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“¡Dejad que las bolsas se hundan!”

6 respuestas
“¡Dejad que las bolsas se hundan!”
“¡Dejad que las bolsas se hundan!”
#1

“¡Dejad que las bolsas se hundan!”

En el periódico noruego Klassekampen, escribe el profesor de economía Rune Skarstein un artículo que se titula “¡Dejad que las bolsas se hundan!”. Tras ese título se esconde un fantástico análisis sobre la evolución de la crisis, de crisis financiera a crisis de deuda, sobre los ganadores y los perdedores y sobre por qué las soluciones que proponen la UE y el FMI ni han funcionado ni van a funcionar.
El artículo me ha parecido tan interesante para los lectores españoles que he dedicado un rato a traducirlo. Me ha parecido que pone muchas cuestiones en perspectiva y que apunta hacia las verdaderas razones de una crisis de sistema que nos intentan cargar “a los de siempre”. Aquí os dejo la traducción:

Del debate en los medios puede quedar la impresión de que con que Grecia e Italia retiren a sus nefastos políticos y lleven a cabo los recortes presupuestarios que les han recetado la UE y el Fondo Monetario Internacional, los “mercados” (¡como sujeto!) quedarán satisfechos y el problema de la deuda estatal despararecerá. ¡Qué fantasía! La crisis en el capitalismo occidental es el resultado de procesos internos de larga duración, no de “conmociones externas”, que es la explicación estándar que dan los economistas neoclásicos. Y la crisis se muestra de diversas formas, que están estrechamente relacionadas entre sí.

Una cuestión importante es que los Estados Unidos desde 1976 han tenido déficits en la balanza comercial y, por tanto, una creciente deuda exterior. En 2009, la deuda exterior neta de los estados Unidos era de 8,206 billones de dólares (el equivalente al 58 por ciento del PIB). Al mismo tiempo, China poseía obligaciones norteamericanas por mas de 800 mil millones de dolares. En octubre de 2011, la reserva de divisas china había crecido hasta los 3,2 billones de dolares, principalmente en dólares. China se ha convertido con diferencia en el mayor acreedor de los Estados Unidos.

El déficil comercial de Estados Unidos se refleja especialmente en grandes déficits en el presupuesto federal, que se cubren a través de bonos del estado. A través de estas ventas se recircula hacia los Estados Unidos la cantidad de dólares que fluye hacia el exterior a causa del déficit comercial. La compra de bonos norteamericanos llegó a su cima en 2008, con 963 mil millones de dólares (equivalente 6,7 por ciento del PIB). Esta fantástica corriente de dólares tuvo como resultado un fuerte aumento de la liquidez en el sector financiero de los Estados Unidos, y fue un estímulo importantísmo para el crecimiento de la refinanciación del crédito doméstico. Esto elevó la demanda de consumo en momentos de congelación del poder adquisitivo. Los créditos se transformaron en derivados de crédito que fueron comprados por bancos y otras instituciones financieras de Estados Unidos y Europa. Este proceso llevó a una colosal acumulación de capital financiero que llevó a la crisis financiera internacional de 2007-2009.

Se afirma hoy que la crisis de deuda de los países europeos se debe a una “política financiera irresponsable” en un periodo prolongado. Con la excepción parcial de Grecia, esto no es verdad. La crisis de deuda estatal en la zona euro tiene dos causas: por un lado, los colosales paquetes estatales de ayuda al sector financiero; por otra parte, las diferencias en la evolución de la productividad y los costos en la zona euro. Si se mira la zona euro como una unidad, la balanza comercial está en equilibrio, y la deuda pública total es mucho menor, en porcentaje, que la de los Estados Unidos.

Pero el euro ha sido una mina de oro para Alemania. A través de una política salarial restrictiva en una situación de niveles altos de poder adquisitivo y productividad, Alemania ha reforzado su competitividad en relación al resto de los países de la eurozona. Entre 2002-2008 subieron los gastos salariales medios por unidad producida sólo el 2,7 % en Alemania, contra el 26,2 % en Grecia, el 29,6 % en España y el 16,5 % en la eurozona.

El superávit comercial de Alemania con la eurozona creció de los 63 800 millones de euros en 2002 a los 139 900 millones en 2009. Ese año, el superávit total de Alemania ascendió a 117 600 millones de euros. Esto significa que el superávit con los países de la eurozona financión el déficit con otros países, especialmente Rusia y China. Este proceso trajo consigo que los países más “débiles” en las economías del euro tuvieron que asumir una deuda exterior creciente.

A través de los paquetes de ayuda a los bancos, se ha transferido la crisis desde el sector financiero privado al sector de los servicios públicos y a la clase trabajadora. Esto, combinado con una política financiera expansiva, para contrarrestar el paro, llevó a un crecimiento fortísimo de la deuda de los llamados “países PIIGS” (Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España –Spain, en inglés-[N. del T.]). Así se le dio al al capital financiero una nueva fuente de beneficios: el economista alemán Walther Otremba ha calculado que los bancos, en los tres últimos años, han metido en caja 100 000 millones de euros a través de primas de riesgo pagadas por esos países. Esto equivale a una tercera parte de la deuda pública griega.

La Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional exige que los países PIIGS pongan en marcha fuertes recortes en los salarios, los gastos sociales y las pensiones, reduzcan el empleo público y privaticen propiedad pública para pagar la deuda. Esto es una exigencia de una política de deflación que va a llevar a una menor demanda y producción, un aumento del paro, ingresos fiscales más bajos, más pobreza y una creciente desesperación en la población. Pero esta política no elimina la sobreacumulación de capital financiero. Mientras el sector financiero siga protegido en su hipertrofia, y no se dé una amortización de activos financieros a través de una condonación de deuda (lo que llevará a una caída duradera de la bolsa), la crisis va a continuar.

Publicado por Rafael Cobo

#2

Re: “¡Dejad que las bolsas se hundan!”

Lo que dice, bastante en sintonía con los excelentes artículos de Comstar, tiene mucho lógica y sentido común. Además, como nuestro contertulio, escribe para que se le entienda. Porque es fastidioso no seguir a alguien cuando trata de un tema en el que se cree especialista, lo que suele ser debido a su propia incapacidad o pedantería y no a una falta de comprensión por parte del que escucha o lee, que no es tonto.

Saludos.

#3

Re: “¡Dejad que las bolsas se hundan!”

Este comentario viene del colectivo ATTAC de Murcia, con el que tengo verdadera afinidad porque he puesto numerosísimos artículos y soy asiduo seguidor del profesor de este colectivo, Vicenc Navarro, de pensamiento y de corazón, y en el 2008, mi ferviente deseo, hubiera sido que se hubiera purgado toda la inmundicia y excesos con las caídas que se produjeron en el mercado bursátil, pero en este artículo se relaciona asuntos con causas y efectos, que no tienen nada que ver, llevado el artículo por el corazón y la utopía y no por el pensamiento o la realidad de los hechos probados demostrados y comprobables, nos gusten o no.

Si partimos de la realidad innegable, de que el mercado bursátil no tiene nada que ver con la Economía Real, dejaremos de buscar "chivos expiatorios", donde no les hay y no haremos igual, que los que opinan de forma totalmente contraria justificando y haciendo pagar la crisis, sobre los que no tienen culpa ninguna.

El artículo es efectista, porque mezcla el deseo con la realidad, la utopía con lo posible y está lleno de buenas intenciones, pero en mi opinión con falta de rigor en algunos aspectos y anclado en el pasado (En 2008 cambia la situación).

Desde 2007-2008 se produce el pinchazo de la burbuja inmobiliaria ( y algunos "falsos amigos" burbujistas, se apuntan "interesadamente" a la destrucción de los mercados muy oportunamente ), factor económico importantísimo en España y el discurso precrisis y todo lo que dice el artículo, ya queda totalmente obsoleto, pero no porque no sea verdad, sino porque se equivoca con el objetivo a batir, que no son HUNDIMIENTOS, sino MANTENIMIENTOS, del Estado de Bienestar y de los Mercados, que formamos todos y que no son CONTRARIOS, sino COMPLEMENTARIOS, so pena de caer en radicalismos estúpidos y/o razones MUY particulares.

Desde el foro de Bolsa se pretende una idea absoluta y radical de las teoría económicas, pretendiendo que Keynes no tengan vigencia ninguna, pero desde el colectivo ATTAC se hace el juego totalmente opuesto, pero también de forma radical y de forma absoluta, pretendiendo que las ideas keynesianas sean las únicas, obviando otros puntos de vista con los que no estoy de acuerdo, pero en los que se mueve AHORA la realidad y los resortes del Poder Político y es que la realidad, es que en Europa con Merkel, Sarcozy y él último acuerdo entre los países, además del BCE o la Fed que provienen de los bancos, es lo más contrario en la Política al punto de vista keynesiano, que sólo subsiste en USA o Reino Unido, con las intervenciones sobre los mercados desde 2008.

Cuando yo estudié las teorías económicas del ya fallecido Samuelson, abordaba la realidad desde un punto de vista ECLECTICO y no SECTARIO, acogiendo por igual la teorías ecoómicas de la Escuela austríaca, las de la Escuela de Chicago o las Keynesianas, porque lo más importante en mi opinión en la Economía, como en la vida misma, no es copiar y pegar o asumir a pies juntillas lo que digan otros, sino tener en cuenta los MUY DIFERENTES PUNTOS DE VISTA, elaborando una opinión y criterio PROPIO y PERSONAL, oyendo TODOS los diferentes y opuestos puntos de vista, pero en el que cabemos TODOS, lo "malos" de los MERCADOS y los "buenos" de la intervención estatal preservando el Estado del Bienestar.

En mi opinión no todo, es blanco, o es negro, y quién no opine igual que yo, no está necesariamente, en contra y prefiero ir directamente a los profesores o maestros, y no a los que "pretenden" INTERPRETARLOS, alejando oportunismos.

http://www.vnavarro.org/
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Ni los "hundimientos", ni la "destrucción creadora" beneficia a nadie (ni siquiera de los "enemigos" porque prefiero la vía pacífica ), salvo a los espeCULAdores, que quieran comprar más BARATO, aprovechando la oportunidad y el apuntarse a unas ideas, según la ocasión (me criticaran los burbujistas oportunistas, con eso ya cuento).

Un saludo

#4

Re: “¡Dejad que las bolsas se hundan!”

A riesgo de que decida usted llamarme efectista irracional me permito preguntarle si no se había parado a pensar que ese pichazo de la burbuja inmobiliaria ( no me sea usted efectista que de 2007 nada de nada y de 2008 todo de todo) no estuvo provocado en gran medida por la falta de liquidez ocasionada por los hechos descritos y el inmediato agotamiento del mercado crediticio ( ese mismo que antes permitía comprar una, dos, tres y las que hicieran falta residencias a un obrero de la construcción y que ahora le niega el pan y la sal a un médico ó a un juez con décadas de ejericio profesional)

#5

Re: “¡Dejad que las bolsas se hundan!”

En mi opinión, el fin y los medios son lo mismo; por lo tanto todos los ajustes que realicemos, incluidas sus herramientas, para mantener o adaptarnos a esta sociedad enferma e injusta (no distinguiendo entre occidental, ni oriental, ni primer ni tercer mundo, ni etc.) sólo traerán una sociedad más enferma e injusta.
Todos los artículos que pongan de manifiesto, que exijan, un cambio radical de pensamiento (psicológico) me parecen necesaria y absolutamente necesarios (valga la redundancia).
Yo no he estudiado las teorías económicas de la escuela austríaca, ni de Chicago, ni de cualquier otra, he leído la experiencia de América Latina tras el paso de los Chicago Boys (¿prejuicio?), pero he de suponer que sí tienen mucho que ver con la situación en la que nos encontramos en este momento, como también supongo que todos estos seguidores tendrán muy diferentes tipos de vista, elaborados por una opinión o criterio propio y personal. El problema reside no en si tienen o no una opinión más o menos condicionada (palabra clave), si no en la realidad que imponen y cómo la entienden.
La realidad innegable es que aunque el mercado bursátil no tiene nada que ver con la economía real si condiciona y mucho, la vida, de muchos, por lo que algo tendrá que ver...
Por seguir con la opinión, importa bien poco, porque de una manera u otra el pensamiento u opinión está condicionado, hasta para quién no tiene ninguno o ninguna o la obtiene de algún gran maestro (aquí incluiría al profesor Vicent Navarro), por lo que habría que cuestionarse si son realmente importantes o no las opiniones o ideas, o si bien, más nos valdría interesarnos y entender cual es la verdad y en que consiste, en su sentido más amplio y universal.
Y la verdad es que este mundo, su sociedad, es un reflejo de como somos nosotros: violentos, agresivos, vanidosos, soberbios, insolidarios y estúpidos. Y sus herramientas, también.

Saludos cordiales,

#6

Re: “¡Dejad que las bolsas se hundan!”

"no estuvo provocado en gran medida por la falta de liquidez ocasionada por los hechos descritos y el inmediato agotamiento del mercado crediticio"
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Esto no sé lo que significa, sino "criticar por criticar" por alguien que desconoce la situación por ignorancia o deliberada intención de "destruir mercados" para aprovechamiento propio como el fuerte LOBBY burbujista a degúello (con eso cuento y con el linchamiento gratuito):

http://www.burbuja.info/inmobiliaria/index.php
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Desde mi experiencia personal, me hipotequé en octubre 2008 con mi primera vivienda "después del pinchazo" y "nada de nada" porque no tuve problemas, para que me concedieran el préstamo hipotecario, con toda la liquidez que quisiera y con ningún "agotamiento del mercado crediticio", con Euribor + 0,45, imposible ahora.

Por cierto estoy a a favor de que a los médicos y jueces en el sector público, les suban el sueldo, a usted no le veo:

https://www.rankia.com/foros/economia-politica/temas/981722-bajara-sueldo-rajoy-funcionarios?page=58#respuesta_1031787

Un saludo

#7

Re: “¡Dejad que las bolsas se hundan!”

No dudo que el concepto de desarrollo sostenible va a suponer la mayor oportunidad empresarial de la historia, entendiendo empresa en su dimensión más amplia. Seguir criterios de sostenibilidad es el único modo de servir las necesidades de más de 6000 millones de personas, y es además inteligente e ilusionante.

La empresa y las personas van a ser el motor de este cambio. Estamos empezando a vivir una aceleración de lo que Schumpeter denominó procesos de destrucción creativa , dirigida por la innovación en su sentido más amplio, incluyendo recursos y estructuras, procesos y valores.

Para abordar con éxito este proceso de cambio, recomiendo leer a Clayton Christensen y su concepto de innovación disruptiva. Según Christensen, las grandes empresas establecidas, capaces de sacar ventaja de sus fortalezas competitivas en entornos de innovación incremental, pueden tener dificultades (hasta el punto que pocas mantienen su liderazgo) ante una innovación de carácter disruptivo.

Sucede que la innovación incremental suele crecer más rápido que las necesidades de los consumidores, surgiendo un gap entre oferta y demanda (ciertos consumidores dejan de estar interesados -dispuestos a pagar- una oferta muy por encima de sus requerimientos). En ese momento, productos más sencillos, baratos y convenientes de usar (y por tanto, no "incrementales" sino "disruptivos") , que no aportan beneficios (conveniencia) al núcleo principal de sus clientes, se introducen en dichos segmentos y en el no-consumo.

¿Por qué no son las empresas consolidadas las que lanzan estos productos? No es una cuestión técnica, sino de modelo. Primero, porque los mercados están por inventar (hoy son zonas de no-consumo, o de valor no cubierto) y en estos casos, los medios habituales de medición de potencial de mercado, no sirven, y lo que es peor, las rentabilidades esperadas y volúmenes parecen no hacerlas interesantes...Segundo, porque están cautivas de sus mercados y clientes actuales (canibalización, detracción de recursos económicos y talento...). Y tercero, porque también están atadas a procesos y valores (que incluye criterios de decisión), que hacen abordar de modo erróneo (es decir, bajo las premisas del modelo de valor -incremental, no disruptivo- que la empresa ya trabaja) las oportunidades.

Todo esto me resulta hoy muy cercano. Las grandes empresas están liderando los elementos incrementales de la sostenibilidad: ecoeficiencia, certificación, políticas de responsabilidad social corporativa, reputación. Asistimos al desarrollo de nuevos productos más sostenibles, capaces de competir en precio y conveniencia con otras ofertas consolidadas, ganando peso entre canales de distribución y consumidores cada vez más exigentes. Estas empresas reducen también riesgos reputacionales (certificaciones, etc.) y se ganan el favor del regulador e instituciones locales. En general, la sostenibilidad se está integrando en las estrategias tradicionales de posicionamiento en costes (ecoeficiencia) y diferenciación (eco branding, etiquetado...limitado a ciertos nichos, normalmente en el segmento de los LOHAS).

Sucede que estas actuaciones se encuentran compitiendo en mercados saturados, cada vez más reducidos y con más jugadores. Ha habido innovaciones de marketing, pero de escaso calado: en realidad, la brecha entre marcas y consumidores se agranda, y la crisis global puede producir cambios fundamentales. En definitiva, la visión general es la de un desarrollo incremental de la innovación sostenible, pero sabemos que debe haber más, algo que la evidencia histórica recabada por Christensen indica que es el germen del nuevo modelo.

Efectivamente, hay otra corriente emergente en la que están participando ya algunas de las empresas con más visión (léase a Jeff Immelt, CEO de GE, en la Harvard Business Review de Sept09: "How GE is disrupting himself"), y especialmente nuevos entrantes, incluyendo empresas de economía social. Hablamos de modelos de negocio disruptivos en tanto que redefinen como se producen y consumen nuevos productos y servicios. En su desarrollo, se utilizan nuevos procesos de planificación basados en el conocimiento emergente, donde juega un papel clave la inmersión en el conocimiento autóctono, y también disconforme, de grupos de interés diversos. Estos nuevos sistemas son origen de nuevas competencias, creadoras de "valor real" insatisfecho . Muchas de estas iniciativas nacen en la base de la pirámide social, dónde más de 4.000 millones de personas cuentan con necesidades elementales sin satisfacer a nivel empresarial.

Lo que es importante recalcar es que hay una metodología para navegar en estos momentos de cambio, que las grandes empresas líderes la están aplicando y que invitaría a conocer. Como necesitaría más espacio y tiempo, recomiendo leer a Stuart Hart, C. Christensen, C.K. Prahalad y R.Orsato, aunque avanzo algunas claves:

1. Las metodologías y estrategias de planificación y posicionamiento no sirven para los mercados disruptivos, sí las estructuras flexibles y organizaciones que aprenden. Las estrategias emergentes fijan primero objetivos y sólo después definen asunciones (aquellas que deben mostrarse ciertas para materializar los objetivos). Cuando se aborda un mercado inexistente, pretender planificar con datos no sólo es engañarse, sino que empuja a acciones equivocadas. Se implementa con mentalidad test, lo que permite revisar la estrategia (emergente). Sólo después se invierte y genera el plan deliberado. La generación y validación de asunciones es clave, y se trabaja a nivel de inmersión.

2. La función del ejecutivo senior es doble: divisar señales que indican posibles cambios disruptivos (y enseñar a otros a identificar esas señales) y facilitar la creación de motores de crecimiento disruptivo. Estos deberán ser externos a la actual organización, de modo que puedan "sobrevivir" a los valores -modelos de asignación de recursos, definidos por las fuentes de recursos: clientes y accionistas- necesarios para mantener la posición del "core business" -y aún principal fuente de ingresos- en el mercado. Mientras estas células avanzan por el camino de la sostenibilidad disruptiva, la empresa matriz avanza también en su desarrollo incremental sostenible y responsable (planificado).

3 . Muchas de las herramientas mecanicistas de investigación de mercado y promoción que hemos usado hasta ahora serán completamente inútiles. Observaremos cómo las personas viven y se interrelacionan, más que lo que dicen. Se buscará pacientemente los huecos de demanda insatisfecha (entendida como los "trabajos por hacer") y con ello la aportación real de valor. La clave son las circunstancias y las ideas culturales soporte. Se trabaja a nivel de toda la cadena, que se define de modo sistémico. Las entradas en estos mercados deben ser iterativas, en un proceso de aprendizaje, midiendo impactos, reservando recursos para reconducir los previsibles primeros fracasos. Es el llamado "marketing agnóstico": ni nosotros, ni nuestros potenciales clientes, pueden decir cómo, o en qué cantidades, usaremos una tecnología disruptiva antes de haber experimentado su uso. La planificación por tanto ha de salir a la calle, y la estrategia construirse desde la acción.

5. Las nuevas soluciones, aunque sean de apariencia sencilla, deberán también deslumbrar a sus nuevos clientes y grupos de interés. El mundo sostenible es mucho más luminoso que el actual, no lo olvidemos.

6. Se necesitarán nuevas personas y socios. Igual que escuchamos hoy a los bancos decir que apenas tienen profesionales que hayan cubierto una crisis antes, las empresas deberán ser conscientes de sus debilidades para desarrollar con éxito este nuevo modelo, en el que no puedes evaluar mercados (que no existen), ni utilizar técnicas de implantación masiva (que fracasarán: será necesario un aprendizaje y ajuste). Pequeños equipos para mercados en origen pequeños (pero escalables), especialistas en insights y creadores de redes (el banco ICICI en India atiende a sus 200.000 clientes con 16 personas de personal propio, el núcleo que lo soporta son las propias comunidades sociales). Se necesitarán, finalmente, nuevas formas de evaluar el éxito.

En definitiva, y parafraseando la célebre frase, la clave empresarial del desarrollo sostenible será "el modelo de negocio, estúpido" y no la tecnología.

Apliquemos estos principios a un asunto de actualidad: la introducción del coche eléctrico.

Los fabricantes de automóviles se encuentran ante el dilema de avanzar hacia una oferta más sostenible, pero saben que la auténtica innovación que implicaría el éxito del coche eléctrico (la solución técnica de la industria) no es de producto, sino de modelo de negocio. Lo saben, pero no es sencillo para estas empresas hacer la transición. Esto es así porque su oferta actual cubre con creces las expectativas de sus clientes (¡de los que son cautivos!), y no pueden sacrificar volúmenes y estructuras. Esto marca su modo de evaluar las alternativas, que empuja a mantener el modelo de negocio, y a lanzar un producto mimetizado a los actuales modelos de combustión, en apariencia y autonomía, lo que necesariamente (por los costes asociados a mimetizar lo actual) lo posicionará en precio alto ("para el que tenga alta conciencia ecológica"). El problema es que un automóvil eléctrico reúne las características de tecnología disruptiva: no tiene entrada por el segmento masivo porque en verdad no cubre los requisitos excelentes que desde el punto de vista de "trabajo por hacer" ofrecen los coches actuales.

A mi modo de ver, la solución a este dilema para los fabricantes pasa por desarrollar unidades de negocio externas, que diseñen nuevos modelos de negocio (que convivirán durante un tiempo con el tradicional -que deberá, eso sí, seguir mejorando incrementalmente en la eficiencia de emisiones, y en la penalización del kilometraje - coste del combustible u otros medios-) sobre las premisas del modelo disruptivo: abordando segmentos "sobrepasados" por la oferta actual (incluso de "no-consumo"), jugando positivamente con las bajas prestaciones relativas del producto y por tanto necesariamente con un bajo coste de entrada, lo que puede llevar a pensar en un modelo similar a la telefonía móvil, dónde no hay coste de compra de equipo, sólo cuota de uso (pensar en términos de kms recorridos, no de coches producidos): esto llevaría a nuevos partnerships transversales. El modelo se construiría también desde la inmersión en las distintas circunstancias del usuario y grupos de interés (por ejemplo, las acciones paralelas en movilidad sostenible colectiva): lo que también puede llevar a pensar en partnerships público-privados (la movilidad sostenible cada vez será más colectiva y menos individual). También repensaríamos las ideas culturales que sustentarían el modelo: de lo exclusivo a la socialización, de la apreciación a lo radical: para ello mezclaríamos aprendizajes de las experiencias en desarrollos como la bicicleta pública urbana, con, por ejemplo, los icónicos "dispensadores" de autos que creara Smart.

Estos nuevos equipos empresariales buscarán especialistas en esta nueva forma de hacer marketing, desde quienes sepan obtener insights de calidad de los distintos stakeholders (¡sin olvidar los de no-consumo!) a aquellos que sepan aplicar metodologías de desarrollo (basadas en la causalidad y la estrategia emergente) como las vistas en estas notas.

Lo dicho: el reto de la sostenibilidad es en gran parte de marketing (en cuanto a relación mercado-empresa) y modelo de negocio, no técnico.

Rafael Cobo

A MI ME CRITICAN, POR SER DEMASIADO OPTIMISTA

Un saludo

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