¿Sirven de algo los análisis bursátiles?
Escuchamos todos los días cientos de recomendaciones sobre una larga serie de activos en el que se explica de una forma detallada lo que debería ocurrir en el futuro y sobre todo los motivos y sucesos que desencadenaron el último movimiento de los mercados. Al escucharlos, uno no tiene más que dejarse convencer de quien le habla ya que supuestamente sabe lo que dice y se le ve convencido.
Un hecho que hace que millones de personas todos los días tomen sus decisiones de inversión basadas en las recomendaciones que un determinado experto hace. Dejándonos de razones más o menos subjetivas de porque es una soberana tontería hacer caso a las recomendaciones que todos los días saturan los medios de comunicación hoy vengo con algo un poco más objetivo que no tiene otro propósito que el que podamos ver la realidad desde un punto de vista un poco más ¿realista?.
Lo que todos entendemos es como la historia del hombre no se podría explicar ni mucho menos sin los sucesos que de una forma inesperada y sin poder ser conocidos de antemano han sacudido a la humanidad, tanto en su vertiente saludable como en su parte menos amable. Entender la actualidad sin la tecnología que hoy nos acompaña es no entender el presente, ni saber lo que ocurrió un 11 de septiembre del 2001 tampoco se lo podría permitir un observador de la actualidad. Acontecimientos como estos han marcado lo que hoy estamos viviendo. ¿Cómo sería el mundo actual sin ellos?, no lo podemos saber, pero lo que está claro es que la previsión de su surgimiento fue tarea imposible para un pasado visionario y todo lo que sea mirar al futuro no hace menos que dar por sentado que todos los acontecimientos espontáneos con un impacto similar están incluidos en la previsión de turno. ¿resultado? Todo análisis desde su misma redacción tenemos que reconocer que está poco menos que muerto, o por lo menos con una pistola a punto de ser disparada por cualquier suceso imprevisible.
Esto es algo que podemos ver todos los días. No hace falta que nos vayamos 100 años hacia el futuro para poder encontrarnos sucesos impredecibles, sino que cada día la aleatoriedad es el primer y segundo plato del menú que nos comemos todos los días, entre los que tenemos que buscar ciertas ineficiencias o patrones con una esperanza matemática positiva, pero muy lejos de las pretensiones de quien dice saber hacia dónde va el mercado ¿por qué nos empeñamos en ver lo contrario?.
Algo palpable sin duda es la ilusión de control que los seres humanos ejercemos sobre cualquier suceso aleatorio. De tal forma que nos creemos saber más de lo que en realidad sabemos.
Me gusta la explicación de la wikipedia, así que veamos como lo explica.
Un tipo de demostración involucra una instalación con dos luces que marcan "Puntaje" y "Sin puntaje". Las personas deben intentar controlar cuál se enciende. Jenkins & Ward (1965) presentó a unas personas dos botones para presionar. Allan & Jenkins (1980) tenía un botón, al cual las personas decidían en cada turno presionar o no presionar. Las conexiones podían ser arregladas para que cada acción encienda una luz con una probabilidad dada, por lo que las personas no tenían ningún control sobre qué luz se prendería o un monto variable de control. A las personas se les dijo que podía no existir relación entre sus acciones y las luces.
Se les pidió a las personas estimar cuánto control tenían sobre las luces. Sus estimados no guardaba relación con el control que en realidad tenían, sino que estaba relacionado con cuán a menudo se encendía la luz de "Puntaje. Incluso cuando no había diferencia en lo que escogieran, las personas informaban con seguridad que ejercían algún control sobre las luces.
En una serie de experimentos, Ellen Langer (1975) demostró en primer lugar la prevalencia de la ilusión del control; y en segundo lugar, que era más probable que la gente se comportara como si pudieran ejercer control en una situación al azar donde estaban presentes "habilidades clave". Por habilidades clave, Langer se refería a propiedades de la situación más normalmente asociada con el ejercicio de destreza, en particular el ejercicio de elección, competencia, familiaridad con el estímulo y participación en decisiones.
Una forma simple de esta falacia se encuentra en los casinos: cuando un dado rueda en craps, se ha mostrado que las personas tienden a tirar más fuertes por números altos y más despacio por números bajos. Bajo ciertas circunstancias, sujetos experimentales han sido inducidos a creer que podían afectar el resultado de un puramente al azar cara o cruz. Los sujetos que adivinaron una serie de cara o cruz con éxito empezaron a creer que eran en realidad mejores adivinadores y creían que su rendimiento al adivinar sería menos preciso si estuvieran distraídos.
Una ilusión del control sobre ciertos eventos externos podría ser una base para creer en telequinesis.
Taylor & Brown (1988) argumentan que las ilusiones positivas son adaptativas cuando se incrementan la motivación y la persistencia. Esta posición es respaldada por el argumento de Albert Bandura de que 'autovaloraciones optimistas de la capacidad, que no son excesivamente dispares de lo que es posible, pueden ser ventajosas, considerando que juicios verídicos pueden ser autolimitantes' (Bandura, 1989, p.1177). No obstante, debe notarse el uso de Bandura de la calificación 'no excesivamente dispar de lo que es posible'. Su argumento está esencialmente preocupado por el efecto adaptativo de las creencias optimistas sobre el control y el rendimiento en circunstancias donde el control es posible, más que en el control percibido en circunstancias donde los resultados son genuinamente no contingentes en un comportamiento individual.
Bandura ha sugerido también que, "en actividades donde los márgenes de error son estrechos y un paso en falso puede producir consecuencias costosas o perjudiciales, el bienestar personal será mejor servido por una valoración altamente precisa de la eficacia." (1997, p. 71)
Taylor y Brown argumentan que las ilusiones positivas son adaptativas, ya que existencia evidencia de que son más comunes en individual mentalmente sanos que en individuos deprimidos; sin embargo, Pacini, Muir y Epstein (1998) han mostrado que esto puede deberse a que las personas deprimidas sobrecompensan por una tendencia hacia el procesamiento intuitivo maladaptativo al ejercitar un excesivo control racional en situaciones triviales. Asimismo, considera que la diferencia con personas no deprimidas desaparece en circunstancias más trascendentales.
También existe evidencia empírica de que la autoeficacia alta puede ser maladaptativa en algunas circunstancias. En un estudio de caso, Whyte et al. (1997) mostraron que los participanetes en los cuales habían inducido autoeficacia alta era significativamente más probable que intensificaran su compromiso en un curso de acción falible. Knee and Zuckerman (1998) han desafiado la definición de salud mental utilizada por Taylor y Brown y argumentan que la falta de ilusiones está asociada con una personalidad no-defensiva orientada al crecimiento y al aprendizaje y con un bajo ego involucrado en los resultados. Así, presentan evidencia de que los individuos autodeterminados son menos propensos a estas ilusiones. A fines de la década de 1970, Abramson y Alloy (1980) demostraron que individuos deprimidos tienen una visión más precisa de su control del entorno social que los individuos no deprimidos. Este descubrimiento se mantiene verdadero incluso cuando la depresión es manipulada experimentalmente.
Fenton-O'Creevy et al (2003) argumentan, como lo hacen Gollwittzer and Kinney (1989), que miemtras las creencias ilusorias sobre el control pueden estimular el procurar alcanzar el objetivo, no son propicias para tomar decisiones razonables. Las ilusiones del control pueden causar insensibilidad a la retroalimentación, impedir el aprendizaje y predisponer a tomar objetivos más riesgosos (dado que el riesgo subjetivo se reducirá por la ilusión del control).
¿con qué nos queremos quedar de todo esto?
Lee el último párrafo.
En un estudio sobre ilusión del control en una población de comerciantes que trabajaban en bancos de inversión, Fenton-O'Creevy et al (2003, 2004) encontró que los comerciantes que eran proclives a una alta ilusión de control tenían un rendimiento significativamente peor en el análisis y manejo del riesgo. También ganaban significativamente menos. gozo Una importante explicación para la ilusión del control puede encontrarse en la teoría de la autoregulación. Hasta el punto que la gente es llevada por objetivos internos referidos con el ejercicio del control sobre su entorno, buscarán retomar el control en condiciones de caos, incertidumbre o estrés. Al perder el control genuino, una estrategia será replegarse en atribuciones defensivas de control que llevan a ilusiones de control (Fenton-O'Creevy et al, 2003).
Ser conscientes de esta situación mejorará nuestros rendimientos, ya que no caeremos en la trampa de cómo he escuchado alguna vez “apostar a lo seguro” ya que si seguro hay algo es que sabemos poco del futuro, y aceptar esto nos hará manejar el riesgo como si de hecho pudiéramos perder el dinero en cada trade.
¿estás de acuerdo?