Después de un año entero calladito entenderé que nadie se acuerde de mí. Y ni falta que hace porque ya hay bastante gente por aquí hablando de la crisis económica desde puntos de vista diferentes. Aparte de mis obligaciones laborales y familiares -encima acabo de ser padre por segunda vez- reconozco cierto hartazgo respecto al temita de marras. Aún así me alegro de que haya aumentado el número de blogs de economía pura: Cambiando el Mundo, Economía Freak, Las cosas de Adan Esmit, sin olvidar al omipresente Nuevas Reglas. Hay vida más acá de las bolsas, los derivados y la ingeniería financiera y este menda ha decidido volver a escribir sobre ella. Sin perder la perspectiva global de la realidad -la “Macro”- pero aterrizando en lo cotidiano y en las decisiones personales -la “Micro”-.
Mi idea es aparecer por aquí cada semana. Y para abrir esta nueva etapa me ha parecido oportuno un poco de humilde autobombo. Aquí os dejo una recopilación de mis mejores perlas blogueras. Me he reído un rato escogiéndolas, sobre todo viendo la evolución de mis ideas y mi facilidad para las frases redondas. Espero que os guste mi forma de ver la realidad económica. Por simplicidad y para no enmarañar demasiado el texto he preferido omitir los enlaces, podéis confiar en que todo es contenido original de este blog.
La semana que viene vuelvo con artículo nuevo: la pedagogía de los mercados heridos. Saludos.
- Las decisiones relevantes de la vida se toman en función del Oikos (la casa, los asuntos cotidianos) y no de la Polis (la ciudad).
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(...) la Economía no entiende de mapas y los flujos monetarios y reales no se rigen por fronteras, y menos a la hora de tributar.
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A cambio de la autoridad divina que les hemos concedido (a las instituciones), esperamos recibir un lote completo de derechos -incluidos los de criticar y reclamar-. Derechos que, por alguna extraña razón, creemos infinitos -como el crédito o el precio del ladrillo-.
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Me pregunto para qué sirven unos datos de crecimiento que no se apoyan en una mejora del empleo sino en un puro ajuste matemático.
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A mí, personalmente, me parece una broma pretender obligar a una señora Economía a ser sostenible.
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(...) me gustaría dar la razón a los teóricos del decrecimiento sostenible pero ocurre que en esta caja negra que es el crecimiento económico sólo hay una certeza: si cae la producción, cae el empleo.
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(...) me alineo con los escépticos y no me creo que vayamos a tener deflación. Las autoridades monetarias mundiales no lo permitirán.
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Lo primero, y lo siento por los amigos de la economía-ficción, lo de salirnos del euro va a ser que no. En esta vida, me refiero.
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Lo único que nos va a sacar de la crisis es lo que hagamos desde lo cotidiano. No en vano, la rutina es la mejor tierra para los brotes verdes.
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(...) nuestros anti-líderes siguen dedicados a seguirnos la corriente a los ciudadanos en lugar de aportar ideas nuevas o de apostar por nuevos caminos.
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No hay nada más auténtico y de confianza que lo que escribe una persona normal por su propia voluntad, aunque firme con un alias.
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El Estado no puede ser un coladero de gente que no aguantaría dos días en una empresa normal.
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En mi opinión personal, que los seres humanos sean buenos o malos no es tan importante como que sean o no racionales, y si echamos la vista atrás, comprobaremos que las peores estafas provienen más de la falta de materia gris que de la avaricia.
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Será lo que diga el capital, por mucho que yo diga que el mercado es un juego de muchos y pequeños y no de pocos e insultantemente grandes.
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(...) en España tenemos un problema de riesgo cultural: todos los agentes económicos pretenden que sea otro el que arriesgue
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La Solución Final pasa por dejar caer lo que tenga que caer. En tiempos de crisis no se puede apoyar -a costa del contribuyente- lo que en tiempos de bonanza se cae por su propio peso.
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(...) los culpables de la crisis no son precisamente los que tienen las soluciones.
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(...) las intervenciones de la cumbre de Madrid siguen erre que erre con culpar a un tal "Libre Mercado", que no sé si han conocido alguna vez
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(...) el Norte tiene miedo a quedarse con el culo al aire si todos pasan a jugar con las mismas reglas. Y así nos va: inmigración masiva, deslocalización, dumping social.
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(...) la política económica -no me refería sólo a la que se perpetra en España, pero sí principalmente- ha sido sustituida por una suerte de activismo económico, un hacer cosas sin orden ni hilo conductor,
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(...) es necesario aprovechar la oportunidad para construir una buena pedagogía sobre la crisis económica, que nos permita enviar mensajes de calidad a la gente. Y los medios tradicionales no están ayudando mucho, que digamos
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(...) más allá de los argumentos históricos y teóricos, el dinero cuesta ganarlo y no me cuadra nada que el sistema financiero lo vaya a ofrecer gratis.
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El ex-presidente Aznar ha dicho que esto va a dar para unos diez años y recomienda despido libre y reformas para hacer el mercado laboral tan flexible como el de (AB)USA.
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Hemos conseguido que los bancos se pongan de acuerdo para ir todos juntos a por el dinero: así se evitarán el coste de imagen por aparecer en la lista de la vergüenza. O todos o ninguno. Y claro, mejor todos.
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(...) en el corral comunitario europeo hay demasiados gallos reunidos y ningún líder con las ideas, la credibilidad y la pedagogía que requieren las circunstancias
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Harían bien las empresas y las familias en aprender algo sobre gestión de tesorería, no vaya a ser que con tanto aplazamiento acabemos trasladando al futuro el problema de liquidez (recordad, concepto de corto plazo) y lo convirtamos en problema de solvencia (concepto de largo plazo)
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Yo mantengo que hacen bien quienes devuelven el dinero desgravado a Hacienda y buscan un nuevo destino a sus ahorros, incluido el consumo presente. Admito acusaciones de irresponsabilidad por mis radicales sugerencias.
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(...) el pensamiento económico ya tiene suficiente rodaje para que nos andemos con discusiones sin matices: ni los keynesianos actuales defienden el gasto público a discreción ni los colmillos de los clásicos son más afilados que los de otros.
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Cuando ahora todo el mundo echa las culpas al mercado, yo sigo defendiendo que el espectáculo de la oferta y la demanda debe continuar.
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no se puede culpar a la teoría cuando la práctica se ha revolcado impunemente en situaciones de información, no ya incompleta o imperfecta, sino falsa.
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(...) parafraseando a Chicote, antes que comprar le regalaría mi dinero a Hacienda.
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Con este sistema de "librecambio" y con barreras infranqueables como las patentes, no me extraña que McCain esté encantado de considerarse "liberal".
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Todavía veo muy lejos ese capitalismo del trabajo propuesto por Sarkozy: ese nuevo modelo económico requiere formatear sin piedad el sistema financiero actual y lo que han decidido nuestros responsables ha sido un simple reset.
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A día de hoy, nadie sabe explicar si el pasado Lunes Negro venía de la economía real o se va a empotrar contra ella
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(...) un auténtico ídem (liberal) no puede alegrarse de un sistema tan falso que cierra sus fronteras, Ronda tras Ronda, a productores del segundo y tercer mundo y luego se llama a sí mismo "de libre mercado". Y exige "competitividad" a los suyos. No es que el tinglado neo-liberal haya fracasado: simplemente era mentira.
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Algo falla cuando uno se encuentra con solicitudes de titulados con experiencia, idiomas y vehículo propio por 1.000 euros netos, en un contexto donde este último consume un tercio de la remuneración
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El problema aparece en el segundo tipo (de especulación), que es el que tiene efectos colaterales sobre todo el sistema, porque se aprovecha de sus deficiencias como un hacker de los agujeros de seguridad. Valga el símil.
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(...) no lo llamemos libertad cuando sólo queremos decir propiedad privada.
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El mercado y la competencia son cosa buena, aunque no sean perfectos. Y en la vida sólo existen lo bueno y lo malo: lo mejor y lo peor sólo están en la imaginación.
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Lo bueno de las crisis es que todo el mundo se acuerda de los que no llegan a fin de mes.