Los empresarios del turismo todavía no se han recuperado del síndrome post-vacacional. O al menos los dirigentes del ramo, porque los de a pie estarán aprovechando las migajas del mes de septiembre, como (abro publicidad) en el cántabro valle de Liébana, que ha tenido un fin de semana de fiestas y buen tiempo. Estupendo lugar para una escapada (cierro publicidad).
A lo que voy. Propone el gremio hostelero una rebaja del IVA y así paliar la pupita que van haciendo Turquía, Croacia y otros destinos de nuevo cuño, sin duda envidiables. Para ser lo que se dice más competitivos. Y como los españoles ya estamos de vuelta de todo me imagino que nadie se creerá esta llantina sobrevenida a estas alturas del euro, tras unos cuantos años de redondeo, abusos y propinillas. Y no quiero generalizar, pero la imagen del sector está muy dañada a cuenta de los precios y de la caradura, en un entorno que funciona boca-oído y sólo puede competir en calidad y buen servicio.
Y el que no quiera entrar por el aro, pues que se rasque un poquito el margen. O que se lo curre un poco más, con algo de iniciativa: un lavado de cara al establecimiento, unas buenas prácticas, menos mala leche (recuerden que sale muy cara), y el que se atreva pues se puede meter en una web o en algún portal bien relacionado, que entre los europeos ya se estilan las vacaciones en plan 2.0.
Lo dicho, que sobran victimitas y faltan ideas. Espero que Solbes siga con su campaña de sensatez y no haga mucho caso.