Desde luego, así, no vamos a parte alguna. O cambiamos de aptitud o,por el contrario, nos van a dar a todos por el "ful".
¡Vamos a ver, querid@s sufridor@s!.
Con independencia de lo que cada cual piense en relación a como han acontecido los hechos que nos han llevado al lugar donde nos encontramos, creo que algo que debemos tener todos perfectamente claro es que nuestros enemigos son otros, no los afectados por la intervención. Y son a éstos enemigos a quienes tenemos que ponerles las cosas difíciles, demostrarles que de las maneras en que se realizó la intervención de las empresas es la principal causante de nuestra situación. ¡Si!, ¡he dicho bien!, "las maneras". ¡No se puede cerrar a cal y canto una empresa por que alguien crea tener indicios de que algunos de sus directivos no esté actuando conforme a la Ley. Las empresas no cometen delitos.
Por lo tanto, vamos a ser sensatos, vamos a aparcar nuestras rencillas, nuestras discrepancias, y vamos a intentar remar todos en el mismo sentido y con un único fin. Que nos paguen los daños ocasionados por la intervención y reconozcan públicamente nuestra dignidad, una dignidad que núnca hemos perdido.
Creo que ya va siendo hora de que, inclusive aquellos que colmungan con la teoría de la estafa, se empiecen a formular preguntas, preguntas en el sentido de que ¿como es posible que 6 años después de la intervención, a día de hoy, no exista una resolución judicial en la vía penal?, ¿como es posible que se intente liquidar una empresa a través de la vía mercantil, cuando no existe una sentencia firme ?, ¿como es posible que se intervenga una empresa bajo la acusación de estar realizando, presuntamente,operaciones financieras y, luego, tres sentencias vienen a decir que las operaciones eran mercantiles?.
Creo que hay una cosa en la que todos estaremos de acuerdo. Y es que, en nuestro caso, hay mierda como para parar un tren.