haciendo es un problema muy grave para las UCIs de todos los países, ya que se ven incapaces de absorber semejante volumen de pacientes. En estos momentos en España (24/03/2020) tenemos cerca de 40.000 infectados y 2.700 muertos, lo que nos deja una tasa de mortalidad del 6,75%, pero tenemos que tener en cuenta que cada cual hace las estadísticas como quiere, y hasta el momento los análisis que se han realizado no han sido masivos como en Corea del Sur por ejemplo. Lo cual nos lleva a inferir que al hacer análisis a los graves tiene sentido que haya una mayor tasa de mortalidad por el momento. En lo que respecta al resto del mundo, en la misma fecha, tenemos 394.000 infectados y 17.200 muertos, un 4,37% de mortalidad. Parece ser que cerca del 60% de las personas pueden ser asintomáticas, lo que nos implicaría pensar que son personas que ni siquiera saben que tienen la enfermedad. En el caso de dar por buenos los datos de infectados de China, conocidos por su transparencia, y de otros muchos países de regímenes socialistas/comunistas, y partiendo del porcentaje de asintomáticos, actualizamos las mates y obtenemos estos datos; cerca de 1 millón de personas estarían infectadas en el mundo, por lo que si suponemos que el doble de los muertos por SARS-CoV-2 son los muertos que actualmente tenemos (debido a que en muchos lugares no se hace la prueba a personas que fallecen por neumonía) obtendríamos un ratio de mortalidad del 3,5%. Este virus tiene una letalidad inferior a la de la tuberculosis, VIH, hepatitis B y muy inferior, por ejemplo, a la letalidad del ébola. (Infobae, 2020).

Todos estos datos, y mi afición por las mates y la economía me llevan a hacerme varias preguntas, y quiero aclarar, son solo preguntas y no tengo las respuestas a ellas.

¿No estaremos sacando un poco de quicio todo esto? ¿No será este problema de salud pública un efecto de costumbres de higiene deficientes en algunas partes del mundo? ¿Estamos asistiendo a la mayor conspiración de la historia? ¿Es posible que todo esto haya sido un movimiento orquestado por los gobiernos para robarnos nuestras libertades civiles? ¿Podría ser, qué el gobierno quiera utilizarlo como excusa para instaurar un régimen anti-libre mercado? ¿Nos compensa como sociedad movilizar tantos recursos y robar a los ciudadanos sus libertades individuales con tal de salvar una vida? ¿Seremos capaces de controlar la crisis económica que vendrá? ¿El “Shut Down” de los gobiernos tiene sentido? ¿Es lógico que cerremos un país y hagamos todo este daño a la economía con tal de evitar “una gripe”? ¿Tiene sentido que el gobierno esté movilizando tantos recursos económicos para insuflar vida a la economía? ¿No tendría sentido dejar que Darwin hiciese su trabajo y nosotros el nuestro?

Todas ellas son preguntas muy difíciles, con grandes implicaciones éticas y morales a las que no tengo, o quiero dar respuesta, ni tampoco quiero saber que opina la gente sobre ello. Al menos no por ahora, lo que ahora nos toca es #quedateencasa y remar todos en la dirección de evitar los contagios y “aplanar” la curva, que es lo que parece más sensato ahora, o al menos, lo políticamente correcto de hacer y decir.

Por todo ello quería escribir este artículo, como mecanismo de canalización de pensamientos desde la cuarentena impuesta por el Gobierno del estado español. Para ello ahora voy a centrarme en aspecto que más controlo, los económicos y también los de mercados financieros, porque como todos los que leéis temas relacionados con las bolsas ya sabréis que el mundo se ha pegado una leche sin precedentes. De hecho es por eso mismo que me he referido a esta situación al principio de mi artículo como un suceso de Cisne Negro.

Empezaré mostrando que ha pasado en los diversos índices, como el Dow Jones por ejemplo.

Este índice ha perdido, desde su máximos en 30.000 puntos, un 37,8% de su valor, de hecho ha perdido todo el valor que había ganado desde que Trump llego a la presidencia de USA, para que nos hagamos una idea, toda la riqueza generada por su administración ha quedado reducida a la nada por culpa de este Black Swan.

Durante mucho tiempo ha existido, y después de esto seguirá igual, una batalla entre el análisis técnico y el fundamental, dando unos validez al otro o no y viceversa, ante un suceso de este calado todo cae, da igual el tipo de análisis que hagamos, todo cae. Es más, el análisis técnico no nos es de utilidad en plena caída porque no es inteligente tratar de coger con las manos cuchillos cayendo, pero tampoco nos podemos dejar guiar por los análisis fundamentales con las cuentas de los cierres del año pasado, esto se debe a que esos análisis han quedado invalidados por la magnitud de excepcionalidad de esta situación. Nunca antes nos habíamos enfrentado a una destrucción de riqueza y de valor tan brutal como la actual, hemos cerrado la economía durante un mes.

¿Y… cómo está Europa? Pues peor, aquí el virus ha azotado primero y con mucha fuerza, quizás alentado por la incompetencia de los políticos, que siempre llegan tarde y mal a la fiesta. En muchos estados europeos se han tomado medidas de confinamiento de la población, “suspensión” (o eso dicen, que será temporal) de las libertades civiles de sus ciudadanos, cuarentenas y aislamientos, como más nos guste referirnos a ello. Lo que se persigue es que se propague lo más despacio posible el virus para que los sistemas sanitarios sean capaces de absorber el percal que se nos viene.

El DAX ha perdido cerca de un 43% de su valor en solo unas semanas, podemos afirmar que esté ha sido el bautismo de sangre de muchos de nosotros, una caída de semejante magnitud y velocidad no se había visto antes, y claramente es la puerta a una crisis, crisis con todas las letras.

Otro índice otra vez en niveles de 2016, hemos perdido los últimos cuatro años de riqueza en menos de un mes, es algo brutal que no se había dado antes, repito, no con está velocidad de caída.

Al S&P no le ha ido tan mal, pero lo que pretendo mostrar con la imagen superior son dos cosas, pese a la velocidad esta no es la peor crisis que hemos vivido (Capital, 2020), y la segunda es que tenemos el sesgo de comparar una crisis con crisis anteriores, por lo que si puede ir a peor deberíamos prepararnos para ello, podría ocurrir que está crisis sea la peor de todas y nos tengamos que enfrentar a muchas más caídas que están por venir en cuanto esta crisis sanitaria explote a peor.

Cuando nos acercamos a ver qué ocurre en España nos encontramos que el Ibex perdió con las caídas un 43% desde máximos.

Concretamente aquí se perdió mucho valor y mucho capital de pequeños ahorradores, además es importante recordar que el Ibex no estaba al mismo nivel que sus homólogos, todos los índices habían superado los máximos anteriores a la crisis de 2008, pero el Ibex no. Nuestro índice parece que no tenía potencia para subir y finalmente cuando todo ha explotado ha sido el que más valor a perdido, aunque porcentualmente está en la línea tenemos que mirarlo desde el prisma global, en España por alguna extraña razón la productividad es menor que en otros países, el endeudamiento es mayor y creo que esos factores son los que han lastrado al índice a la hora de seguir la estela del resto de mercados, aderezado quizás por una políticas demasiado poco afines a los mercados y a la libertad económica de los individuos.

Otro de los activos que ha sufrido mucho ha sido el petróleo, llegando a perder un 64% de su valor, en unos pocos días hemos pasado de tenerlo en 70$ a solo 25$, zona en la que toco mínimos en la anterior crisis del petróleo, precio que ha motivado a muchos (incluido el gobierno de China) a desplegar unos buenos largos y acaparar la materia prima.

En concreto se ha juntado toda esta crisis sanitaria y una crisis del petróleo, debido a recortes de producción por parte de los países de la OPEP.

Ahora bien, ¿Cómo navegamos en estos mares? Pues no lo sé, y nadie lo sabe, quien diga que sí es porque simplemente está mintiendo, pero dado que para muchos de nosotros esté ha sido nuestro bautismo de sangre creo que podemos sacar algunas lecciones claras, porque nunca debemos perder la perspectiva de nuestro plan. Existe una diferencia entre seguir un plan al pie de la letra, y morir por ello, y seguir un plan de forma estoica, pero con adaptabilidad para dejarnos malear por la situación y adaptarnos al entorno.

Desde mi mesa, donde realizo mis operaciones, puedo ver diversos posters que tengo colgados de la pared, dos de ellos de gran utilidad en momentos como los que nos han tocado vivir.

El ciclo del inversor es uno de ellos y el otro “The Investor´s Manifesto”, los dos posters junto con la filosofía estoica me han ayudado a extraer lecciones de la situación y me han evitado pérdidas cuantiosas.

Los primeros días de las caídas del mercado, con índices perdiendo un 15% y algunos valores perdiendo más de un 30%, subastas de volatilidad por doquier, y el mecanismo de seguridad de USA suspendiendo las bolsas constantemente era lógico que el miedo se apoderase de todos. Mucha gente perdió mucho dinero, fondos de inversión directamente quebrando, el margin call de muchas personas y entidades saltando, en definitiva, una masacre con cadáveres por todas partes. El principal problema de esa situación es que se adereza con ruido, medios de comunicación, mensajes, noticias… todos gritando “pánico” en los mercados, vender, vender, vender… lo cual potencia las caídas. Pero si habíamos hechos los deberes seguramente nuestras pérdidas no lleguen al 20%, lo cual es bastante asumible, y es importante no cometer errores de vender e intentar coger todos esos cuchillos que estaban cayendo, o lo que es peor, cada 2% de caída intentar promediar.

En mi caso personal a lo largo de enero y febrero me deshice de parte de mi cartera, lo cual ha ayudado a contener los daños, pero aun así, y al igual que todos, hay daños que reparar. He mencionado el estoicismo y eso me ha ayudado a evadir la mente del ruido, además que está situación de cuarentena pone a prueba las enseñanzas de Marco Aurelio por ejemplo. He aquí mi “lista” de cosas que he aprendido o me han ayudado a tomar buenas decisiones cuando el mercado estaba desangrándose.

1- Aislarse del ruido, no mirar las noticias cada cinco minutos y contrastar todo con fuentes fiables

2- Cuando las posiciones están pilladas y no se debe promediar a la baja lo mejor es dedicar el tiempo a otros menesteres, por ejemplo, lo dediqué a la lectura y a realizar un par de cursos online sobre e-commerce, además de atender otros negocios.

3- Relajar el estrés con deporte, ir al gym y ponerse hacer cualquier cosa que ocupe nuestra mente, o como mis otros dos hobbies también son cocinar y los coches pues dedicarles tiempo a estas dos actividades.

4- Hacer meditación.

5- Esto es muy recomendable, resetear la mente, coger las tesis de inversión de las empresas que tenemos en nuestra de pendientes y re-leerlas, descubrir que ha cambiado en el mundo, como les afecta y establecer nuevos objetivos de inversión.

El tiempo es dinero, y por ahora es el único activo que no ha perdido valor alguno, por eso debemos aprovecharlo, no debemos intentar parar las caídas del mercado, si te han pillado no pasa nada, todos estamos igual. Lo que se debe hacer es llorar un rato, pensar en otras cosas y volver con más fuerza, como alguno diría, canalizar la rabia para generar mayor valor que antes.

Aunque los fundamentales se han destrozado, el mundo literalmente ha parado y la economía parece que va a tener que enfrentarse a una crisis sin parangón en la historia de la humanidad de todo se sale, un dicho que pulula por los mercados es “está vez es diferente” y resulta que no, está vez es igual que todas las demás, la diferencia radica en el desencadenante, tenemos burbujas que explotar y un virus nacido en China ha sido lo que ha apretado el gatillo en el mundo. Que la economía y en especial los mercados hagan un movimiento en “V” o en “U” dependerá de las políticas que los gobiernos quieran realizar y de la agilidad con las que sean aplicadas, porque si esos movimientos no llegan, el dinero perdido dará igual porque será el menor de los problemas de la sociedad.

 

Bibliografía

Capital, A. G. (2020). Surviving The Market Crash: Philosophy, Notes And Strategy During Recessions. seekingalpha.com.

Infobae. (2020). El coronavirus, en números: gravedad de los contagios, cantidad de pacientes recuperados y otros datos sobre la pandemia. Infobae.

Taleb, N. N. (2007). El Cisne Negro, el impacto de lo altamente improbable.

 

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  1. en respuesta a Muelle
    -
    #4
    27/03/20 10:50

    No se trata de "seguir como si nada". Pero muchas veces olvidamos que la sanidad y las pensiones se pagan con lo que se genera por la actividad economica.

  2. en respuesta a Packo33
    -
    #3
    26/03/20 16:10

    Estoy de acuerdo que vamos tarde, y que no hay excusa para hacerlo tan mal, teniendo a italia ahí el gobierno no ha sabido cumplir.
    Pero seguir como si nada tampoco creo que sea la solucion. Reino unido lo intento y ya ves como ha reculado. Y veras EEUU, que tampoco le hizo mucho caso.
    El "homo economicus" diria que estupendo, los mayores de 60 apenas consumen y ahorramos en pensiones, dejemos al virus trabajar, pero nuestros ancianos no lo merecen.

  3. en respuesta a Muelle
    -
    #2
    26/03/20 11:29

    Sin menospreciar en absoluto la gravedad de la situación y el numero de muertos por coronavirus, yo tengo claro que el confinamiento y subsiguiente paron económico van a matar a muchos mas. Y esos no van a ser contabilizados.

    Las medidas de contención habría que haberlas aplicado en Enero y Febrero, cuando el gobierno lanzaba el mensaje "si vienes de las zonas afectadas, puedes hacer vida normal".
    Las medidas que no se tomaron antes, no se pueden remediar ahora con un confinamiento mas severo. Ahora la prioridad debería ser minimizar el impacto económico. Vamos con dos meses de retraso en todas y cada una de las medidas.

  4. #1
    25/03/20 17:43

    Por favor, no es "una gripe". Parece mentira que siendo trader no comprendas en su magnitud una funcion exponencial. Se dobla cada 3 dias. En su dia pasaremos de 100.000 muertos a 200.000 en solo 3 dias. Eso sin contar que cuando las ucis se llenen la gente grave, que hasta a hora se ha recuperado, dejara de hacerlo, asi que sera cada 2 dias.
    Y la mortalidad es del 2%, pero siendo 50.000.000 eso da 1 millon de muertos solo en España.