Ante la Diada de Catalunya y el egoísmo fatal de los privilegiados
Una vez fuera de su sitial, Casanova y sus amigos convocaron cientos de misas y procesiones, compareciendo ante ella para prometerle velar por las buenas costumbres y la moral católica, prohibiendo los bailes de carnaval y cualquier otra demostración de depravación de los habitantes de Barcino si la santa ayudaba a levantar el sitio, conservar las libertades y privilegios de la ciudad. No fue así, y como último recurso, Casanova recurrió a San Jorge, llamando fuertemente la atención de Voltaire el fervor religioso que llenaba a los habitantes de la ciudad.
La alusión a las libertades por parte de Casanova y sus compañeros del patriciado urbano barcelonés va siempre asociada a la defensa de los privilegios de que gozaba la ciudad, es decir a una reivindicación de derechos feudales, de derechos del pasado absolutamente incompatibles con el Estado moderno que estaba a punto de nacer en la Francia republicana de la Revolución.
No se trató en ningún caso de una guerra en la que se dilucidase la separación de Catalunya del resto de España, sino del enfrentamiento entre los partidarios de dos concepciones bien distintas del Estado, por un lado el descentralizado feudalizante que encarnaban los Austrias, por otro el centralista típico de la monarquía borbónica francesa, que fue al final el que se impuso en todo el país, poniendo las bases económicas para el posterior desarrollo económico de Catalunya al permitir a ese territorio su presencia plena en las colonias de Ultramar. Empero, interpretemos los hechos de esta o de otra manera, no cabe duda de que ni las instituciones catalanas encabezadas por Casanova tenían nada de democráticas ni la rebelión de los comuneros de Castilla contra el intruso Carlos I tampoco, ambos conflictos quisieron perpetuar los privilegios -como ellos mismos aseveran en sus bandos- adquiridos en la antigüedad por real concesión.
Son esos privilegios, machacados en Castilla y reivindicados ahora en Catalunya, los que todavía siguen lastrando el justo desarrollo de nuestro Estado democrático puesto que es imposible construir un Estado libre, igualitario y fraternal.
El recurso a la República por parte de Puigdemont, Torra o Junqueras está haciendo un enorme daño a la causa republicana española, hasta ahora no contaminada por particularismos, contribuyendo al mismo tiempo al fortalecimiento de una monarquía que cada vez es menos querida por la ciudadanía y que apenas cuenta con apoyos populares.
se trata de una guerra larvada que han declarado los ricos a los pobres, incluyendo en estos a los que no tienen pureza de sangre, a los que llegaron de otras partes del Estado y se les reprocha que conserven sus señas de identidad y a los que vienen de fuera con otro color de piel y sin un euro en el bolsillo.
https://www.nuevatribuna.es/opinion/pedro-luis-angosto/diada-catalunya-egoismo-fatal-privilegiados/20180910163751155512.html
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Obrint Pas - Mil nou-cents trenta-nou
Un saludo