Acceder

El mito económico de la independencia

78 respuestas
El mito económico de la independencia
El mito económico de la independencia
Página
5 / 6
#62

Re: El mito económico de la independencia

ja ja ja ja ja ......lo dira en serio

Mas-Colell recuerda que España está obligada a pagar a los pensionistas aunque Catalunya se independice
El conseller de Economia asegura que si el estado no lo hiciera, la Generalitat actuaría como garante del pago a los jubilados

#63

Re: El mito económico de la independencia

Pues, creo que tiene razón según el derecho internacional. Las naciones "normales" lo asumen y así actuan. Lo siento, sé que no te gusta.

España no sé...

#64

Re: El mito económico de la independencia

Quien siembra vientos recoge tempestades, si se entera Merkel a lo mejor decide ahorrarse muchos euros a cuenta de los pensionistas españoles.
Y no veas la cara que se le quedaría al jefe del fisco, español (claro):
http://www.globalgalicia.org/noticia/hacienda-recibe-10-500-peticiones-de-condonacion-de-pensionistas-retornados/

El silencio es hermoso cuando no es impuesto.

#65

Re: El mito económico de la independencia

es del genero chico....los catalanes que trabajan estan aportando a los jubilados luego si parte del territorio se separa el jubilado que cobra de cataluña seguira cobrando de cataluña....je je que listos sois lo mio solo mio y lo de los otros tambien mio....es que me troncho...
de todas formas jaumes como reconocistes hace unos dias esto de la independencia es un sueño.....os vais a pegar un bofeton cuando desperteis

#66

Re: El mito económico de la independencia

Creo que los trabajadores aportan una parte de su salario a la caja común para el pago de las pensiones en España, y de ahí cobran su pensión los pensionistas. No cobran de Catalunya.

En caso de independencia o traslado a otro país, deberan cobrar su pensión en su momento, la parte que le corresponda de cada país en el que hayan cotizado.

Creo que es más o menos así, si no lo es, ponme el enlace correspondiente para informarme mejor. Gracias.

El bofetón es posible, claro, pero mira de no recibirlo tú, que también tienes un sueño.

#67

Re: El mito económico de la independencia

¿Todavía no te has enterado de la "famosa" caja única de la Seguridad Social. No hay ningún jubilado que cobre su pensión de Catalunya (sin ñ, por cierto).

El silencio es hermoso cuando no es impuesto.

#68

Re: El mito económico de la independencia

Por qué sin eñe????

Lo dices mucho y no lo pillo. Nos comunicamos en castellano y esto no es ningún comunicado, circular o instancia de la administración....

#69

Re: El mito económico de la independencia

Porque hay un forero que se pasó una larga temporada poniéndolo mal y añadiendo la coletilla de "con ñ".
Yo prefiero poner su nombre oficial que no lleva ñ.

El silencio es hermoso cuando no es impuesto.

#70

Re: El mito económico de la independencia

No es que yo esté de acuerdo o me crea todo lo que pone a pie juntillas, pero es divertido y plenamente actual a pesar de tener ya 3 años (además, ahora todos conocemos al autor)

Guía práctica de la expulsión catalana del euro (versión completa) Antonio Baños Es un hecho. Nos echan. Ay qué pena. Ay qué desazón. Hombres de negro pasarán casa por casa sacándonos los pocos euros que tenemos en el colchón. Rectores con una madera en la mano expulsarán a los Erasmus catalanes de toda Europa. ¿Chipre? ¿Burundi? ¡Peor! Nuestros hermanos de España, por nuestro bien, nos enviarán a un lugar aún más siniestro y oscuro: la Somalia europea. Gracias a Dios, Cataluña es tierra de cooperantes y nos podremos enviar las ONGs a nosotros mismos. Los payasos sin fronteras sustituirán a las estatuas humanas, y los aviones del programa alimentario, a los nostrats F-16 de la Ejército del Aire. Por una sincera vocación de servicio y para informar al engañado (y en general idiota, delirante y traidor) público catalán de las mentiras del nazionalismo excluyente raticida y herbicida, he aquí una guía práctica y racional del proceso de expulsión de la UE. Debemos ser claros: expulsar a Cataluña es muy fácil (tenemos 2.000 maneras de hacerlo, dijo el versátil Almunia). Lo que no es tan sencillo es expulsar a los catalanes. Se da el caso que, según algunas fuentes, los catalanes son personas y, se ve, tienen derechos (aunque voten a Mas). Así que lo que El Mundo y El País ven tan sencillo y bíblico como el éxodo catalán tiene todavía algunas aristas. El día después La primera acción pública después de la independencia será un acto tremendamente controvertido. En el Parlamento Europeo un par de fornidos seguratas tomarán por las axilas al vicepresidente de la Cámara y lo meterán en un avión deportado hacia Barcelona. Aleix Vidal-Quadras, a pesar de no ser partidario del proceso, es catalán y ganó su escaño representando también a catalanes. Es inapelable pues, que la expulsión de los catalanes comience con un firme golpe de efecto. O qué os pensabais, que esto de la expulsión sólo sería para los indepes? Si expulsan a Cataluña expulsan a todos los catalanes, desde Jordi Cañas hasta Montserrat Caballé. Lo sentiré mucho, borbónicos. Ciudadanía Vamos a la patraña esa de los derechos ciudadanos. No hay manera humana de sacarle a alguien su ciudadanía. Lo dice incluso la constitución de la Indisoluble. Y por un acto de benevolencia injustificable, el Reino de España nos permitió a los catalanes una doble ciudadanía: la española y, de rebote, la europea. Como esta es complementaria, si perdemos la española nos pueden quitar la europea. Damos por supuesto que España, por amor y en nombre de los lazos milenarios que nos unen, nunca nos concederá una doble nacionalidad. Parece fácil. Pero el problema es cómo se quitan unos derechos adquiridos. No se ha dado el caso en Europa desde que los alemanes lo probaron con una parte de su población que se ve que también la encontraron expulsable. Para explicarlo: no es lo mismo no dejar que alguien se te meta en la cama que echarlo después de haber pasado con él la noche. El primer caso (Macedonia, Kosovo) es un acto de libertad y prevención de tu intimidad. La segunda actitud (Cataluña) es, directamente, un acto de mala educación. Expulsar Cataluña es una acción entre estados, colectiva. Pero los derechos son individuales. Así que, de hecho, la expulsión de Cataluña deberá hacerse catalán por catalán. Ningún problema. España y la UE disponen de dinero, abogados, tiempo y recursos de sobra para dedicarse a ello los años que sean necesarios. Para empezar, perderían derechos no sólo los votantes del sí. Lo harían los del no, los abstencionistas y, lo que es más grave, los niños de meses que ni siquiera saben hablar. Vendría a ser como aquella figura jurídica del Sippenhaft rescatada por Hitler por la cual no sólo se castiga al culpable de un crimen sino a toda su familia extensa. Marcel Dutroux, violador, torturador y secuestrador de niñas no ha perdido la ciudadanía europea. Josef Fritzl, el monstruo de Amstetten, tampoco. Incluso a Rudolf Hess, lugarteniente de Hitler, nunca le arrebataron su ciudadanía. Y ahora, la pobre monja Forcades, Arcadi Oliveras y el padre Manel se verán rápidamente despojados de sus derechos por el simple acto de ser compatriotas de unos iluminados organizadores de referéndums. Esta secuencia admito que será un poco difícil de explicar por la baronesa Ashton, jefa de la diplomacia europea. ¿Cómo puede la UE, patria de todos los derechos, madre de todos los refugiados, fuente de toda libertad, echar a siete millones de europeos (muchos de ellos blancos y ricos) sólo por votar? ¿Cómo le explicarían el éxodo hacia Australia, Canadá u otros territorios donde las formas de estado son discutibles? ¿Cómo podrán volver a bombardear un país árabe en nombre de la democracia? ¿Se nos comparará con los chechenos? ¿Con los piratas somalíes? No. Sólo explicando que hemos traicionado el simpático pueblo español, Campeón del Mundo, el mundo entero nos dejará de hablar. Faltaría más. ¿Quién es catalán? Va, expulsemos catalanes. Pero, a ver ... ¿Quién es catalán? Sí, ya lo sé, todo aquél que vive y trabaja en Cataluña. Este criterio puede ser suficiente cuando se trata de una ampliación de derechos como en el caso de la nacionalidad catalana. Añadir es sencillo, excluir no tanto. Ya en la cruzada contra los cátaros, los caballeros franceses tuvieron problemas para decidir sobre el derecho a la vida de los occitanos: "¿Cómo sabremos quién es hereje? le preguntaron a Simón de Montfort. "Matadlos a todos y Dios ya reconocerá a los suyos", dijo con voz de suscriptor de Alerta Digital. Esta vía, sin embargo, parece poco probable. La última jurisprudencia útil sobre a quién se le pueden negar los derechos entre la población europea fueron leyes de Nuremberg de 1935. A pesar de su prolijidad en averiguar quién era judío, medio judío o con chispas hebreas, lo cierto es que se les hizo difícil distinguir a los alemanes puros de los brutos. En el caso catalán, donde la etnia la tenemos un poco descuidada por nuestro natural promiscuo, nos encontramos, como decían las leyes nazis, ante un pueblo Mischlinge, híbridos. Quizás tirarán un duro al suelo y al que se abalance a cogerlo ya lo podrán expulsar. Otra posibilidad es contratar al nazi Anglada, que dice que sabe quiénes son los de casa, para hacer la elección. Pero de una manera más fría y europea, sólo tenemos dos maneras de quitar el pasaporte a un ciudadano y asegurarnos de que es catalán: por nacimiento o por residencia. Si decidimos no pensar demasiado y expulsar a todos aquellos nacidos en Cataluña nos encontraríamos con algunos problemas personales: Kiko Veneno, nacido en Figueres, se vería condenado a pedir visado para tocar en Barbate. Aún peor lo tendría Manuel Valls. Se trata del ministro del interior francés y hombre fuerte del gobierno de Hollande. El pobre nació en Barcelona y podría verse detenido y deportado por la Gendarmerie. Pero estos problemas se podrán solucionar rápidamente: expulsar sólo a los nacidos en Cataluña con pasaporte español. Ay, no, tampoco, que en la Dexeus nacieron los hijos de Rajoy... Humm esto no chuta. Quizás si expulsamos a los que residen en Cataluña la cosa sea más fácil. A ver: Bojan, residente en Roma, sigue siendo europeo; Iniesta, el héroe de Sudáfrica, empadronado en Cataluña, expulsado. Rivera, el guapo de los de Ciutadans, expulsado. Ramon Tremosa, indepe con corbata, si estuviera empadronado en Bruselas, europeo. Carles Francino, europeo; infanta Cristina, expulsada. No, tampoco acaba de funcionar. Miles de catalanes han nacido en lugares inverosímiles o se encuentran viviendo en tierras cosmopolitas donde no existe ningún nacionalismo. Qué hacemos? Enfermeras en Londres, ingenieros en Munich, bailarines en Milán... La policía de toda Europa, con gabardina y sombrero como en los viejos tiempos, retirando pasaportes españoles de todo tipo de sediciosos... Queda una vía más razonable. Esperar a que nos declaremos independientes y hagamos nuestro censo de población. Ellos piden una fotocopia y quitan la ciudadanía a todos los que aparecen... Tendremos, eso sí, otro fenómeno molesto: los matrimonios mixtos. Según como lo hagan, será fácil ver cómo Oswaldo Washington, un dominicano bien negro, sandunguero, permanece como europeo mientras su mujer, Pepeta Puigdevall i Comes, hace cola en Delegación de Gobierno en busca de un visado de turista para ir a Vinaròs... Será un proceso excitante lleno de justicia poética y de extranjería paradójico! Expulsar a Cataluña, no lo niego, es cosa de minutos. Expulsar a los catalanes es competencia exclusiva del gobierno español que debe negar, de alguna manera, la validez de nuestros pasaportes. Si hacen este carísimo sacrificio (pleitos, demandas, quejas, pasta) es sólo porque nos aman, no lo olvidemos. Fuera del euro Hay una cosa de la cual los alocados ignorantes y racistas independentistas debemos ser conscientes: también nos expulsarán del euro. Y eso, ¿cómo se hace? Bueno, nadie lo sabe todavía. De hecho, en la historia de la humanidad nunca ha pasado que alguien te prohíba el uso de una moneda. Las monedas funcionan cuando se dan dos condiciones: que la gente las reconozca como tales y que el gobierno lo admita como forma de pagar deudas (impuestos incluidos). Según enseñan en las facultades, si el gobierno catalán admitiera el euro como forma de pago de impuestos y los catalanes compraran y pagaran con euros, no veo la manera de impedirlo. Ecuador (no es el único país) tiene al dólar como moneda. Recibe dólares por el petróleo y, en vez de cambiarlo a pesos, opera internamente con él. Los ecuatorianos le dan validez día a día y se ha acabado la historia. Bosnia, antes del euro, tenía el marco alemán como moneda y Montenegro tiene el euro. Yo he pagado con euros en América latina y en Oriente Medio. El euro no te lo dan los estados o el BCE. El euro, como cualquier moneda, se adquiere en los mercados. Una empresa catalana vende medio millón de barretinas en Perpiñán (ahora en Francia). Le pagan en euros. Esta empresa paga con esta moneda a sus empleados que se lo gastan en cañas. Todos los implicados admiten el euro como válido. Ya está, así entra la moneda en un sistema globalizado. Los bancos (centrales o comerciales) pueden operar en cualquier divisa porque todas se encuentran a la venta y, por tanto, no pueden negar el uso de ninguna. Pero no nos agobiemos. Seguro que Montoro, como la economía española ya va sola, hará un hueco en la agenda para encontrar una manera antiliberal, antiglobalizadora, anticapitalista y dirigista de controlar la moneda. Toda Europa está a favor de los métodos soviéticos si se trata de castigar a los rebeldes y ayudar a cumplidores españoles, dirán en Bruselas. Del mismo modo, la inevitable expulsión significará el retorno de los aranceles que nos empobrece y que hacen salivar a nuestros amigos de más allá del Ebro. Ya sé que la política de la UE de los últimos 50 años, en consonancia con los acuerdos de la OMC, la política de Estados Unidos y de las potencias capitalistas en orden de ir suprimiendo los aranceles en todo el mundo, quedarán suspendidas con esta decisión. "La globalización capitalista necesita el fin de los aranceles", dirán los mayores poderes exportadores, "pero para restituir el honor de España y para cumplir su justa venganza, todos los países pondremos barreras a Cataluña". Por primera vez, China, Rusia, Europa, los ayatolás y los chavistas se pondrán de acuerdo para no vender nada a los catalanes. Será bonito verlo. Y fácil y barato de aplicar "Y al final de la cola" Esta cuestión, la de quedar al final de la cola, es, según la prensa de la capital, la que más ilusión despierta en el Reino Borbónico. "Catalunya no solo estará fuera de la UE sino que se tendrá que poner en la cola". Ya ven, vuelve 'El último de la fila'. Esta expresión es un producto genuino y acertadísimo del imaginario castizo. La idea de una única ventanilla donde el funcionario está ausente o distraído generando así una descomunal cola, forma parte de la cosmovisión racial del Reino. Y así, se imaginan Bruselas como un decorado del 'Cuéntame' donde el burócrata con visera y manguitos va atendiendo a una cola de delegados de naciones exóticas que esperan en la salita leyendo el 'Muy Interesante'. "Los catalanes en la cola" es la condensación orgasmática de todo el proceso de expulsión. Para cumplir este sueño (guiado, insisto, sólo por el amor que tienen a Cataluña) la UE deberá ralentizar su capacidad de trabajo para amoldarse al imaginario español. Recordemos que el uno de mayo de 2004 entraron en la UE diez países de golpe. Esto quiere decir que, o alguien se saltó la cola, o que la UE tiene la increíble capacidad administrativa de negociar con varios países al mismo tiempo. Una década de negociaciones Nuestros hermanos españoles ya nos advirtieron que las negociaciones con la UE duran mucho. En el caso catalán, como no somos un remoto país balcánico sino una tierra desleal, la cosa irá para largo, décadas. Como es sabido, las negociaciones se hacen para que converjan las legislaciones del candidato y las de la Unión. Además, se discuten criterios contables, macroeconómicos y competenciales. Como se da la afortunada casualidad de que Cataluña hace ya más de veinte años que cumple todas las normativas, desde el diámetro de los urinarios públicos hasta la composición de los carquinyolis, esta década de negociaciones será terriblemente aburrida para los delegados. Cada día, durante diez años, se reunirán catalanes y europeos sin mucho que negociar. Del tedio se pasará a la Play. De eso quizás al cariño e incluso salgan matrimonios de la comisión paritaria. Y así, cuando estemos fuera, siempre habrá un funcionario de la UE que le pase una tableta de chocolate a su empobrecido enamorado del otro lado del muro militarizado de La Jonquera. Escocia se queda, nosotros no Un caso curioso el de Escocia. Los británicos ya han asegurado que si gana el sí, Escocia no dejará la UE y que ellos no darán ningún paso en el sentido de impedir o vetar su adscripción al club. Porque Bruselas admitiría a Escocia y no a Cataluña? Las razones objetivas son evidentes: Los escoceses hablan inglés, beben whisky y tienen a Sean Connery. Los catalanes (que sólo podemos ofrecer a Joel Joan) somos un grupo de iluminados. Iluminados que hacemos sufrir sin cesar a Félix de Azúa y a Boadella. Y que, además, hemos ofendido el honor del viejo Imperio Son argumentos que en el siglo XXI nadie en la comunidad internacional se verá con corazón de rebatir. Ya lo veis, catalanes. Esto está hecho. Les costará millones, juicios, problemas, horas de trabajo y un desbarajuste sin precedentes. Facilitarán que Cataluña se convierta en un paraíso fiscal y empresarial ya que, libre de la UE, podrá rebajar la presión fiscal y todo tipo de condiciones. Las otras potencias verán el Principado como una cuña fenomenal para hacerse con el mercado europeo. Su política de ampliaciones quedaría dañada, perderían siete millones de contribuyentes y consumidores natos. Pero, ¿qué tipo de pueriles contratiempos son estos para un Reino que conquistó las Américas? Si España lo pide, Bruselas obedece. Ay, qué miedo, no nos dejarán nada, solo la libertad, que decía el escocés aquél.
#71

Re: El mito económico de la independencia

NO estaréis nunca fuera de UE por que jamas estaréis fuera de ESpaña, me refiero a los separatistas, bueno jamas es mucho tiempo al menos en los próximos 50 años.

#72

Re: El mito económico de la independencia

en la utopica cataluña independiente las pensiones de los jubilados catalanes se pagaran con las cotizaciones de los trabajadores catalanes....por cierto creo que teneis un deficit...je je

#73

Re: El mito económico de la independencia

¿La intervención militar española en Cataluña para frenar el proceso de independencia es un espantapájaros? ¿Es una estrategia para atemorizar a la población catalana y debilitar el soberanismo? ¿Tiene el ejército español algún plan, para ocupar Cataluña? ¿Cómo es posible esta intervención? ¿Hay alternativas efectivas a una ocupación militar? Todas estas preguntas aparecen a menudo a raíz de las informaciones publicadas sobre hipotéticos planes militares o llamadas de sectores de la caverna a enviar tanques a Cataluña. La semana pasada, el Centro de Estudios Estratégicos de Cataluña (CEEC) hizo un comunicado para desmentir las informaciones sobre una supuesta 'operación Estela' y alertó sobre el hecho de caer en la trampa de difundir este tipo de informaciones no contrastadas.

Con este dossier intentamos dar luz sobre un debate que demasiado a menudo se tiñe de sensacionalismo, de alarmismo y de un exceso de imaginación. Vilaweb ha hablado con profesionales y expertos en seguridad y cuestiones militares, que han pedido permanecer en el más estricto anonimato. En conclusión, estos expertos consideran completamente improbable -por razones de incapacidad efectiva y de coste político- una intervención militar en Cataluña contra el proceso de independencia. Con sus aportaciones, podemos responder a las ocho preguntas que formulamos a continuación:

- ¿Tiene el ejército español algún plan para ocupar Cataluña en caso de independencia?

Cualquier ejército que aspire a ser serio y profesional tiene planes operacionales para cualquier situación que pueda afectar a sus funciones en seguridad, defensa y preservación del territorio estatal. Si el Estado Mayor de la Defensa española no hubiera preparado ningún plan de intervención para un caso de secesión 'interior', se trataría de una mala praxis profesional clamorosa. La independencia de Cataluña es una amenaza frontal a la soberanía y a la integridad territorial del Reino de España y, en consecuencia, el ejército español debe tener una previsión operativa. Una cosa es la viabilidad política y estratégica de una intervención en territorio europeo o la capacidad operacional efectiva de esta intervención.

Por otra parte, la filtración del plan de una operación militar es prácticamente imposible. Si alguna vez pasara esto sería indicio de un problema de seguridad muy grave que desataría un escándalo de dimensiones impensables y una investigación de consecuencias graves en el estamento militar. Un error como éste costaría por completo la confianza mínima de las instituciones internacionales de defensa respecto del ejército español. Sea como sea, un excoronel expulsado del ejército hace veinticuatro años y con un largo historial posterior de polémicas políticas y casos judiciales no puede merecer ninguna confianza como informador de asuntos absolutamente secretos y de máxima seguridad de los estamentos militares más altos.

- ¿Qué cobertura legal puede tener una intervención militar?

Como ya es sabido, la constitución española, en el artículo 8, otorga al ejército la 'misión de garantizar la soberanía e independencia de España, y defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional'. El artículo 55 establece la suspensión de determinados artículos de la constitución cuando se declaren los estados de excepción o de sitio. El artículo 116 habla de los mecanismos para declarar los estados de alarma, de excepción y de sitio, que se regulan por una ley orgánica. Además, están las leyes orgánicas de la 'defensa nacional' y de los derechos y deberes de los miembros de las fuerzas armadas que también apelan a la misión constitucional del ejército. Todo ello es una construcción legal hija de la transición española que debía satisfacer unos poderes fácticos determinados.

Por tanto, la legislación española que prevé una intervención del ejército en caso de peligro de la 'integridad territorial'está ahí. Pero la pertenencia a la Unión Europea -posterior a la redacción de la constitución española- hace imposible que el ejército actúe contra la voluntad democrática y pacífica de una parte de la población europea. De hecho, algunos expertos en derecho europeo han señalado que una acción del ejército para un caso como el que analizamos es contraria al derecho de la UE. Incluso, indican que podría tener como consecuencia la suspensión del derecho de voto de España en las instituciones comunitarias. En este sentido, cabe recordar la contundencia con la que reaccionó el parlamento europeo por unas declaraciones del eurodiputado Alejo Vidal-Quadras pidiendo una represión violenta de la voluntad independentista. Este hecho explica que, realmente, el Estado español no tenga margen de maniobra en el uso del ejército contra la independencia de Cataluña.

- ¿Cuántos soldados se necesitan para ocupar Cataluña?

Las necesidades operacionales para la ocupación de un territorio no se miden en kilómetros cuadrados. Si bien la superficie es un factor más a tener en cuenta en el cálculo, hay muchos más determinantes. Por ejemplo, el grado de resistencia -inicial y potencial- de la población y las instituciones atacadas, la duración de la intervención, el nivel de desarrollo tecnológico, la densidad poblacional y la distribución territorial de los núcleos habitados, la concentración de las infraestructuras estratégicas; la geografía y, especialmente, la orografía, etc.

En el caso de Cataluña, contando un nivel inexistente o anecdótico de resistencia, se necesitarían entre tres y cinco millares de soldados para hacer una demostración de fuerza y garantizar el control de áreas básicas . Sin embargo, esta sería la necesidad más básica. La resistencia -también en el caso de ser pacífica- ya pediría un incremento sustancial de los efectivos desplazados sobre el terreno. En cualquier caso, los expertos sólo admiten, y de manera muy improbable, la hipótesis de una intervención 'suave' con el objetivo de atemorizar a la población. Tal como una operación de imagen.

- ¿Tiene el ejército español los soldados y la infraestructura necesaria para poder hacerlo?

Las fuerzas armadas españolas tienen la capacidad de hacer una operación como la descrita en el punto anterior -una operación de imagen- en la que hacen falta la logística y los sistemas de armas operativos para el combate. A partir de ahí, si se pretendiera un despliegue que requiriese más tropas y una ocupación de territorio efectiva, difícilmente el ejército español podría actuar sin el riesgo de hacer el ridículo. Como explicaremos más adelante, hay varios grados de intervención militar y cada uno pide una dotación diferente. Pero una acción de mayor magnitud podría exigir más de cien mil soldados operativos y el ejército de España no los tiene. De hecho, los individuos de extrema derecha que de vez en cuando hacen llamadas a la intervención son los primeros en criticar la falta de efectivos del ejército para responder a un 'desafío' como el de Cataluña.

Además de la cuestión puramente numérica sobre la capacidad del ejército español, hay que tener en cuenta que en una intervención de estas dimensiones es imprescindible el uso de tecnologías de comunicación por satélite y sistemas de combate militar. El ejército español está integrado dentro de la OTAN y comparte determinadas infraestructuras con el resto de países que son miembros de la misma. Esta necesidad de infraestructuras complicaría mucho una actuación sin el visto bueno de los demás estados miembros.

- ¿Para controlar Cataluña, hace falta una intervención militar sobre el terreno o hay más maneras de hacerlo?

Cataluña ya está controlada si hablamos en términos estratégicos y simbólicos. El ejército tiene una serie de cuarteles y unidades repartidas por el territorio catalán. Pero una intervención no militar podría consistir en identificar posiciones estratégicas -telecomunicaciones, energía, infraestructuras de transporte, fronteras, redes de información y sistemas de datos de servicios básicos- y garantizar el control total desplegando selectivamente unidades adecuadas a cada caso y que podrían ser los cuerpos policiales del Estado -guardia civil y policía española-.

En este mismo sentido, aparte de algunos puntos muy concretos que pedirían una presencia física, los avances en la ciberseguridad ofrecen la posibilidad de realizar intervenciones en el ámbito de la defensa militar sin desplegar tropas sobre el terreno. Es decir, que una eventual operación en defensa de la 'integridad territorial' de España podría implicar intervenir sobre los llamados 'servicios esenciales' -agua, electricidad, sistemas de transporte, telecomunicaciones, etc. -, Y las tecnologías de la información y la comunicación. Las fuerzas armadas españolas y los servicios de inteligencia tienen departamentos específicos dedicados a la seguridad tecnológica, energética y cibernética. Esta posibilidad alternativa de intervención no armada -o con armas no convencionales- es una razón más para descartar la hipótesis de una operación del ejército con tropas desplegadas.

- ¿Qué tipo de intervención pueden hacer el Estado y el ejército contra la independencia?

En términos de seguridad y defensa, España puede desplegar cuatro estrategias diferentes según el nivel de coste que desee asumir. En el escalón más bajo económicamente está la estrategia de hacer 'presión indirecta'. Esto significaría que los servicios de inteligencia españoles tuvieran el control de cuadros decisivos de los mozos de escuadra, empresas estratégicas y centros neurálgicos que hemos mencionado más arriba. Este control a distancia y el ahogo económico de la Generalitat, que le impide todo margen de maniobra, pueden dejar en un estado delicado las opciones de mantener la seguridad en un momento excepcional del proceso. Los expertos consultados por Vilaweb temen que éste no sea el estadio actual.

En un segundo nivel se encuentra la llamada intervención 'suave' de la autonomía política, en áreas concretas de la gestión pública. Esta intervención iría acompañada de un aumento poco perceptible de los efectivos de la guardia civil y de la policía española, y también de la disponibilidad de las fuerzas armadas para sustituir o garantizar el funcionamiento de los servicios esenciales. Otro objetivo de este estadio sería preparar la sustitución de la Generalitat en la cadena de mando del cuerpo de mozos de escuadra.

El tercer nivel sería una intervención 'dura'. Es decir, la aplicación del artículo 155 de la constitución para suspender la autonomía e instaurar una administración delegada o directa por parte del gobierno español. Esta intervención tendría el apoyo operacional de los cuerpos de seguridad del Estado y un papel limitado del ejército español en la protección de infraestructuras estratégicas.

Finalmente, el cuarto estadio es la declaración del estado de sitio o emergencia en el territorio catalán. Esta estrategia sí que pediría la presencia visible de tropas del ejército español. De hecho, se trataría de una verdadera ocupación militar.

Los niveles tercero y cuarto de intervención son descartados categóricamente por los profesionales y expertos consultados en este informe. Aún más, también señalan que el segundo nivel de intervención tendría un fuerte coste político interior e internacional. Si existe el famoso 'choque de trenes', yendo muy mal se puede pasar del primer nivel al segundo, pero nunca al cuarto directamente. ¿Qué sentido tendría pagar un precio político más alto si pueden intentar controlar la situación por vías no tan costosas? En conclusión, la imagen de militares desplegados en Barcelona sólo sería un éxito para los ultras; internacionalmente, sería un desastre, e internamente les traería más problemas que los que resolvería.

- ¿Qué consecuencias políticas internacionales tendría?

El comunicado del Centro de Estudios Estratégicos (CEEC) de la semana pasada consideraba que una operación militar representaría un desprestigio para el ejército español, para el jefe del Estado -recordemos que el rey es el comandante supremo de las fuerzas armadas- y para el gobierno español. Un desprestigio en las organizaciones internacionales de defensa, pero sobre todo en la comunidad internacional. Este desprestigio parece que lo ve claro el gobierno español y, especialmente, el ministro de Defensa, Pedro Morenés. A principios de año, cuando le preguntaron sobre la preocupación del ejército por la independencia de Cataluña, dijo: 'Desde el punto de vista operativo, como elemento de naturaleza militar, esta cuestión no está sobre la mesa'.

- ¿Tendría alguna repercusión en relación con la OTAN?

La OTAN es una organización de derecho internacional para prevenir agresiones a los miembros de la alianza. Oficialmente, no tiene nada que decir sobre asuntos internos de los estados que forman parte. Pero la comunidad internacional se sentiría muy incómoda si las fuerzas armadas de un Estado miembro intervinieran una parte del territorio. Es cierto que en el caso de Turquía esto ya ha pasado quién sabe cuántas veces en la lucha contra el PKK del Kurdistán. La intervención sería un problema más político que legal, desde el punto de vista del derecho internacional invocado en el Tratado del Atlántico Norte. No hay ninguna cláusula en la OTAN que prohíba la intervención militar de un Estado en 'asuntos domésticos'. Pero los expertos consultados consideran imposible que se hiciera una intervención militar sin una aceptación tácita de los organismos de defensa internacional. Hay que tener en cuenta que la mayor parte de las unidades operativas del ejército español depende funcionalmente de la estructura de la OTAN.

Conclusión.

La intervención militar para frenar el proceso de independencia de Cataluña es prácticamente imposible. Por lo menos, es improbable una intervención como las que nos imaginamos siempre que se trata de esta cuestión -tanques, soldados armados hasta los dientes, entrada en el Palau de la Generalitat... -. Las informaciones no contrastadas que dan por hecho que esta intervención sucederá deberían tener en cuenta estos elementos analizados más arriba. De lo contrario, sólo harán de espantapájaros y de altavoz de una estrategia del miedo que el unionismo quiere imponer en Cataluña. Nadie dice que el camino hacia la independencia sea un camino fácil, sin peligros ni amenazas. Pero los obstáculos que no están en él, no es necesario que los pongamos nosotros.

#74

Re: El mito económico de la independencia

El presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas, número cuatro en la lista separatista de Juntos por el Sí, parece cada día que pasa más fugado de la realidad, sordo a los diagnósticos, muy ponderados, del mundo empresarial y de la banca que, simplemente, advierten de las consecuencias insoslayables de una hipotética independencia catalana. Son avisos que no buscan sembrar el miedo entre los ciudadanos, como afirman los secesionistas, sino que tratan de restablecer la verdad objetiva que, sistemáticamente, ha sido deformada por la asfixiante propaganda de la Generalitat y de sus subvencionados satélites. Ayer, ante la sensata e informada opinión del gobernador del Banco de España, Luis María Linde, de que una Cataluña independiente, es decir, fuera de la Unión Europea y del euro, podría verse abocada a un «corralito» financiero por falta de financiación exterior, puesto que la comunidad se quedaría sin el acceso a la liquidez del Banco Central Europeo, Artur Mas se limitó a hacer un ataque ad hóminen, obviando el fondo de la cuestión. Con todo, lo más grave es que ni siquiera la constatación de los hechos consigue permear la coraza de quimeras con la que se revisten los separatistas. No es sólo que, una por una, todas las instituciones europeas hayan confirmado que la secesión catalana supone la automática salida de la UE, es que la realidad tozuda respalda a quienes desde la honradez intelectual y la defensa de sus legítimos intereses explican a los ciudadanos cuál es el verdadero estado de la cuestión. Así ocurre, por ejemplo, con los informes de las principales asociaciones empresariales, despachados con simples exabruptos por parte de los dirigentes nacionalistas, aun cuando saben que desde el año 2012 más de dos mil empresas radicadas en Cataluña se han deslocalizado, trasladándose a otras comunidades de España. Cataluña es la región, con mucha diferencia, que más tejido empresarial ha perdido. Y si bien la voraz política fiscal de la Generalitat y sus trabas a la libre competencia tienen, sin duda, una notable influencia en el problema, lo cierto es que éste viene agravándose a raíz de la inestabilidad política e institucional que inevitablemente acompaña al desafío independentista. Pero frente a los hechos, frente a la constatación de que la región española que más recortes ha hecho en políticas sociales –sobre todo en Educación y Sanidad– y la que mayores tributos impone a sus ciudadanos y a sus empresas es, al mismo tiempo, la que mantiene la deuda pública más alta, sólo se responde con argumentos voluntaristas y expresiones de deseos. Cuando no con amenazas que son imposibles de cumplir, como la última de que la Generalitat se negaría a pagar su deuda pública. Nada de esto tiene, en el fondo, viso alguno de verosimilitud, por cuanto la hipótesis de la secesión sólo se contempla como ejercicio dialéctico. Pero el hecho de que en las próximas elecciones las opciones separatistas obtuvieran un resultado como el que auguran las encuestas, rozando la mayoría absoluta de escaños, supone añadir un factor de inestabilidad institucional y de enfrentamiento político que en nada beneficia a Cataluña y al resto de España y que sólo servirá para poner trabas a la recuperación económica y, en consecuencia, prolongar la agonía del desempleo en la que viven cuatro millones de españoles.

#75

Re: El mito económico de la independencia

Hacienda a Mas: Cataluña es "inviable" sin España porque es un "bono basura"

Te puede interesar...
  1. China huye de la deuda USA y potencia alzas Oro
  1. China huye de la deuda USA y potencia alzas Oro