¿Cuánto valdría un banco de los de ahora si tuviera un 50 % menos de personal y la misma facturación? Aunque los bancos van a seguir necesitando personas físicas, el desarrollo de la IA —y la tendencia de las nuevas generaciones al uso de la tecnología para manejarse directamente con las entidades—, lo hará posible.
A mucha gente se le pondrán los pelos de punta de pensar que van a tener que pelearse todavía más con los desesperantes algoritmos que sufrimos en la actualidad. Pero no será así. En el futuro serán muy diferentes. La IA todavía está en sus inicios y además solo aprende en Internet. Dentro de un par de años estará en pleno desarrollo y aprendiendo en el mundo real (directamente en las empresas). Y a una velocidad mucho mayor de la que aprende ahora, que no es poca.
Además, probablemente la reducción de personal en las entidades financieras se realice más en la parte operativa que en la atención al público. Recordemos que, a día de hoy, todavía una gran parte del personal del banco trabaja en la parte interna, en operaciones, intermediación, liquidación, etc., donde es mucho más fácil y rápido automatizar.
Por si esto fuera poco, se están desarrollando plataformas basadas en la tecnología Blockchain —como la de Ethereum— que podrían llegar a sustituir en gran medida los procesos actuales de venta y creación de servicios financieros, la liquidación de operaciones en divisas, valores, fondos, ETF y, por supuesto, en todo tipo de criptomonedas. Con la fiabilidad que aporta la tecnología Blockchain y mínima intervención humana.
La combinación de las nuevas tecnologías aplicables a la actividad financiera con una IA mucho más desarrollada y que habrá aprendido perfectamente el negocio, nos da una idea de hasta qué punto las entidades financieras podrían convertirse en empresas con muy poca intervención humana sin por ello reducir sus ingresos.
Ahora pasemos a la empresa industrial. También está ocurriendo: donde antes se necesitaban 50 personas, ahora, gracias a la inteligencia artificial, ya solo se necesitan 10. A veces mucho menos. Y sin que el producto se vea perjudicado. Es más, la producción es mucho más rápida, porque los robots y los algoritmos no tienen ni descansos ni vacaciones.
Todo esto podría generar un problema social (aunque también se decía de los ordenadores y no ha ocurrido), pero nosotros hablamos de inversiones. Y a ese respecto, todo lo que les hemos contado anteriormente se traduce en una palabra clave: productividad.
La gente no entiende por qué el S&P 500 está cotizando con una prima importante con respecto al pasado (aunque hay más inversores que sí, dada la tendencia alcista, pero no es solo la tendencia). Y no lo entienden porque no entienden hasta qué punto la IA supone una revolución en la productividad de las empresas. Son las mismas empresas, pero van a tener costes mucho menores y, por lo tanto, beneficios mucho mayores.
Por ejemplo, Morgan Stanley estima que la IA podría aportar 920.000 millones de euros anuales en beneficios para las firmas que componen el S&P 500. Y una creación de valor a largo plazo de entre 13 y 16 billones de dólares (billones europeos / trillones norteamericanos), lo que supone un 25 % de la capitalización bursátil actual. Y todo ello como consecuencia del aumento de la productividad y la reducción de costes.
Evidentemente, habrá un momento en el que se exagere esa mejora de la productividad. O que el mercado descuente demasiado rápido la cuestión. Algo parecido a lo que ocurrió cuando llegó Internet: las empresas.com subieron tanto que al final se creó una burbuja y el descalabro posterior. Pero con una diferencia: la mayoría de las “puntocom” no ganaban dinero. Las 7 magníficas sí. Y cada día más.
Pensemos, por ejemplo, en que la adopción de todos los servicios de telefonía móvil desde el inicio a los que tenemos ahora tardaron 20 años en llegar a la situación actual. En ese periodo se pasó de 37 millones de usuarios iniciales a 7.000 millones en ese plazo. Si comparamos la llegada de la inteligencia artificial a la llegada y desarrollo de los teléfonos móviles, probablemente solo se ha desarrollado 1/3 de lo que viene.
Pero es que, además, la tecnología cada vez se desarrolla más rápido. Fíjense en el gráfico, donde se compara la velocidad de adaptación de Internet a la de la tecnología Blockchain, representada por el uso de criptomonedas, que es, por el momento, el uso más conocido de esta tecnología (pero no es el único ni lo será en el futuro). Viendo lo que se está invirtiendo en IA, pensamos que va a ser la tecnología de más rápida adaptación.
Gráfico: Velocidad de adopción de Internet vs. criptomonedas
Y si hiciéramos esta misma comparación con cualquier proceso de adaptación de una nueva tecnología desde que se inventó la rueda, encontraríamos que ahora la adaptación es mucho más rápida. Porque la información fluye de una forma mucho más rápida.
Probablemente las bolsas no estén exagerando tanto en su valoración actual la llegada de la IA y otras tecnologías al tejido empresarial. Aunque evidentemente algún día se pasarán, porque los excesos forman parte del funcionamiento de los mercados.