El banco, para analizar si podemos pagar la cuota mensual de la hipoteca, calcula nuestros ingresos netos y les aplica un ratio de entre el 30 y el 40%. A la cifra resultante se le llama capacidad de endeudamiento, y es la cantidad máxima de mensualidad que la entidad financiera estima que podemos pagar.
Si dos titulares que ganan en total 2.000 euros quieren saber la cuota máxima que podrán pagar, tienen que aplicar los porcentajes anteriores, resultando una capacidad de endeudamiento de entre 600 y 800 euros mensuales. Si la
financiación hipotecaria que necesitamos supera esta cuota, mejor buscar una casa más barata o esperar a tener más dinero ahorrado.
Para calcular la capacidad de endeudamiento de los titulares que solicitan financiación, las entidades financieras toman los ingresos mensuales netos, a los que restan otras cuotas de préstamos o tarjetas que se pagan y no se refinancian en la nueva hipoteca, así como gastos mensuales fijos no usuales (por ejemplo restan lo que se paga en concepto de manutención de los hijos en caso de divorcio). En todo caso el análisis de riesgo de cada entidad es diferente, en base a su desarrollo informático y conocimiento real del mercado.
Solicitar una hipoteca estando en el paro o con un contrato temporal es, hoy en día, tarea imposible. Los bancos quieren titulares con contratos indefinidos o funcionarios, a poder ser. Si somos autónomos o tenemos un contrato por obra o servicio, se nos va a complicar la cosa si no aportamos documentación que acredite la estabilidad de nuestros ingresos.
Cuanta más estabilidad tengamos en el empleo, menos interrupciones por desempleo presentemos y mejor sea la empresa y el sector en que trabajamos, más posibilidades de conseguir la hipoteca.