Quería hacer una pequeña reflexión respecto a las grandes dudas que nos supone, a la hora de tomar decisiones de inversión. Es tener que afrontar cada una de estas situaciones, con el proposito de errar lo menos posible. Y que los periodos de euforia/fracaso nos puedan llevar a tomar decisiones que no sean las más recomendables.
Todo ello por supuesto, desde mi humilde perspectiva del que pretende asumir el control de la "simple/basica" económica familiar. Reconociendo que carezco de los otros conocimientos financieros, considerándome por ello analfabeto.
En primer lugar, según lo veo yo, afrontar la inflación o pérdida de poder adquisitivo, es en cierto modo, la necesisad circunstancial de asumir la capacidad de modificar o modular ciertos hábitos de consumo. (excluidos basico esenciales). Por lo tanto, probablemente lo que me podía permitir antes, ahora tenga que afrontarse de otra forma...
Podría guardar cierta relación con el nivel de vida que pueda permitirme.
En la tesitura de permanecer en liquidez o estar invertido a toda costa para capear la inflación, en ocasiones puede suponer un empeño imnecesario, sobre todo en determinadas circunstancias. Podría ser que, si optas por la primera, solo depende de tí, el tener cierto margen de maniobra. Pero sobre la segunda, puedes estar abocado, a la evolución de multitud de parámetros negativos, ajenos a tu control, y que el resultado sea desastroso.
Continuando con la exposición, que por adelantado asumo que será seguramente criticable, también quisiera aportar un dato leido, que puede sorprender bastante. Pudiendo sacar cierta correlación.
Tiene que ver con el cálculo estimado, sobre el coste real que supone cada hijo/a, desde su nacimiento a la emancipación. Esta en torno a los 300.000€. Esta "estrategia", si me parece bastante más delicatada de afrontar, como inversión a futuro. Y como en una gran maratón, no vale salir sprintando, ya que hay que finalizar sin que llegues fuera de tiempo. Se debe regular, aunque veas que te adelanten muchos, ....tu sólo sabes, mejor que nadie las fuerzas que te van quedando, y la necesidad que tienes de llegar.
Por último, para concluir y haciendo referencia a las grandes bondades de la inversión a largo plazo. Todo parece positivo, beneficio seguro, no dejan lugar a la duda.
Pero quizá podría plantearse, que este periodo largo de tiempo, es mas que probablemente que conlleve "cambios de reglas", suprimiendo o modificando aspectos relacionados con la tribulación, fiscalidad, etc,.... y que en general suelen ir encaminados a empeorar esa hipotética situación ventajosa del inversor. Se me ocurre por ejemplo sobre los dividendos, planes de pensiones, la compensación de plusvalías con minusvalías y su forma, la excelente fiscalidad de los fondos, respecto a otros productos. Todo lo pueden cambiar, en cualquier momento. Y a lo mejor ese momento es el más inoportuno.
Lo digo por que quizá, eso podría cambiar la estrategia de inversión. Si yo me jubilo por ejemplo en 10 años, y cuando llega esa fecha, se modifican o quitan las ventajas esperables, toda mi supuestra estrategia se ha ido al traste. Lo que hoy es buenisimo, mañana es un auténtico lastre.
Pido disculpas por el tocho, que dejándome llevar por estos tiempos convulsos, me ha llevado a divagar con suposiciones que quizá tengan falta de rigor financiero. Pero como ya dije anteriormente,... sólo pretendo poder llegar a ser, buen aprendiz de mi economía familiar.
Un saludo.