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ECONOMÍA
Los créditos express meten presión a la gran banca: Guerra televisiva por prestar dinero para tapar agujeros
@E. Sanz
Lunes, 14 de agosto de 2006
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La banca tradicional lucha a brazo partido por prestar dinero a los españoles. Es la guerra del activo. Ni depósitos ni cuentas a la vista. En esta ocasión, la batalla se libra contra las entidades financieras de crédito (EFC) por los créditos rápidos. Y el escenario es la televisión. Y es que, a pesar de que el endeudamiento de las familias españolas sigue marcando récord históricos y aunque el ahorro sigue cayendo, estos productos se están haciendo cada vez más socorridos para afrontar pequeños imprevistos, o simplemente para darse un capricho.
En los últimos años, este negocio ha registrado tasas de crecimientos anuales entre el 30% y el 40%, y en los próximos años fuentes del sector esperan incrementos en torno al 25%, porcentajes que no han pasado inadvertidos para bancos y cajas de ahorros, que han visto cómo en los últimos años han sido las Entidades Financieras de Crédito (EFC) las que se llevaban el gato al agua.
Por ello, la gran banca se ha puesto manos a la obra y ante el potencial de crecimiento de los créditos rápidos ha intensificado la publicidad de sus productos, especialmente en televisión, donde los espacios matinales están dominados por anuncios que prometen dinero rápido, fácil y sin pedir explicaciones. BBVA (Dinero Express), Santander (Credi Ágil) o Banco Popular (Optiline), son sólo algunas de las entidades que se esconden detrás la publicidad de los créditos rápidos, que, por otra parte, gozan de bastante audiencia.
Por ejemplo, la campaña publicitaria de créditos de Mediatis ha sido la cuarta más vista por los espectadores sólo por delante de Amena –“Let’s make a history”-, Opel –para promocionar la película Cars- y Vodfone, según un estudio de Optimedia.
El principal objetivo de esta feroz estrategia publicitaria es arañar cuota de mercado a las EFC, como Cofidis (Vida Libre, Direct Cash, Dinero Ya), con varios años de experiencia en el sector, y una de las más consolidadas, tal y como muestran sus cifras: más de 780.000 clientes, 383 millones de euros en créditos concedidos en 2005 y 10,5 millones de euros en inversión publicitaria, fundamentalmente televisión.
“3.000 euros para lo que tú quieras. Sólo en 24 horas tras aprobar tu solicitud”. Así rezan la mayoría de estos anuncios, que no sólo prometen disponer de la cantidad solicitada (que suele oscilar entre los 500 y 6.000 euros) en sólo cuestión de horas, sino que ofrecen cómodos plazos y bajas cuotas mensuales de amortización. Sólo hace falta el D.N.I., una nómina, algún recibo que acredite la residencia del solicitante, así como los datos de una cuenta en la que se ingresará el dinero. Sin embargo, y a pesar de estas aparentes ventajas, estos productos también ofrecen inconvenientes que no conviene pasar por alto.
El tipo de interés triplica el aplicado a los créditos tradicionales
Entre ellos, los elevados tipos de interés que se cobran, que suelen situarse entre el 20% y el 25% T.A.E., frente al 8% ó 9%, de media, de los tipos cobrados por los créditos de consumo tradicionales. “La realidad es que, en muchas ocasiones, estos productos financieros presentan tipos de interés que hasta triplican los de los créditos tradicionales que pueden obtenerse en cajas de ahorros y bancos “, advierten desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
De hecho, y por poner sólo un ejemplo, Credi Ágil, el crédito rápido del Santander Consumer Finance –filial de financiación al consumo del grupo que preside Emilio Botín-, aplica una T.A.E. del superior al 22%, más del triple del Crédito Preconcedido de Openbank, filial de Internet del SCH, que cobra un 6% T.A.E. Además del interés, la gran diferencia entre estos dos productos, es que para solicitar este último crédito, es necesari