Esta manera de votar, y transferir a representación en un parlamento el voto, lleva sucediendo de forma continuada 37 años en Catalunya y 40 años en España. Fue el esquema de fragmentación y sobrerrepresentación que diseñó Suarez para las elecciones de 1977, para evitar que "los comunistas" pudiesen tener peso político.
Es más, sistemas electorales autonómicos, de circunscripción única inicial, como Murcia o Asturias, han desarrollado el mismo esquema, fragmentando y dotando de sobrerrepresentación distritos rurales despoblados (en general, con tendencias más localistas y conservadoras).
Son las reglas de juego, públicas, conocidas, y con sus pros y contras. Ningún sistema electoral es perfecto.
Sobre la ley de claridad, en España ya tenemos una especie de ley de claridad implícita en la Constitución, respecto de la capacidad de dotarse de autonomía las diferentes provincias (que es el ente y circunscripción a las que la Constitución reconoce capacidad de autogobierno), estableciendo mayoría cualificada de términos municipales (además de la correspondiente mayoría demográfica), para hacer cambios.
Sobre el particular de los resutados electorales del 21D, aparte de que los catalanes "no han votado como debieran haber votado", según se supone que deberían haberlo hecho, es un resultado muy normal, perfectamente asimilable a otros resultados complejos que fueron bien digeridos, como en 1980, 1999, 2003 o 2007. Incluso los mapas son similares. Solo cambian las marcas electorales, y los electos son algo diferentes. Pero el esquema estructural es muy similar.
No es Catalunya la que vota raro, es España la que se auto-interpreta de manera cerril y restrictiva, y excluye de si misma a una parte importantísima de su propia población.
la plus belle des ruses du Diable est de vous persuader qu'il n'existe pas!