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Versos sueltos

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Versos sueltos
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589 / 638
#4705

Re: Versos sueltos

.

 NUESTRO AMOR EN EL ARCO IRIS

Nuestros cabellos flotan en la curva del aire 
y en la curva del agua flota un barco pirata 
que lleva en su cubierta entre cercos de brea 
tus miradas de ámbar y el ámbar de tus manos.

Nuestros cabellos flotan en aire enrojecido 
mientras su cuerpo pende hecha color su carne 
de los siete colores tendidos en un arco 
sobre el cielo de hule herido por sus ojos.

¿Por qué siempre rehúyes el encerrar tu carne 
en mi carne cuajada de flores y de heridas 
abiertas con puñales en madrugadas blancas 
llegadas del desierto entre nubes de polvo?

Nuestros cabellos flotan en la curva del aire 
envueltos entre ráfagas de crímenes violentos 
y manos inocentes quieren lavar la sangre 
derramada en la tierra por el primer amor.

autógrafo

José María Hinojosa, 1925

 

 

 

 

 

¡¡Sed muy felices!!

 

 

 

 

 

 

 

Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.

#4706

Re: Versos sueltos

De todo tiene que haber en la Viña del Señor...

 

 

 

MANIFIESTO NALGAÍSTA
ALELUYA COCODRILOS SEXUALES ALELUYA

Para ella que me mira morir

El gran río penetró la roca viva
y se adelgazó hasta el miedo y el estruendo
se hizo rayo se hizo ruina se hizo tonto esqueleto
y hoy padece a lo largo de pieles de tigre
a la orilla del cocodrilo que me sueña
y me hunde en el naufragio
de su carne tan blanca
oh carne nacarada en medio
de la arena
                  como tú
y estas dos medallas de oro que muerdo
dalias de vida y de martirio
y en ellas me retrato y consigo el descenso
al dulce infierno de tu vientre
y de nuevo los dientes
                                  ah malditos
ah maldita tú también
larga bestia ululante despierta lengua
en aquel círculo de asesinos
(Pierde toda esperanza
                                  amor mío)
de almas danzantes albas
cool cool cool cool jazz
                        ¡Bríndamelo por fin!
Aleluya Aleluya magnífico Grijalva
muerto de frío de rocas y pañuelos rojos
Piérdete
adelgázate hasta la soledad
de los cocodrilos que agonizan
al pie de mi medio siglo
                                  y de mi alcohol
cohol cohol cohol cohol jazz
cool cool cool cool jazz
marinera manía
de pintar escribir declamar pagar impuestos
luz renta etcétera
                          y luego abrazarte
bajo el diluvio de sones antillanos y misas lubas
y volver a abrazarte hasta el arte y el hartazgo
y aleluyarte hasta no sé cuando
dormida y abrumada purificada
                                              putificada
¡Aleluya! ¡Aleluya!
poetas elotes tiernos calaveritas apaleadas
poetas inmensos reyes del eliotazgo
baratarios y pancistas
grandísimos quijotes de su tiznadísima chingamusa
perdónenme grandes y pequeños pequeñísimos poetas
(Soy acaso el Hijo de Sánchez de la poesía
¿Peralvillo Tepito Incorporated?
Alors los invito a discurrir
pespunte limpio
por el nuevo Paseo la Anti-Reforma)

autógrafo

Efraín Huerta

 

 

 

¡¡Sed muy felices!!

 

 

 

 

 

 

 

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#4707

Re: Versos sueltos

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    RINCONES SORDOS

El mundo se detiene a medio camino
Con su cielo prendido en las montañas
Y el alba en ciertas flores que yo conozco

Esconde en tus cabellos los secretos de la noche
Esconde las mentiras en tu alma de alegres sombras
Esconde tus alas bajo tus besos
Esconde el collar de suspiros en torno a tus senos
Esconde la barca de tu lengua en las fuentes de la sed
En el puerto de la boca amarrada
Esconde la luz a la sombra
Las lágrimas al abrigo del viento que va a soplar
Porque tiene derecho a la vida
Como yo lo tengo a la más alta cumbre
Y al abismo que ha caído tan bajo

Esconde las caídas del sueño
Esconde los colores al fondo de los ojos
Esconde el mar detrás del cielo
Y vuelve a subir a la superficie
Para ser tú mismo al sol de los destinos
A flor de mano como el ciego olvidado

Esconde los suspiros en su estuche
Esconde las palabras en su fruto
Y llora tu vida en el hastío de las cosas

autógrafo
Vicente Huidobro

 

 

 

¡¡Sed my felices!!

 

 

 

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#4708

Re: Versos sueltos

Lo dejé para el final, no por malo, sino todo lo contrario.

 

Junto a otros, incluso de opuesta ideología, lo he dicho y lo diré, uno de los poetas favoritos de mi madre.

 

 

 19 DE DICIEMBRE DE 1937

Desde que el alba quiso ser alba, toda eres
madre. Quiso la luna profundamente llena.
En tu dolor lunar he visto dos mujeres,
y un removido abismo bajo una luz serena.

¡Qué olor a madreselva desgarrada y hendida!
¡Qué exaltación de labios y honduras generosas!
Bajo las huecas ropas aleteó la vida,
y se sintieron vivas bruscamente las cosas.

Eres más clara. Eres más tierna.  Eres más suave,
Ardes y te consumes con más recogimiento.
El nuevo amor te inspira la levedad del ave
y ocupa los caminos pausados de tu aliento.

Ríe, porque eres madre con luna. Así lo expresa
tu palidez rendida de recorrer lo rojo;
y ese cerezo exhausto que en tu corazón pesa,
y el ascua repentina que te agiganta el ojo.

Ríe, que todo ríe; que todo es madre leve.
Profundidad del mundo sobre el que te has quedado
sumiéndose y ahondándote mientras la luna mueve,
igual que tú, su hermosa cabeza hacia otro lado.

Nunca tan parecida tu frente al primer cielo.
Todo lo abres, todo lo alegras, madre, aurora.
Vienen rodando el hijo y el sol. Arcos de anhelo
te impulsan. Eres madre. Sonríe. Ríe. Llora.

autógrafo

Miguel Hernández

 

 

¡¡Sed muy felices!!

 

 

 

 

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#4709

Re: Versos sueltos

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 A MI HIJO

Te has negado a cerrar los ojos, muerto mío,
abiertos ante el cielo como dos golondrinas:
su color coronado de junios, ya es rocío
alejándose a ciertas regiones matutinas.

Hoy, que es un día como bajo la tierra, oscuro,
como bajo la tiera, lluvioso, despoblado,
con la humedad sin sol de mi cuerpo futuro,
como bajo la tierra quiero haberte enterrado.

Desde que tú eres muerto no alientan las mañanas,
al fuego arrebatadas de tus ojos solares:
precipitado octubre contra nuestras ventanas,
diste paso al otoño y anocheció los mares.

Te ha devorado el sol, rival único y hondo
y la remota sombra que te lanzó encendido;
te empuja luz abajo llevándote hasta el fondo,
tragándote; y es como si no hubieras nacido.

Diez meses en la luz, redondeando el cielo,
sol muerto, anochecido, sepultado, eclipsado.
Sin pasar por el día se marchitó tu pelo;
atardeció tu carne con el alba en un lado.

El pájaro pregunta por ti, cuerpo al oriente,
carne naciente al alba y al júbilo precisa;
niño que sólo supo reír, tan largamente,
que sólo ciertas flores mueren con tu sonrisa.

Ausente, ausente, ausente como la golondrina,
ave estival que esquiva vivir al pie del hielo:
golondrina que a poco de abrir la pluma fina,
naufraga en las tijeras enemigas del vuelo.

Flor que no fue capaz de endurecer los dientes,
de llegar al más leve signo de la fiereza.
Vida como una hoja de labios incipientes,
hoja que se desliza cuando a sonar empieza.

Los consejos del mar de nada te han valido...
Vengo de dar a un tierno sol una puñalada,
de enterrar un pedazo de pan en el olvido,
de echar sobre unos ojos un puñado de nada.

Verde, rojo, moreno; verde, azul y dorado;
los latentes colores de la vida, los huertos,
el centro de las flores a tus pies destinado,
de oscuros negros tristes, de graves blancos yertos.

Mujer arrinconada: mira que ya es de día.
(¡Ay, ojos sin poniente por siempre en la alborada!)
Pero en tu vientre, pero en tus ojos, mujer mia,
la noche continúa cayendo desolada.

autógrafo

Miguel Hernández

 

 

Se podría aplicar a cualquier hijo muerto, en cualquier época.

 

 

¡¡Sed muy felices!!

 

 

 

 

 

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#4710

Re: Versos sueltos

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LLAMO AL TORO DE ESPAÑA

Alza, toro de España: levántate, despierta. 
Despiértate del todo, toro de negra espuma, 
que respiras la luz y rezumas la sombra, 
y concentras los mares bajo tu piel cerrada.

Despiértate.

Despiértate del todo, que te veo dormido, 
un pedazo del pecho y otro de la cabeza: 
que aún no te has despertado como despierta un toro 
cuando se le acomete con traiciones lobunas.

Levántate.

Resopla tu poder, despliega tu esqueleto, 
enarbola tu frente con las rotundas hachas, 
con las dos herramientas de asustar a los astros, 
de amenazar al cielo con astas de tragedia.

Esgrímete.

Toro en la primavera más toro que otras veces, 
en España más toro, toro, que en otras partes. 
Más cálido que nunca, más volcánico, toro, 
que irradias, que iluminas al fuego, yérguete.

Desencadénate.

Desencadena el raudo corazón que te orienta 
por las plazas de España, sobre su astral arena. 
A desollarte vivo vienen lobos y águilas 
que han envidiado siempre tu hermosura de pueblo.

Yérguete.

No te van a castrar: no dejarás que llegue 
hasta tus atributos de varón abundante 
esa mano felina que pretende arrancártelos 
de cuajo, impunemente: pataléalos, toro.

Víbrate.

No te van a absorber la sangre de riqueza, 
no te arrebatarán los ojos minerales. 
La piel donde recoge resplandor el lucero 
no arrancarán del toro de torrencial mercurio.

Revuélvete.

Es como si quisieran arrancar la piel al sol, 
al torrente la espuma con uña y picotazo. 
No te van a castrar, poder tan masculino 
que fecundas la piedra; no te van a castrar.

Truénate.

No retrocede el toro: no da un paso hacia atrás 
si no es para escarbar sangre y furia en la arena, 
unir todas sus fuerzas, y desde las pezuñas 
abalanzarse luego con decisión de rayo.

Abalánzate.

Gran toro que en el bronce y en la piedra has mamado, 
y en el granito fiero paciste la fiereza: 
revuélvete en el alma de todos los que han visto 
la luz primera en esta península ultrajada.

Revuélvete.

Partido en dos pedazos, este toro de siglos, 
este toro que dentro de nosotros habita: 
partido en dos mitades, con una mataría 
y con la otra mitad moriría luchando.

Atorbellínate.

De la airada cabeza que fortalece el mundo, 
del cuello como un bloque de titanes en marcha, 
brotará la victoria como un ancho bramido 
que hará sangrar al mármol y sonar a la arena.

Sálvate.

Despierta, toro: esgrime, desencadena, víbrate. 
Levanta, toro: truena, toro, abalánzate. 
Atorbellínate, toro: revuélvete. 
Sálvate, denso toro de emoción y de España.

Sálvate.

autógrafo

Miguel Hernández

 

 

Muy español el muchacho...

 

 

 

 

¡¡Sed muy felices!!

 

 

 

 

 

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#4711

Re: Versos sueltos

A las palmas de las palmeras... (No cabe palmeros, se siente)

 

 

EL SILBO DE AFIRMACIÓN EN LA ALDEA

Alto soy de mirar a las palmeras, 
rudo de convivir con las montañas... 
Yo me vi bajo y blando en las aceras 
de una ciudad espléndida de arañas. 
Difíciles barrancos de escaleras, 
calladas cataratas de ascensores, 
¡qué impresión de vacío!, 
ocupaban el puesto de mis flores, 
los aires de mis aires y mi río.

Yo vi lo más notable de lo mío 
llevado del demonio, y Dios ausente. 
Yo te tuve en el lejos del olvido, 
aldea, huerto, fuente 
en que me vi al descuido: 
huerto, donde me hallé la mejor vida, 
aldea, donde al aire y libremente, 
en una paz meé larga y tendida.

Pero volví en seguida 
mi atención a las puras existencias 
de mi retiro hacia mi ausencia atento, 
y todas sus ausencias 
me llenaron de luz el pensamiento.

Iba mi pie sin tierra, ¡qué tormento!, 
vacilando en la cera de los pisos, 
con un temor continuo, un sobresalto, 
que aumentaban los timbres, los avisos, 
las alarmas, los hombres y el asfalto. 
¡Alto!, ¡Alto!, ¡Alto!, ¡Alto! 
¡Orden!, ¡Orden! ¡Qué altiva 
imposición del orden una mano, 
un color, un sonido! 
Mi cualidad visiva, 
¡ay!, perdía el sentido.

Topado por mil senos, embestido 
por más de mil peligros, tentaciones, 
mecánicas jaurías, 
me seguían lujurias y claxones, 
deseos y tranvías.

¡Cuánto labio de púrpuras teatrales, 
exageradamente pecadores! 
¡Cuánto vocabulario de cristales, 
al frenesí llevando los colores 
en una pugna, en una competencia 
de originalidad y de excelencia! 
¡Qué confusión! ¡Babel de las babeles! 
¡Gran ciudad!: ¡gran demontre!: ¡gran puñeta! 
¡el mundo sobre rieles, 
y su desequilibrio en bicicleta!

Los vicios desdentados, las ancianas 
echándose en las canas rosicleres, 
infamia de las canas, 
y aun buscando sin tuétano placeres. 
Árboles, como locos, enjaulados: 
Alamedas, jardines 
para destuetanarse el mundo; y lados 
de creación ultrajada por orines.

Huele el macho a jazmines, 
y menos lo que es todo parece 
la hembra oliendo a cuadra y podredumbre.

¡Ay, cómo empequeñece 
andar metido en esta muchedumbre! 
¡Ay!, ¿dónde está mi cumbre, 
mi pureza, y el valle del sesteo 
de mi ganado aquel y su pastura?

Y miro, y sólo veo 
velocidad de vicio y de locura. 
Todo eléctrico: todo de momento. 
Nada serenidad, paz recogida. 
Eléctrica la luz, la voz, el viento, 
y eléctrica la vida. 
Todo electricidad: todo presteza 
eléctrica: la flor y la sonrisa, 
el orden, la belleza, 
la canción y la prisa. 
Nada es por voluntad de ser, por gana, 
por vocación de ser. ¿Qué hacéis las cosas 
de Dios aquí: la nube, la manzana, 
el borrico, las piedras y las rosas?

¡Rascacielos!: ¡qué risa!: ¡rascaleches! 
¡Qué presunción los manda hasta el retiro 
de Dios! ¿Cuándo será, Señor, que eches 
tanta soberbia abajo de un suspiro? 
¡Ascensores!: ¡qué rabia!  A ver, ¿cuál sube 
a la talla de un monte y sobrepasa 
el perfil de una nube, 
o el cardo, que de místico se abrasa 
en la serrana gracia de la altura? 
¡Metro!: ¡qué noche oscura 
para el suicidio del que desespera!: 
¡qué subterránea y vasta gusanera, 
donde se cata y zumba 
la labor y el secreto de la tumba! 
¡Asfalto!: ¡qué impiedad para mi planta! 
¡Ay, qué de menos echa 
el tacto de mi pie mundos de arcilla 
cuyo contacto imanta, 
paisajes de cosecha, 
caricias y tropiezos de semilla!

¡Ay, no encuentro, no encuentro 
la plenitud del mundo en este centro! 
En los naranjos dulces de mi río, 
asombros de oro en estas latitudes, 
oh ciudad cojitranca, desvarío, 
sólo abarca mi mano plenitudes. 
No concuerdo con todas estas cosas 
de escaparate y de bisutería: 
entre sus variedades procelosas, 
es la persona mía, 
como el árbol, un triste anacronismo. 
Y el triste de mí mismo, 
sale por su alegría, 
que se quedó en el mayo de mi huerto, 
de este urbano bullicio 
donde no estoy de mí seguro cierto, 
y es pormayor la vida como el vicio.

            * * *

He medio boquiabierto 
la soledad cerrada de mi huerto. 
He regado las plantas: 
las de mis pies impuras y otras santas, 
en la sequía breve de mi ausencia 
por nadie reemplazada. Se derrama, 
rogándome asistencia, 
el limonero al suelo, ya cansino, 
de tanto agrio picudo. 
En el miembro desnudo de una rama, 
se le ve al ave el trino 
recóndito, desnudo.

Aquí la vida es pormenor: hormiga, 
muerte, cariño, pena, 
piedra, horizonte, río, luz, espiga, 
vidrio, surco y arena. 
Aquí está la basura 
en las calles, y no en los corazones. 
Aquí todo se sabe y se murmura: 
No puede haber oculta la criatura 
mala, y menos las malas intenciones.

Nace un niño, y entera 
la madre a todo el mundo del contorno. 
Hay pimentón tendido en la ladera, 
hay pan dentro del horno, 
y el olor llena el ámbito, rebasa 
los límites del marco de las puertas, 
penetra en toda la casa 
y panifica el aire de las huertas.

Con una paz de aceite derramado, 
enciende el río un lado y otro lado 
de su imposible, por eterna, huida. 
Como una miel muy lenta destilada, 
por la serenidad de su caída 
sube la luz a las palmeras: cada 
palmera se disputa 
la soledad suprema de los vientos, 
la delicada gloria de la fruta 
y la supremacía 
de la elegancia de los movimientos 
en la más venturosa geografía.

Está el agua que trina de tan fría 
en la pila y la alberca 
donde aprendí a nadar. Están los pavos, 
la Navidad se acerca, 
explotando de broma en los tapiales, 
con los desplantes y los gestos bravos 
y las barbas con ramos de corales. 
Las venas manantiales 
de mi pozo serrano 
me dan, en el pozal que les envío, 
pureza y lustración para la mano, 
para la tierra seca amor y frío.

Haciendo el hortelano, 
hoy en este solaz de regadío 
de mi huerto me quedo. 
No quiero más ciudad, que me reduce 
su visión, y su mundo me da miedo.

¡Cómo el limón reluce 
encima de mi frente y la descansa! 
¡Cómo apunta en el cruce 
de la luz y la tierra el lilio puro! 
Se combate la pita, y se remansa 
el perejil en un aparte oscuro. 
Hay az'har, ¡qué osadía de la nieve! 
y estamos en diciembre, que hasta enero, 
a oler, lucir y porfiar se atreve 
en el alrededor del limonero.

Lo que haya de venir, aquí lo espero 
cultivando el romero y la pobreza. 
Aquí de nuevo empieza 
el orden, se reanuda 
el reposo, por yerros alterado, 
mi vida humilde, y por humilde, muda. 
Y Dios dirá, que está siempre callado.

autógrafo

Miguel Hernández

 

 

Un saludo

 

 

¡¡sed felices!!

 

 

 

 

 

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#4712

Re: Versos sueltos

Entendámosle... en su contexto.

 

 

 

ANTES DEL ODIO

Beso soy, sombra con sombra.
Beso, dolor con dolor,
por haberme enamorado,
corazón sin corazón,
de las cosas, del aliento
sin sombra de la creación.
Sed con agua en la distancia,
pero sed alrededor.

Corazón en una copa
donde me lo bebo yo
y no se lo bebe nadie,
nadie sabe su sabor.
Odio, vida: ¡cuánto odio
sólo por amor!

No es posible acariciarte
con las manos que me dio
el fuego de más deseo,
el ansia de más ardor.
Varias alas, varios vuelos
abaten en ellas hoy
hierros que cercan las venas
y las muerden con rencor.
Por amor, vida, abatido,
pájaro sin remisión.
Sólo por amor odiado,
sólo por amor.

Amor, tu bóveda arriba
y no abajo siempre, amor,
sin otra luz que estas ansias,
sin otra iluminación.
Mírame aquí encadenado,
escupido, sin calor,
a los pies de la tiniebla
más súbita, más feroz,
comiendo pan y cuchillo
como buen trabajador
y a veces cuchillo sólo,
sólo por amor.

Todo lo que significa
golondrinas, ascensión,
claridad, anchura, aire,
decidido espacio, sol,
horizonte aleteante,
sepultado en un rincón.
Esperanza, mar, desierto,
sangre, monte rodador:
libertades de mi alma
clamorosas de pasión,
desfilando por mi cuerpo,
donde no se quedan, no,
pero donde se despliegan,
sólo por amor.

Porque dentro de la triste
guirnalda del eslabón,
del sabor a carcelero
constante, y a paredón,
y a precipicio en acecho,
alto, alegre, libre soy.
Alto, alegre, libre, libre,
sólo por amor.

No, no hay cárcel para el hombre.
No podrán atarme, no.
Este mundo de cadenas
me es pequeño y exterior.
¿Quién encierra una sonrisa?
¿Quién amuralla una voz?
A lo lejos tú, más sola
que la muerte, la una y yo.
A lo lejos tú, sintiendo
en tus brazos mi prisión,
en tus brazos donde late
la libertad de los dos.
Libre soy. Siénteme libre.
Sólo por amor.

autógrafo

Miguel Hernández

 

 

 

 

¡¡Sed muy felices!!

 

 

Tenemos tanto que agradecer a Dios...

 

 

 

 

 

Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.