Ni tranquilidad ni miedo, realismo.
Trataré de ser breve y os comentaré mi opinión al respecto:
La crisis y recesión en la que nos encontramos no es pasajera. La inflación está fuera de control. Los tipos de interés tienen sesgo alcista. La tasa de morosidad no para de crecer. El sistema bancario es muy dependiente de los préstamos hipotecarios. Los precios de las materias primas no paran de subir. El Gobierno pese a lo que algunos crean no está obligado a intervenir ante alguna situación puntual de quiebra o suspensión de pagos (intervenciones pasadas no aseguran intervenciones futuras). La iliquidez del sistema es terrible.
La crisis no es española ni europea, sino mundial. España añade una mayor exposición al tema hipotecario y una total exposición al tema energético.
Soy de la opinión que no hay que tener miedo. Yo no insto a salir corriendo a nadie pero si que tal y como estamos y tal y como podemos estar, lo más conveniente es aumentar la prudencia.
Es cierto que hay entidades con mayor riesgo de insolvencia que otras, esto es así y creo que no se hace mal en decirlo. Otra cosa es asegurar o dar por hecho que vayan a quebrar.
Desde luego es una situación compleja y complicada. La situación merece un grado de respeto enorme.
Esta no es la crisis del año 2000 donde la caída de empresas tecnológicas no importaba a nadie. Aquí estamos todos implicados y el sistema bancario puede resultar seriamente dañado.
Creo que es el momento de actuar en consonancia y mirar hacia adelante, sabiendo que por el camino nos podemos encontrar sorpresas.
Es mi opinión y como tal queda. Ya sabéis mi postura.