Dos escenarios futuros (que la cosa vaya bien o mal), y dos situaciones inmobiliarias (alquiler o compra).
Si estáis en la situación de alquiler de vuestro inmueble, y la cosa va bien, no hay mayor problema, incluso si pagáis una renta elevada. Siempre os podéis mudar o renegociar la renta.
Si estáis en la situación de alquiler de vuestro inmueble, y la cosa va mal, no hay mayor problema, salvo contratos a largo plazo. Vencido el plazo de arrendamiento, cerráis el chiringuito y listos.
Si estáis en la situación de compra de inmueble, y la cosa va bien, ningún problema. Podría ser que al tener ya una parte del crédito saturada por la hipoteca, no pudieseis invertir en expandir el negocio (lo que no sería muy bueno), pero también os llevaríais para vosotros las posibles revalorizaciones o plusvalías del inmueble, si la cosa subiera.
Si estáis en la situación de compra del inmueble, y la cosa va mal, sencillamente os habéis metido en un infierno, que seguramente implicará que si alguna viabilidad tenía el negocio, sea totalmente imposible. Y además, hay el riesgo que las deudas y responsabilidades salten de la empresa a vosotros.
Comprar veo que aporta pocas ventajas (alguna sí existe), pero aumenta mucho los riesgos e inconvenientes. Suma poco, resta mucho.
la plus belle des ruses du Diable est de vous persuader qu'il n'existe pas!