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La banca reduce solo un 4% el lastre inmobiliario.

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La banca reduce solo un 4% el lastre inmobiliario.
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La banca reduce solo un 4% el lastre inmobiliario.

La pesada losa inmobiliaria de la banca se mantiene casi inalterada a pesar de los intensos esfuerzos desplegados por las entidades para desembarazarse de ella y después de haber construido el banco malo para facilitar la digestión -la Sareb recibió unos 32.000 millones de euros en estos activos-. Según revela el último Informe de Estabilidad del Banco de España, el valor de la cartera apenas ha disminuido desde 85.000 millones a 81.500 millones de euros en los cuatro años transcurridos entre 2011 y 2015.

La maquinaria puesta en marcha por la banca ha sido capaz de enajenar inmuebles valorados en 25.500 millones en el periodo, pero el stock final apenas cae un 4,11% por el alud de pisos o edificios recibidos de forma inexorable año tras año. No en vano, el pasado ejercicio fue el primero donde los ingresos por ventas excedieron a las nuevas adjudicaciones y fue en solo 1.000 millones. Por tipo de activos, casi el 60% de la desinversión del periodo se ha centrado en viviendas, un 30% en locales y poco más del 10 en suelos.

A finales de junio pasado, el sector aún arrastraba 199.000 millones en activos improductivos, casi la mitad en inmuebles y el resto en créditos dudosos. Esta cuantía global sí se reduce un 12% en comparativa interanual, gracias al freno en la declaración de impagos favorecido por la reactivación económica, el recobro de deuda o la venta de carteras -el volumen de dudosos disminuye, de hecho, en 73.000 millones desde 2013-.

Lastre para la rentabilidad
Pero la cifra continúa siendo muy alta y lastra la insuficiente rentabilidad del sector, insiste el supervisor en el informe, donde receta de nuevo fusiones y ajustar costes para compensar los débiles ingresos.

La preocupación es sobre la capacidad para ser rentable no por la solvencia. El Banco de España ha vuelto a someter a la industria a un test de estrés y concluye que sería capaz de encarar una recesión del 3,6% sin necesitar capital -el ratio más resistente CET1 superaría aún el 8%-. Este ejercicio se asimila al de la EBA y el BCE, aunque estudia la capacidad de resistencia del negocio doméstico de toda la banca y bajo un escenario adverso más duro del empleado en la prueba europea.