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Catalunya-España 2.017 (cosas que pasan)

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#2102

Re: Catalunya-España 2.017 (cosas que pasan)

EL RETORNO IMPOSIBLE (2)

Tarradellas, solitario contra todos

  • Mientras pasaban tristemente los años, el exilio político cada vez se parecía más a un museo de cera
Tarradellas, solitario contra todos
El president Josep Tarradellas en la finca de Clos-de-Mosny, en Saint-Martin-le-Beau, donde vivió (ARXIU MONTSERRAT TARRADELLAS I MACIÀ)
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JORDI AMAT

Lea la versión en catalán

Mientras pasaban tristemente los años, el exilio político cada vez se parecía más a un museo de cera. Digno, pero decadente. Se acumulaban polémicas estériles y esperanzas perdidas, se sucedían ministros sobre el papel o crisis en partidos desconectados de su sociedad de referencia. La guerra fría momificaba a antiguos gobernantes e instituciones del pasado. Cuando el franquismo obtuvo reconocimiento internacional en virtud de acuerdos sucesivos (con la Unesco, el Vaticano y EE.UU.), el viejo republicanismo quedó arrinconado al anticuario de la historia.

Estuvo en momento terminal cuando Josep Tarradellas fue elegido presidente de la Generalitat. Pasará un cuarto de siglo maniobrando para evitar convertirse en el hombre estático de mirada enloquecida de las figuras de cera. Él solo. Sin gobierno. Con dignidad. ¿Cómo conseguirlo?

Una comparación. Vidas paralelas: Josep Tarradellas/ Josep Pla. Una imagen nuclear de la preservación de la catalanidad una vez acabada la Guerra Civil. Después de ganarla apoyando al ejército franquista, Pla volvió al Empordà y cuando pudo se instaló en la casa familiar para levantar con palabras una nueva mitología de Catalunya (expresión de J.P. Quiñonero). La idea de que la identidad se salvaría si se salvaba la lengua y la cultura es el eje de la reconstrucción del catalanismo de posguerra. En el exilio Tarradellas se conjura por escenificar una aventura similar. En el eje de salvación de la nación él, ante todo, pone la institución: la Generalitat. En ambos casos, Pla y Tarradellas, una casa aislada en el campo es el ­espacio desde donde intentarían forjar una operación mítica.

Cuando el franquismo obtuvo reconocimiento internacional en virtud de acuerdos sucesivos, el viejo republicanismo quedó arrinconado al anticuario de la historia.

En El guardià de la memòria Canals y Ràfols documentan que la compra de Clos-de- Mosny en Saint-Martin-le-Beau se hizo el 2 de septiembre de 1939. Solo con su familia, con el apoyo fiel de su secretario Lluís Gausachs y la decreciente ayuda económica de exiliados de medio mundo, es en aquel chalet rural donde Tarradellas ­dedica su vida a preservar la Generalitat.

Podría parecer como Gloria Swanson en la mansión de Sunset Boulevard, pero ante él nadie tenía la sensación de encontrarse con uno loco. Al contrario. Irradiaba el magnetismo fascinante de un político total. Cuando le vaya a ver allí – Josep Pla lo hizo varios días y redactó un informe interesantísimo–, el visitante tendrá la sensación de que está no en un museo de cera sino en la residencia de un presidente de la república. La escenografía era irresistible. La casa, el archivo y una actuación reflejada en la autoridad de Charles de Gaulle.

Una vez derrotados sus rivales del exilio –porque han muerto, se apartan de una política que es ficción o se convierten en figuras de cera–, centra su combate apuntando al interior de Catalunya. Pronto empezará el fuego a discreción, con una significativa excepción. Cuando despuntaban los sesenta, ya en tiempo del desarrollismo y cuando su situación económica se va haciendo angustiante, se intentó dar forma a una alianza de Tarradellas con un núcleo de catalanistas burgueses, reformistas y conectados con el poder. Son los meses de conversaciones con Josep Pla y Vicens Vives, el encuentro con el financiero Manuel Ortínez y el respeto por el gran industrial Domingo Valls i Taberner. La alianza, que aparentemente entró en vía muerta, nunca descarriló del todo y será determinante para la ­hora de la verdad.

Durante años Tarradellas se afanó por mantener su capital simbólico

Durante años Tarradellas se afanó por mantener su capital simbólico. No podía hacer nada más y lo hacía, primero, informándose sobre todo. Tenía pocos contactos, pero eran buenos. El primero, Josep Fornas; también Frederic Rahola. Más adelante Josep Maria Bricall. En casa no dejaba de recibir a dirigentes –de los comunistas del PSUC a los nacionalistas del Front Nacional– que sabían qué pasaba en el interior. De una manera más o menos distorsionada, sí, pero parece o le parecía que él lo sabía todo. También sobre la oposición de posguerra. Una oposición antifranquista que estaba refundando el catalanismo luchando contra la dictadura.

En el relato de esta nueva etapa del movimiento nacional, Tarradellas no contaba: era una ausencia molesta o como mucho una sombra ignorada. Para no acabar invisibilizado totalmente, para no conver­tirse en una figura de cera, atacó. Al abad Escarré y la revista Serra,
a Òmnium Cultural, a Jordi Pujol o a la Fundació Jaume Bofill (aunque Banca Catalana o Josep Maria Vilaseca Marcet le ayudaran económicamente a cambio de nada). El president dispara contra todo lo que se mueve en el interior. Su única arma: el papel de carta con el membrete del presidente de la Generalitat, sellos y cartas. Su argumento: su idea de la institución. Quien rompiera con este esquema o planteara otro alternativo sería considerado por Tarradellas un enemigo a quien combatir sin tregua y con beligerancia.

En uno de los primeros mensajes que había difundido como president, Tarradellas fijó en términos civiles su idea de la Generalitat: “Puesto que es el símbolo de la continuidad, toda solución sin ella equivaldría a una renuncia y a una discordia civil que disminuiría Catalunya en la obtención de sus fines”. Reconvertido en términos políticos, el silogismo que se desprende es megalómano. La institución –es decir, él mismo– es defendida como el único instrumento legitimado para hacer una política catalana: una política propia sólo tiene sentido en la relación que el gobierno catalán –él– pudiera establecer con otro gobierno.

#2103

Rescisión del contrato

Una buena medida que se podría tomar sería rescindir el contrato con Eulen y contratarlo con otra empresa....aunque sea más caro. El fin sería que todos esos tipos de la huelga se fueran a la calle.

#2104

Re: Rescisión del contrato

si eulen ha cumplido la ley porque le van a rescindir el contrato !!!

deberias piolin de estar contento con 4 guardias civiles esta controlado el aeropuerto de barcelona...con 500 miembros de la benemerita controlariamos cataluña ...jjj

saludos 

#2105

Re: Rescisión del contrato

¿Cómo van a rescindirle el contrato a Eulen? ¿No ves que hacen méritos para la futura puerta giratoria?

No le rescinden el contrato y además le hacen el trabajo gratis con la Guardia Civil. En Eulen se estarán frotando las manos y deseando que la huelga se eternice,

El silencio es hermoso cuando no es impuesto.

#2106

Hay una fuera contra Catalunya

 

http://m.deia.com/2017/08/08/opinion/tribuna-abierta/hay-una-guerra-contra-catalunya

 

CATALUNYA siempre anduvo diez pasos por delante. El dinamismo de su economía, su apertura intelectual y las prioridades de su clase dirigente, junto con su masa crítica territorial, han conferido a aquella nación mediterránea una proyección superior a la que España le proponía, hoy igual que siempre, lastrándola y sometiéndola a una unidad ficticia y empobrecedora. Antes la obligaron por la fuerza y ahora también, al modo teatral como se hacen hoy las cosas en la política del Estado. Sí, hay una guerra contra Catalunya, con el objetivo de humillarla y mantener a toda costa el triste canon democrático que se fijó en la Transición, tributario del franquismo.

La decidida voluntad de una amplia mayoría de catalanes de iniciar un futuro por su cuenta y riesgo se enfrenta, en desigual batalla, a todos los poderes imaginables, desde el poder judicial a las fuerzas policiales (y también las militares, más sutilmente), el control y extorsión sobre su economía, pasando por el oprobioso poder de la propaganda que ejercen los medios públicos y privados, desde donde los siervos del Estado disparan sus insultos, mentiras y tergiversaciones para repudiar y desprestigiar las aspiraciones legítimas de un pueblo que solo tiene razones democráticas. El espectáculo de España cargando contra Catalunya su arsenal de amenazas y vejaciones es digno de ser analizado. Nos esperan muchas jornadas de deshonra y coerción que se prolongarán hasta el mismo 1 de octubre y aún después. El otoño catalán será el preludio del invierno ético español con la plena exhibición de sus bajezas y sus ilegítimos orígenes, sea cual sea el resultado del heroico empeño del proyecto liderado por el president Puigdemont.

España está en campaña de humillación de Catalunya. Es tan débil su posición política que ni siquiera ha tenido el atrevimiento de usar la norma más canalla de su Constitución, el artículo 155, que faculta al Estado la ocupación institucional de una comunidad autónoma y la privación de sus derechos. La renuncia del uso de esta solución es táctica. Los estrategas han pensado en algo más cruel, desatando un procedimiento que tiene cinco áreas: la judicial, la económica, la policial y la opinión pública, además de la internacional. Cada una de ellas está actuando de forma autónoma, pero coordinada con las otras operaciones de sometimiento y extorsión en su formato más burdo. La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, dirige el gabinete de la guerra de Catalunya -de momento incruenta- del que forman parte la cúpula de Interior, los tribunales Constitucional y Supremo, los servicios de inteligencia y algunos expertos en comunicación social, junto con los altos poderes económicos del Estado y asesores sobre asuntos catalanes. De nuevo España, se va a la guerra, la guerra sucia. Ya lo hizo en Euskadi. Ahora cae sobre Catalunya.

La ley del más fuerte La humillación que se cierne sobre Catalunya pretende ganar la primera batalla, quizás la menos importante, pero más valorada por los dirigentes: la propaganda. El objetivo específico es que la derrota del proyecto independentista no salpique a la totalidad de la ciudadanía catalana y se concrete sobre la clase política nacionalista. El argumento de comunicación es el valor supremo de la ley sobre la voluntad del pueblo. Con esta cantinela nos vienen machacando desde hace meses: que lo legal es más que lo legítimo, que lo formal y lo limitado son más que el fondo y la libertad. No sé si están logrando ganar la batalla de la opinión pública más allá del amplio sector conservador de la sociedad española, heredero de la ignorancia y el vasallaje franquistas y que constituye hoy el electorado del PP y Ciudadanos, pero nadie que conozca el sentido de la historia y el imparable poder de los cambios sociales puede aceptar una razón tan insuficiente y mezquina. De hecho, quienes reclaman el acatamiento de la legalidad son los que, amparando la corrupción, despreciando el autogobierno vasco durante treinta años y negando la separación de los poderes, menos cumplen su propia legalidad. La ley es solo su pretexto arbitrario.

No es el valor de la ley lo que se invoca contra Catalunya: es la ley del más fuerte. Hay una escenificación de la fuerza que se transforma en judicialización de la política: España ha lanzado su arsenal judicial contra los que reclaman poder votar el 1 de octubre. Los tribunales, que en mayor o menor medida (como hemos visto en la bochornosa declaración de Rajoy en la Audiencia Nacional, protegido por el juez desde el estrado) están bajo control del gobierno central y, además, disponen casi a su antojo del manejo de los tiempos y un indiscutible poder de intervención sobre los parlamentos y los gobiernos, como ya conocimos en Euskadi con la inhabilitación de Atutxa, Knörr y Bilbao, víctimas del asalto político de los jueces a sueldo del Estado. Ahora se ha reeditado en Catalunya, aumentado y no corregido.

INHABILITAR ES HUMILLARLa humillación consiste en amenazar a los cargos institucionales y los empleos de los funcionarios colaboradores del referéndum, a quienes se acusaría de sedición, como en los mejores tiempos de la purga franquista tras el golpe de 1936. De momento, ya han depurado a Artur Mas, a las exconsejeras Irene Rigau y a Joana Ortega, además de al congresista Francesc Homs. Camino de igual muerte civil van el exsenador de ERC, Santiago Vidal;el director general de Comunicación de la Generalitat, Jaume Clotet;el excoordinador del comité ejecutivo del Pacto Nacional por el Referéndum, Joan Ignasi Elena;el secretario general de Presidencia, Joaquim Nin, y el director general de Atención Ciudadana, Jordi Graells. Pueden ser decenas, cientos, miles, los catalanes ajusticiados por inhabilitación antes y después del 1-O. Ejecutados, en definitiva, porque la inhabilitación por causas democráticas aniquila a los condenados. Catalunya no necesita mártires para tener razón, porque suya es toda la libertad. Se supone que los represaliados asumirán con honor su sacrificio.

La Guardia Civil tiene un papel relevante en este conflicto, aún sin sangre y fuego. Hace unos días, sin ninguna excusa judicial, varios agentes verdes penetraron en el Parlament y en dependencias de la Generalitat para requerir información documental sobre los casos de presunta corrupción de la antigua CiU. Esta abrupta irrupción es de una gravedad extrema y muestra hasta qué punto el Estado estaría dispuesto a usar cualquier pretexto para configurar una nueva versión de Tejero, otro 23-F, que derribara al suelo a los representantes de la sociedad catalana.

Catalunya también tiene contra sí su propia Quinta Columna. La patronal ha hecho causa con el Estado. También la división de las fuerzas partidarias del derecho a decidir debilita la razón del 1 de octubre. La cobardía ha provocado dimisiones tácticas. La mayoría de los medios de comunicación infunden miedo al futuro y denigran el proceso. Y mucha gente se quiebra, víctima de sus vacilaciones. España es una máquina de disparar amenazas y ofensas contra funcionarios, empresas, pensionistas, trabajadores, ciudadanos. Es otra forma de terror. El bombardeo es insistente con la sinrazón de una legalidad que es preciso superar y vencer. España hace trampas y violenta la democracia. No tiene legitimidad alguna para machacar a Catalunya.

La lección catalana es que la estructura del Estado y el entramado político y jurídico que la sostiene han caducado. Demuestra que España miente bellacamente cuando afirma que todo es posible en democracia. Y como España no quiere cambiar, hay que forzar su estrecha y dudosa legalidad. Con la fuerza de la política. La historia está llena de ejemplos de heroicas rupturas que cambiaron y mejoraron las naciones. Sea lo que sea que vaya a ocurrir, Catalunya ya ha ganado esta guerra. Nunca hubo más razón para la sedición, gran virtud liberadora.

#2107

Re: Hay una fuera contra Catalunya

Qué malotes son los españoles, verdad, Suso?

Si este es el principal intelectual español (a su pesar) pro referéndum ilegal ..... Pues está claro como va a acabar esto.

#2109

Re: Hay una fuera contra Catalunya

Definitivamente habeis perdido el Norte.

Es dificil ser mas ruin y mas miserable que el tipo que firma esto.

"era tan debil su posicion politca que ni siquiera han tenido el atrevimiento de usar el art 155"

Veamos: o somos unos barbaros tercermundistas sin idea de lo que es la democracia si usamos el 155, o bien somos unos debiles que carecemos de un minimo de atrevimiento si no lo usamos.

A muchos la humillacion, empieza a parecernos poco.

#2111

Re: Catalunya-España 2.017 (cosas que pasan)

El TSJC notifica a la Mesa la suspensión del TC de la reforma del reglamento

Forcadell ironiza y dice que "estaba esperando que se avisase a los 14 parlamentos autonómicos y al Congreso"

#2112

Re: Hay una fuera contra Catalunya

Si, ya hace muchos años que no habéis bombardeado Catalunya...creo que ya va siendo hora...no?

Yo también estoy deseoso de ver hasta dónde sois capaces de llegar...veremos...

Que no tenéis ni idea de lo que significa la palabra democracia...eso es un echo incontestable...sólo te recordaré que se han realizado los mismos referéndums que con Franco. 

 

#2113

Re: Hay una fuera contra Catalunya

Felipe V bombardeo Barcelona y entrego Gibraltar a los ingleses.

Esto es lo que en Castilla se llama......una de cal y otra de arena.

?Hasta donde llegaremos? Pues primero impediremos que voteis el dia uno. Luego, el dia dos os acusaremos de pusilanimes y cagones........por no haber votado.

?Las bombas?....¡ ya te gustaria¡.

 

#2114

Re: Hay una fuera contra Catalunya

serra sois unos franquistas como aplaudiais al regimen ...

https://www.youtube.com/watch?v=HYQiYN5figE

46 dias para el plufffffff

saludos compatriota

#2115

Re: Hay una fuera contra Catalunya

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