... "hablo de sellos que hay millones catalogados y de valor insignificante" ...
Ah, entonces es que sí tienen algún valor, ¿no? Pero, no habías dicho que no valían nada? ¿En qué quedamos, pues? ¿Existe o no existe valor en los sellos? El concepto de valor insignificante, como tú consideras, no es sinónimo o no quiere decir lo mismo, que no tener ningún valor, tal y como tú dijeras. Un valor puede ser, para ti, todo lo insignificante que tú quieras, pero sigue estando ahí y aunque tú no lo quieras. Con el lío que te haces y las contradicciones en las que entras, cabría preguntarse, ¿quién es el que tiene aquí, realmente, embotada la cabeza?
... "su precio puede quedar reducido a nada" ...
Tú lo has dicho, "puede". El modo condicional no implica seguridad o certeza, sino una mera posibilidad, tan imposible de conocer de antemano, como incierta. En la misma asignación de probabilidad, puede quedar el precio reducido, como puede quedar aumentado, igualmente.
Joaquín González (a quien ni admiro ni dejo de admirar), sobre la existencia de certificados de autenticidad, se refirió, tan solo, a los sellos que él pudo o que le dejaron examinar, lógicamente. Respecto a mis sellos, desconozco si traen certificado de autenticidad, alguno de ellos, puesto que me los confiscaron y todavía no me han sido devueltos. Lo que sí he leído en cierto foro, es la confirmación de un afectado que decidió no entregar la filatelia que tenía en su poder, de que algunos de los sellos más valiosos que compró, estaban provistos o acompañados, de su certificado correspondiente.
El revelador informe al que te refieres y que emitiera, en su día, el Administrador Judicial Grávalos, estaba basado en la información sobre los sellos, archivada o registrada, en los soportes informáticos de la Compañía y valorada conforme a catálogos, por entero. No era necesario, en absoluto, además de ser esto físicamente imposible, examinar uno por uno, cada sello.
De igual modo, tan solo se contempló realizar una valoración estadística por muestreo, por los famosos "mindundis" que fueron encargados por la AACC. La manipulación conveniente que, sin embargo, se produjo con esta valoración, fue la de la selección "calculada" de las muestras a examinar y que además no fueron cotejadas, como es preceptivo, por catálogo.
Así, al no escoger, aleatoriamente, las muestras filatélicas (las mismas que a Joaquín González quisieron proporcionar) y pretender luego a todo el conjunto, extrapolar, tenía que salir, necesariamente, una valoración irreal de los sellos. Si encima, los sellos analizados no se valoraron con referencia a catálogos, siquiera, es fácil imaginar la inevitable chapuza que, al final, se dió. Sería lo mismo que valorar la pinacoteca entera del Museo del Prado, en base a una proyección estadística, del valor, de los cuadros menos valiosos de alguna de sus salas, únicamente.
Es absolutamente cierto, también, que a Joaquín González no se le proporcionaron la mayoría de las muestras (aleatorias) que él había pedido, sino que le ofrecieron las escogidas por ellos, correspondientes a los sellos de menor valor. Aún así, referidas al valor promedio de un conjunto representativo de catálogos y extrapolado a la totalidad de los sellos, pudo realizar un cálculo bastante aproximado de su auténtico valor.
Tanto fue así, que, al parecer, en la Audiencia Provincial de Madrid, están considerando que a la filatelia de Afinsa se le debe una nueva valoración. Si realmente se llegara a dar este caso, esperemos que esta vez se haga como de verdad mandan los cánones, en esta otra y definitiva ocasión.