El rating de sostenibilidad (ESG) no sólo incluye criterios medioambientales, donde este fondo seguro tiene una buena puntuación, sino también criterios sociales y de buen gobierno. Seguramente sea este último punto el que le penaliza ya que está expuesto mayoritariamente a compañías de pequeña y mediana capitalización.
Efectivamente, los criterios ESG son tres letras de las que una es medio ambiente (E). El problema surge con TODOS los ratings de Morningstar, que son muy peligrosos TODOS.
Veamos.
Estrellas: Se basan en el comportamiento pasado del fondo
comparado con la categoría que le ha asignado Morningstar que, más veces de las que sería deseable, es un auténtico disparate. No debería ser criterio de elección por sí mismo.
Analista: El porcentaje de fondos analizados es muy pequeño y los fondos elegidos para el análisis lo son por un criterio misterioso. En los fondos con histórico este rating no suele corresponderse con el de Estrellas, lo que parecería indicar que no hay correlación entre lo que opinan los analistas y el comportamiento real del fondo. Estos análisis son unas cosas a leer y evaluar por uno mismo, pero no deberían ser criterio de elección y mucho menos de discriminación de los fondos que no lo tienen (Seilern, por ejemplo).
ESG: Se basa en los valores de evaluación de las empresas del fondo. El problema es que el porcentaje de empresas pequeñas y medianas que no tienen un valor asignado es enorme, por lo que fondos que invierten en pymes (como los de energías alternativas) obtienen un rating bajo en buena medida porque buena parte de sus empresas no tiene rating. Por lo tanto, es un rating fallido salvo para un sector del mercado por lo que tampoco debería ser criterio de discriminación. En el caso del Erste que mencionas, dos globos, cuando el 86 % son empresas medianas a micro (mediana de capitalización 3000 millones), puf.
Finalmente, una ilustración para poner algo de perspectiva: